A 40 años de democracia ininterrumpida, desde la APDH de La Matanza reafirman su labor en el territorio

Integrantes de la organización de Derechos Humanos impulsada en 1982, cuando la dictadura llegaba a su fin, recordaron los inicios de las actividades y destacaron sus compromisos, basados en la Carta Universal de los Derechos Humanos.

Tras más de siete años de dictadura, el 30 de octubre de 1983 el pueblo argentino asistió a las escuelas de todo el país para ser partícipes de una elección masiva e histórica. Con ansias de dejar un pasado trágico atrás, en aquellos comicios triunfó el radical Raúl Alfonsín y la Nación retomó las bases institucionales de un sistema político basado en principios constitucionales.

Este retorno a la democracia, vigente desde hace 40 años, fue posible gracias a la labor incansable de distintos sectores de la sociedad civil, entre los que se destacan las organizaciones y los organismos de Derechos Humanos. En este contexto, desde la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de La Matanza recordaron los inicios de la delegación local y destacaron el trabajo y el compromiso para con el territorio matancero.

En 1982, cuando la dictadura ya se aproximaba a su fin, Delia Blanco comenzó con el proyecto de una Asamblea en La Matanza, que se regía por los derechos que se aplicaban a nivel nacional e internacional. “Yo me incorporé a la APDH en 1985, cuando estaba comenzando, y a lo largo de estos 40 años siempre nos hemos basado en la Carta Universal de los Derechos Humanos”, destacó Beatriz Capdevila, presidenta de la APDH distrital, en diálogo con El1.

Trabajo en territorio

Desde ese entonces, la Asamblea local, delegación que dependía de la APDH nacional, luchó por innumerables causas, entre ellas, el derecho a la vida, a la vivienda, a la educación y a la salud, y se opuso a la violencia institucional. “Trabajamos mucho el tema de Memoria, Verdad y Justicia, especialmente con el centro clandestino de detención El Vesubio: participamos de los juicios con alumnos de escuelas secundarias y seguimos luchando por la construcción del Espacio para la Memoria allí”, señaló Capdevila.

Por su parte, Juan Carlos Lozza, también integrante de la APDH local, recordó la primera marcha impulsada por la Asamblea. “Ya recuperada la democracia, fuimos hasta lo que fue El Vesubio, el centro clandestino más grande de La Matanza. Pretendimos colocar una placa en la entrada, pero la policía montada y parte del Ejército nos lo impidieron, entonces juramos hacer un monumento allí: eso lo prometimos en 1984, y lo cumplimos”, recordó.

Luchas pasadas y labor a futuro

Actividades contra el gatillo fácil, acompañamientos a familias de jóvenes que murieron a manos de las fuerzas de seguridad, foros contra la trata de personas, jornadas dedicadas a exigir el derecho a la vivienda digna y urbanización en barrios populares matanceros como San Petersburgo y Puerta de Hierro, y un ambiente sano son solo algunos de los compromisos que impulsan a la APDH.

Por su parte, y al referirse al trabajo a futuro de la organización, Miguel Meira, miembro de la APDH, aseguró que “repetir prácticas que fueron recientes sería un error” y que las conquistas logradas “deben ser cuidadas”. “Destaco lo alcanzado en materia de género en los últimos diez años, junto con el acceso a la vivienda digna para diversos sectores”, señaló.

Para concluir, Capdevila destacó: “En todos estos años, nos manifestamos contra las leyes de Punto Final, de Obediencia Debida, del 2x1 y de la impunidad. Ahora, parece que vamos a tener que luchar otra vez: las ideas que se difunden no son de la promoción ni el respeto de los Derechos Humanos. Pero desde la APDH vamos a defender nuestra democracia”.