Un joven, culpable de asesinar a su padre en Ramos Mejía
Según informaron en exclusiva fuentes judiciales a El1, el victimario cometió el homicidio "bajo un estado mental alterado por antecedentes psiquiátricos previos y consumos problemáticos".
El Tribunal en lo Criminal N° 1 del Departamento Judicial de La Matanza encontró culpable a un hombre, identificado como Ariel Souto, de asesinar a su padre bajo "un estado mental alterado por antecedentes psiquiátricos previos y consumos problemáticos". De acuerdo al fallo, los magistrados resolvieron imponer como medida la internación de Souto, que deberá realizar en el ámbito de la Unidad Penitenciaria N° 34 de Melchor Romero.
El delito por el cual se lo condenó fue el de “Homicidio agravado por el vínculo” y el crimen tuvo lugar en un período de tiempo comprendido entre los días 6 y 8 de noviembre de 2021, en el interior de una vivienda ubicada en las cercanías de calle Yerbal y la avenida General San Martín, de la localidad de Ramos Mejía.
Información oficial
Según informaron fuentes judiciales en exclusiva a El1, el condenado le propinó al menos un golpe en la cabeza a la víctima, identificada como Manuel Octavio Souto, de 73 años, “con la intención de dar muerte”, lo que le generó una herida que a la postre desencadenaría su deceso. Luego del ataque, la víctima permaneció en la mesa de la cocina de la vivienda cubierto con una frazada hasta que fue hallado por otro de sus hijos, que se acercó a la casa ya que no atendía sus llamados.
Allí, dio aviso a una ambulancia que se presentó en el lugar. Los profesionales de la salud confirmaron el fallecimiento de la víctima y comenzaron con las curaciones de Souto, quien contaba con cortes en distintas partes de su cuerpo. “Su conducta se hallaba condicionada por su estado de ebriedad y descompensación de su patología de base, que es la psicosis”, menciona el documento oficial al que accedió este medio en referencia a la explicación del suceso.
En la vivienda, los peritos encargados de las investigaciones habían incautado un martillo con manchas hemáticas de la mesada de la cocina y un cuchillo que también se encontraba con sangre en el piso del baño de la vivienda, como potenciales armas con las que se habría llevado a cabo el asesinato.
