Marcos Carnevale: “Me interesan las historias humanas”

El director realizó el filme “Más respeto que soy tu madre”, que se proyecta en el Teatro Universidad. Describió las etapas que transitó la historia hasta llegar a la pantalla grande y contó cómo abordó el grotesco. El recuerdo del rodaje de “Viudas” en esta Casa de Altos Estudios.

Marcos Carnevale - Teatro Universidad
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Toda película consta de distintas etapas, que van desde la gestación de la idea hasta la visualización de los espectadores, pasando por la producción, el rodaje y la postproducción. Y la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) fue parte de diferentes instancias de dos populares filmes dirigidos por Marcos Carnevale. En 2011, esta Casa de Altos Estudios fue una de las locaciones donde se filmó el largometraje dramático Viudas, mientras que, en 2022, el flamante Teatro Universidad proyecta la divertida comedia Más respeto que soy tu madre.

La historia de este último filme, que nació en el blog de Hernán Casciari y tuvo una adaptación teatral, transcurre en el año 1999, en el marco de una crisis social y económica de la Argentina. Allí, el público sigue las vicisitudes que transitan Mirta Bertotti, su esposo Zacarías y sus tres hijos.

Las próximas funciones del largometraje serán este viernes, sábado y domingo, a las 20.30. Las entradas se pueden adquirir tanto en la boletería del Teatro (lunes a viernes de 11 a 21 y sábados y domingos de 11 a 20) como en Ticketek.

- Que la historia ya formara parte del imaginario popular, ¿te resultaba una posibilidad o una presión?

-¡Las dos cosas! Me atraía el material, soy amigo de Casciari desde hace muchos años, así que conocía muy de cerca cómo se había gestado todo eso, y además soy amigo de Nacho Laviaguerre, el productor de la obra que protagonizó Antonio Gasalla, entonces también estuve muy cerca en la preparación. Siempre se había coqueteado y estaba dando vueltas la idea de, en algún momento, hacer la versión cinematográfica de eso, no conmigo. Y bueno, llegó ahora, y me convocaron Nacho, Hernán y la gente de Pampa Films. Por un lado, me encantaba la idea y, por otro lado, me asustaba un poco, justamente porque tenía un precedente muy sólido en el acervo popular.

-¿Qué tuviste en cuenta para la trasposición de la historia a la pantalla grande?

-Cuando me enfrenté a la novela de Hernán me di cuenta de que lo que él había escrito ahí no era lo que Antonio había plasmado en el teatro. Gasalla había hecho una selección de textos del blog y, a partir de ahí, armó una obra a su medida, con su impronta, teniendo a Mirta Bertotti como absoluta protagonista, mientras que la novela es más coral. Si bien Mirta narra el cuento, su marido, sus hijos y el nono tienen una injerencia mayor que la que tenían en la obra teatral. Asimismo, siempre me interesó meterme en un género como el grotesco, que es extremadamente difícil. Me lo permití después de 17 películas, ya que creo que es de altísimo riesgo, es complicado que salga bien, le tengo mucho respeto. El único que lo sabía hacer bien, que yo conocí, era Alejandro Doria, que hizo Esperando la carroza y era un maestro de actores, aprendí mucho de él en su momento. A veces está mal interpretado ese género y se usa el término como algo despectivo. '¡Uy, demasiado grotesco!', te dicen, y sí, ¡justamente es la idea!

-Dicho género no aparece con frecuencia en la cartelera de cine nacional contemporánea, ¿cómo lo desarrollaste?

-Lo vengo estudiando y viendo hace años. Siempre me gustó mucho el sainete, Discépolo, pero nunca lo había hecho. Tengo grandísimos amigos que sí, como Betiana Blum, Luis Brandoni, Gasalla, que saben y lo han transitado, entonces les consultaba. Después, hice una suerte de pacto con los actores del filme, para ver si todos comprendían el tono que íbamos a hacer. Había algunos con mucha experiencia, como Florencia Peña o Diego Peretti, y otros actores más jóvenes que no tenían esa experiencia, entonces hubo que hacer una previa importante para ponerse a la altura de lo que íbamos a realizar.

-El centro de la película es la familia, con sus vicisitudes...

-Sí, la familia de inmigrantes, sobre todo. Son hijos de quienes vinieron a América a salvarse, por un ratito, para luego volver a su querida Italia o España, de pronto no pudieron y se quedaron. Y todavía queda un resabio de eso. Por ejemplo, cuando me preguntan cuál es mi apellido, respondo 'Carnevale', y me dicen '¡Ah, italiano!', no '¡Ah, argentino!' Creo que nos quedó impregnado un poco de eso, de la cultura extranjera. En Más respeto que soy tu madre es una familia netamente italiana, que es otra de las cosas que me atrajo enormemente, ese tono. Me fascina el cine italiano, siempre quise hacer una película de colores fuertes, actuaciones marcadas y música potente. Y acá el foco es la familia unida, que en lo interno se 'matan', pero para el afuera son un ejército implacable, que pueden con todo, y con un país inestable que les ofrece una desgracia cada diez años.

Elenco ecléctico

El largometraje, escrito por Casciari y Christian Basilis, cuenta con las actuaciones protagónicas de Florencia Peña y Diego Peretti. El elenco lo completan Guillermo Arengo, Ángela Torres, el ramense Agustín Battioni y Bruno Giganti.

El éxito de Más respeto que soy tu madre

“La repercusión que estoy teniendo de la película es muy buena. Estoy escuchando lo que quería escuchar, esto del cine italiano, que la gente se ríe, se emociona, se siente identificada, como que la película va al corazón. Es un poco mi impronta, ir a tocar un poquito el alma”, manifestó Marcos. 

El valor cultural del Teatro Universidad

“¡Lo aplaudo de pie! Me parece fundamental que siempre haya un cine o un teatro en una Universidad. Es una materia adicional, no solo de esparcimiento, sino de incorporación de conocimiento, se está consumiendo cultura dentro de un lugar donde se forma gente. Se puede ver una película, un show o una obra de teatro. ¡Me parece genial!”, elogió el cineasta.

-En una comedia teatral tenés una respuesta inmediata con las risas del público. En cine, ¿cuál es tu termómetro para realizar este género?

-La comedia, tanto en cine como en teatro, se termina de completar cuando el público la ve, cuando está sola siempre le falta una pata. En teatro primero hay ensayos y uno supone que lo que está haciendo en determinado momento de la obra es gracioso, que ahí el público se va a reír, pero se termina de cerrar cuando aparecen los espectadores. Por ejemplo, cuando dirijo teatro veo cómo los actores se acomodan una vez que un primer público los vio, cuando descubren que a lo mejor hay risas en lugares que no pensaban que iba a pasar, y viceversa, eso va marcando un timing. En el cine eso no ocurre, uno se manda, supone, y después ve. En Más respeto que soy tu madre me pasa que la gente se ríe de más cosas de las que yo pensé que se iban a reír, y también varía de público en público.  

-Contás con una extensa trayectoria en cine, ¿hay algún denominador en común al encarar tus filmes?

-Sí, el ser humano, me interesan las historias humanas, no así las tramas por las tramas, ni los géneros por los géneros. Cuando me preguntan si me gustaría hacer un policial, respondo que depende de qué cuente. En la pantalla quiero personajes que sean empáticos con la gente, entonces, se rompe la cuarta pared y el público se identifica con esos sentimientos y problemáticas. Me interesa entretener y que sea una película que alimente con algo. Por ejemplo, a partir de Elsa y Fred, hubo gente que se dio cuenta que un día se iba a morir y que tenía que aprovechar el tiempo, que no podía perderlo detrás del miedo, de prejuicios, o de hacer lo que el otro quería que se haga. De pronto hubo gente que se separó, que hizo un viaje, que se puso a pintar cuando se dedicaba a otra cosa, que empezó a hacer, ¡ese es el mejor premio para una película!

-Empezaste en el mundo publicitario, ¿qué te llevaste de ese ámbito para tu incursión en el cine?

-En realidad, me metí en el mundo de la publicidad porque en ese momento hacer cine era prácticamente imposible, siempre es difícil, pero en ese momento era muy difícil. Así empecé a trabajar en el mundo audiovisual, y tuve la fortuna de caer en una agencia muy grande, cuyo dueño era un gran creativo y redactor publicitario, que me enseñó a escribir con ese estilo, con una literatura muy conceptual y precisa, diferenciando bien el concepto de la idea, y eso me sirvió después. Lo trasladé a los guiones y a la televisión, cuando trabajé tanto tiempo en Polka con Adrián Suar. Le imprimimos un poco eso, no escribir por escribir, ni escribir largo, sino hacerlo más corto, más concentrado, conociendo qué es un efecto, y qué no. Además, me dio una experiencia tremenda, porque fui redactor creativo, y director creativo, durante diez años. Luego, pasé a dirigir cine publicitario, que también fue un fogoneo tremendo, era filmar y filmar.

-Este año también estrenaste Granizo, directamente en Netflix, ¿cuáles fueron las singularidades de debutar en la plataforma de streaming?

-En un principio, y creo que nos pasa a todos, es un poco raro, porque los que probamos las mieles de la sala de cine llena, los estrenos en cine, la ceremonia y todo eso, es como que lo extrañamos. Las nuevas generaciones seguramente no, porque ya van a nacer con la plataforma al lado. En este caso estamos haciendo la transición. A veces, como ocurre con Más respeto que soy tu madre, hay un período de sala y luego va a una plataforma, y otras veces no, como pasó con Granizo, que fue original de Netflix. En este último caso, el lanzamiento que tuvo, y la importancia que se le dio, fue hermoso. Me encanta el sistema, salió en 190 países el mismo día, y 120 millones de personas la vieron, algo que en una sala de cine nunca pude, ¡es imposible!

Un viaje en el tiempo: el recuerdo de Viudas

La película cuenta con las actuaciones protagónicas de Graciela Borges y Valeria Bertuccelli, y las participaciones especiales de Rita Cortese y Martín Bossi. El relato se centra en Elena y Adela, quienes transitan juntas el dolor de la pérdida y aprenden a vincularse no sólo como las viudas del mismo hombre, sino, también, como las dos grandes mujeres que son. “Fue una gran película, es una de mis favoritas. Todo lo que tengo de Viudas son lindos recuerdos”, destacó Marcos.

Luego, sobre la experiencia de rodar en la UNLaM, resaltó: “Fue uno de los sets más cómodos que he tenido, gracias a la Universidad que nos cedió absolutamente todo. Armamos un hospital en las aulas. ¡Me acuerdo la amplitud! Fue súper lindo y agradable, fuimos bien recibidos”.

En rodaje

Días atrás, Carnevale arrancó la filmación de la serie Amores inesperados, protagonizada por Martín Bossi, para Star+. “Son seis episodios y Martín hace un personaje distinto en cada uno. Los capítulos son autoconclusivos y cuentan con diferentes elencos”, adelantó.