Un disparo, una deuda narco y una odisea criminal: dos personas fueron condenadas por un homicidio

Según un documento judicial al que pudo acceder El1, la víctima debía gatillar un arma en su sien: si no salía la bala, la deuda estaba saldada.

El 30 de agosto de 2022, Daniela Levrand tomó el automóvil de su hermana, retiró del jardín de infantes a su sobrino y pasó a buscar a Ezequiel Ocaranza por su domicilio en Gregorio de Laferrere. Luego, lo obligó a subirse al vehículo y manejaron hasta una vivienda ubicada en las inmediaciones de las calles Bauness y Francia, de Ciudad Evita.

Allí los esperaba Diego Fernando Florenciano, quien en el marco de una deuda sobre una presunta venta de estupefacientes le entregó un arma de fuego con un solo cartucho en su interior y le dejó claro una serie de indicaciones: Ocaranza debía llevarse el revólver a la cabeza y, en el caso de gatillar y que el disparo no saliera, la deuda estaría saldada.

El hombre, quien había sido llevado hasta el lugar bajo amenaza, llevó la pistola hacia su sien y gatilló. “Si no sale, no te debo nada de nada”, le manifestó. Sin embargo, la bala salió y la ejecución del arma le provocó su muerte en el acto. A partir de allí, se desencadenaron una serie de hechos violentos que culminaron en la confesión del hecho por parte de uno de los participantes.

Según el documento al que pudo acceder El1, otros testigos del hecho comenzaron a ayudar a Florenciano a “limpiar” el lugar. Cargaron el cadáver en el auto de Levrand, le dijeron que iban a llevar a su sobrino a su vivienda y que ella tenía que manejar junto a otros coches “todo derecho" por el Kilómetro 52. Sin embargo, en la estación de Gregorio de Laferrere se dio cuenta de que la habían dejado sola, por lo que manejó durante todo el día rechazando las llamadas de su hermana que preguntaba por su hijo.

Alrededor de las 21 horas, encontró un grupo de personas a las que les solicitó ayuda para “tirar un cuerpo” y, según el relato antes las autoridades judiciales, la mujer señaló que “no le creyeron” y que por el contrario, extrajeron armas y la amenazaron. Volvió a subir al vehículo y chocó dos veces hasta que, finalmente, abandonó el cadáver en los alrededores de la Ruta N° 1.001.

Cuando encendió su celular, recibió el llamado de una oficial que le indicaba que debía devolver el vehículo, dado que su hermana había realizado una denuncia de averiguación de paradero. Llegó a su domicilio y se escondió hasta el día siguiente, cuando se acercó a la Comisaría de Gregorio de Laferrere junto a un familiar para denunciar los episodios que había vivido. 

Finalmente, luego de más de un año, el Tribunal en lo Criminal N° 2 condenó a Daniela Levrand a la pena de doce años de prisión y a Diego Fernando Florenciano a 15 años por el delito de “Homicidio agravado por el empleo de arma de fuego”. En el caso del condenado, fuentes judiciales confirmaron a este medio que también se lo declaró reincidente, dado que contaba con dos sentencias condenatorias por hechos dolosos de importancia.