Aplican inteligencia artificial para optimizar la fruticultura

Se trata de una herramienta que maximiza el rendimiento productivo frutícola frente a los desafíos que plantea el cambio climático. La startup BioTango, con aporte técnica del INTA, le ofrece al productor una respuesta específica, de máxima eficiencia, a partir del análisis de una combinación de gran cantidad de datos genómicos, climáticos y ambientales.

La Inteligencia Artificial (IA) está en todas partes y ya es parte de la vida cotidiana. Es así que las máquinas son capaces de analizar datos y patrones para aprender de ellos y tomar decisiones informadas sin necesidad de la intervención de un humano. Esta infinidad de capacidades son una oportunidad para el agro, frente a un mercado nacional e internacional más selectivo y exigente.

“Biotango se desarrolló con un sistema de apoyo a la decisión basado en Inteligencia Artificial (AI-DSS, por sus siglas en inglés). Se trata de una herramienta innovadora que maximiza el rendimiento productivo, impulsando la rentabilidad frente a los desafíos que plantea el cambio climático”, especificó Gerardo Sánchez, biotecnólogo de INTA San Pedro, Buenos Aires, quien aseguró que “la fruticultura es una de las actividades que más pérdidas registra por la incidencia del clima”.

En esta línea, detalló: “El sistema basado en IA le ofrece al productor una respuesta específica, de máxima eficiencia y con un aprovechamiento óptimo de los recursos, a partir del análisis de una gran cantidad de datos genómicos de los frutales, combinados con datos climáticos y ambientales”.

Para esto, el sistema con IA combina los datos del genotipo de más de 200 variedades de durazneros con información fenotípica y climática, mediante computer vision, e integra el modelo con fecha de cosecha, floración y requerimientos térmicos. “Este campo de Inteligencia Artificial e Informática le enseña a los sistemas a ver y entender el contenido de las imágenes digitales”, explicó Sánchez a Prensa INTA.

Asimismo, el especialista celebró el logro que “confluye la posibilidad de capturar datos con que está cambiando el clima de una parte del mundo, con la posibilidad de analizar genomas y con el desarrollo de las capacidades técnicas de la IA. Esa confluencia permite abordar un problema que parecía inabordable: la interacción entre la genética y el ambiente”.

Ante la gran expectativa que genera esta herramienta, Sánchez aclaró que “el sistema está en desarrollo” y que, si bien cuentan con los algoritmos, todavía falta la interfaz. “Estamos avanzando para lograr la aplicación web y la aplicación para que puedan usar los productores”, finalizó.