El movimiento obrero se unió para poner freno a los despidos y reclamar que se genere empleo

Las centrales obreras locales se reunieron en un plenario para emitir un documento que declara el “estado de alerta y movilización” del movimiento obrero y cuestiona las políticas del Gobierno nacional.

Los representantes gremiales se reunieron en el Centro Cultural Valentín Barros y alertaron sobre el crecimiento de la desocupación y los perjuicios que están generando las políticas gubernamentales en el pueblo trabajador. Participaron las dos CGT, ATE, al CTA y referentes de cerca de 60 gremios.

El comunicado llama a la “unidad, solidaridad y organización en defensa de los trabajadores”, puesto que expone que “las medidas adoptadas por el Gobierno nacional atentan contra el trabajo y el poder adquisitivo de los trabajadores, profundizando las necesidades de la mayoría del pueblo argentino”.

“Las políticas neoliberales, lejos de resolver, han consumado su objetivo mayor que es el salvaje reemplazo del Estado por el mercado en beneficio de los intereses de los sectores más concentrados de la economía”, continúa. Por ello, reclaman la “protección del trabajo y de la producción nacional, terminar con los despidos en el sector público y privado y reincorporar” a los cesanteados, “sostenimiento de las paritarias libres sin tope salarial, no a la extensión de la edad jubilatoria e implementación del 82% móvil para los jubilados”.

Además, piden la “desgravación tributaria del empleo, retroceder con los tarifazos en los servicios públicos y transporte que perjudican al pueblo trabajador”, rechazan el “endeudamiento externo descontrolado” y la “criminalización de la protesta sindical y social””. Por último, sugieren el “desarrollo de políticas que controlen los aumentos de precios” y la “universalización del salario familiar para todos los trabajadores”.

“El movimiento obrero, en estado de alerta y movilización, no tiene otra opción que recorrer el camino de la unidad para la construcción colectiva de un modelo nacional independiente”, concluye el documento.

El líder de la CGT opositora, Ernesto Ludueña, reclamó la restitución del funcionario provincial Sergio Castro, se opuso a la división de La Matanza y llamó a la “unidad de acción” contra el “ajuste arbitrario para el sector más desposeído”. “Empezamos este camino de reconstrucción de la unidad del movimiento obrero, más allá de algunas diferencias, para defender cada puesto de trabajo que quieran atropellar. Estamos en un camino hacia el abismo y debemos tener un movimiento obrero organizado y unido en toda la Argentina”, subrayó.

Por su parte, el líder de la central obrera oficialista, Mario Ortiz, remarcó que “la gran mayoría del movimiento obrero es peronista” y planteó que con el encuentro en suelo matancero “se enciende una mecha que va a servir para todo el movimiento obrero a nivel provincial y nacional”. “No se puede mirar para el costado. Tenemos que salir a defender los intereses de los trabajadores de un modelo de empresarios que hoy maneja el país”, culminó.