Las empresas recuperadas de La Matanza, en crisis por los tarifazos

Tras evitar los incrementos en los servicios por el amparo judicial que rigió en el Distrito durante el año pasado, el costo de las tarifas vuelve a pegar de lleno en la sustentabilidad de las recuperadas locales.

Si algo llevan en su ADN los trabajadores que levantaron de las cenizas a las fábricas y empresas recuperadas, muchas vaciadas en momentos de crisis, es el tesón para la lucha. Hoy, esas dificultades tienen otros nombres: tarifazos y caída de la demanda y la producción.

En La Matanza, durante gran parte de 2016, los aumentos en la luz y el gas pasaron casi inadvertidos para las recuperadas locales por la vigencia del amparo judicial que suspendió esas subas entre junio y fin de año. Pero, con la aprobación de los nuevos cuadros tarifarios, esa medida dejó de tener efecto y, en un contexto en que la retracción de la actividad se acentúa, las boletas que están recibiendo son una dificultad importante para su sostenimiento.

En la Cooperativa de Trabajo La Matanza, una empresa de Isidro Casanova que se dedica a la fabricación de tornillos, las facturas de luz pasaron de los mil pesos bimestrales a los once mil pesos mensuales que, en promedio, recibieron a partir de enero de este año.

“Estamos consumiendo la mitad de electricidad que hace un año porque, por la apertura de las importaciones, estamos trabajando a un 40 por ciento de capacidad. Acortamos las jornadas laborales y los viernes no producimos más, pero ya acumulamos una deuda de 25.000 pesos con Edenor porque no llegamos a pagar el total”, relató a El1 Digital Edith Garay, una de las once integrantes de la cooperativa. El aumento de los costos sumado a una menor cantidad de ingresos fue un golpe fuerte para su poder adquisitivo: hoy, el monto que cada trabajador retira a fin de mes es un 30 por ciento más bajo que en 2015.

En la textil 10 de Noviembre, de Lomas del Mirador, el problema también es la luz: las boletas que, hasta el año pasado, no superaban los 9.000 pesos, hoy, se convirtieron en facturaciones de 40.000 pesos mensuales. “Somos 18 compañeros y es imposible que lleguemos a pagar el total, entonces vamos cancelando lo que podemos. Pero así se nos acumuló una deuda de 60.000 pesos que, a su vez, nos genera intereses y la empresa nos llama todas las semanas para advertirnos una posible suspensión del servicio”, graficó Antonia Argota, presidenta de la cooperativa.

Ahogo financiero
En El Palmar, la fábrica de ladrillos de Laferrere que sus trabajadores recuperaron en medio de la crisis de 2001, las dimensiones del problema son aun mayores: por los enormes hornos que usan para su producción, las facturas de gas rozan los 800.000 pesos, mientras que las de luz promedian los 400.000 pesos mensuales.

“Antes, pagábamos unos 40.000 pesos en promedio por cada servicio y con 80 palets de producción ya cubríamos ese gasto, pero hoy necesitaríamos unos 800 palets solo para pagar esas facturas. La demanda no repunta y no podemos trasladar esos aumentos al costo al precio final de los ladrillos porque venderíamos todavía menos. Si la situación se mantiene así, van a quebrar todas las cooperativas”, advirtió Gerardo Fernández, uno de sus integrantes.

Los 49 socios de la cooperativa Cristales San Justo también saben de cifras que asustan: su última boleta de gas ascendió a los 805.288,72 pesos de consumo y otros 199.969,25 pesos de transporte, a las que se sumaron otros 99.858 pesos de luz.

“Estamos ahogados financieramente y por eso apagamos el horno cada vez más temprano: hasta 2015, solo dejábamos de producir en enero y febrero; el año pasado, lo apagamos entre noviembre y abril y, ahora, ya estamos pensando frenar en agosto. Lo único que buscamos es sobrevivir”, sintetizó Juan Carlos Hidalgo, presidente de la cooperativa.

Promesas que no se cumplen
El año pasado, las fábricas nucleadas en el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER), muchas de ellas matanceras, tomaron en varias oportunidades el Ministerio de Energía para reclamar subsidios. En diciembre, finalmente, se logró la Resolución 591 con la que el Gobierno nacional se comprometió a subsidiar hasta el 50 por ciento del consumo eléctrico de las cooperativas nucleadas en el MNER. Pero el beneficio aun no llegó a las recuperadas, que siguen acumulando deudas por miles y miles de pesos. En junio, Energía renovó esa promesa y aseguró que se ampliaría a las tarifas de gas, algo que, por el momento, tampoco se concretó.

En ese marco, cada empresa queda librada a su capacidad de negociación. “Los primeros meses del año, Edenor no nos reconocía el beneficio, a pesar de que llevábamos todos los papeles que teníamos firmados. Después de tanta insistencia, logramos que nos dejen pagar la mitad de las boletas, pero mientras tanto vamos acumulando deuda”, criticó Garay. En el mismo sentido, Fernández advirtió: “Logramos que no nos corten los servicios y pagar el 50 por ciento de las facturas pero no hay ninguna reglamentación que nos asegure que mañana no nos van a reclamar deudas”.

Por su parte, el Gobierno bonaerense emitió, en diciembre, la Resolución 100 para subsidiar parte del consumo eléctrico a un listado específico de recuperadas, entre ellas, la 10 de Noviembre. “La ayuda aparece en el Boletín Oficial pero nunca se concretó y llamamos a La Plata y nadie se hace cargo”, subrayó Argota.