Un empate que dejó bronca y decepción

El Mirasol le ganaba 1 a 0 a Temperley y se ponía a dos puntos del líder Agropecuario, pero a un minuto del final el árbitro Rodrigo Rivero sancionó un penal inexistente a favor del Gasolero que le permitió al local llegar a la igualdad.

Foto: Prensa Almirante Brown

En el cierre de la primera rueda, Almirante Brown tenía este sábado un compromiso muy complicado ante Temperley en el Alfredo Beranger. En los cálculos previos, un empate no era un mal resultado. Sin embargo, por la manera en que se dio el encuentro, el 1-1 que cosechó en la cancha del Gasolero dejó mucha más bronca que conformismo. No porque el Mirasol haya evidenciado una superioridad notable durante el juego, sino porque el equipo de Alejandro Orfila logró ponerse en ventaja cuando el 0-0 parecía inamovible y la igualdad llegó en el final, cuando no pasaba demasiadas zozobras, y a través de un penal inexistente sancionado por el árbitro Rodrigo Rivero.

En la etapa inicial no hubo mayores emociones. El Celeste se mostró un poco más ambicioso que Almirante, pero no tuvo claridad para generar situaciones de peligro. Y el conjunto aurinegro parecía cómodo ante la impotencia ofensiva del local.

En el complemento, el trámite no cambió demasiado. Aunque el Mirasol mostró una versión mucho más mejorada con los ingresos de Diego García y José Escurra por los improductivos Tomás Bugallo y Nazareno Bazán. Y cuando el encuentro comenzaba a languidecer, a los 30 minutos, Almirante se encontró con una chance tan inesperada como insólita gracias a un inocente penal cometido por Lucas Angelini, por un grosero agarrón de camiseta a Alan Barrionuevo. El Gurí García volvió demostrar su notable eficacia desde los doce pasos y puso el 1-0 que, por cómo venía el juego, parecía inmodificable.

Diego García puso en ventaja al Mirasol.

Pero ocurrieron dos hechos clave que modificaron el destino del partido. Primero, la expulsión de Matías Belloso, que en el puñado de minutos que disputó recibió dos tarjetas amarillas (la segunda, por tirar lejos una pelota) que derivaron en su expulsión y que hizo que Almirante tuviera que jugar los últimos minutos con uno menos. Y después el mencionado error de Rivero, que vio infracción de Christian Moreno sobre Luis López dentro del área cuando el delantero, en realidad, se dejó caer y logró engañar al árbitro. Angelini, de zurda, aprovechó el regalo y puso el 1 a 1 definitivo.

Así, con más fastidio que satisfacción por esos dos puntos que se le escurrieron en Turdera, Almirante terminó una primera rueda más que aceptable desde los números (con un partido menos, quedó segundo, a cuatro unidades del líder Agropecuario), pero con la sensación de que debe mejorar mucho en su juego para poder pelear por el ascenso hasta el final.

En la próxima fecha, cuando arranque la segunda mitad del campeonato, el Mirasol visitará a San Telmo, el último de la tabla, con la obligación impostergable de volver a la victoria para consolidarse en los puestos de arriba.