Trágico aniversario: los esfuerzos de los trabajadores de Belcar y de CEDIMA para resurgir de las cenizas

Los empleados de la empresa, hoy, están nucleados en una cooperativa de trabajo. “Es durísimo rememorar ese día”, reconocen. El Centro de Discapacitados de La Matanza, otro de los grandes afectados. “Fue un día funesto, los daños fueron irreparables”, lamentaron.

De la edición impresa.

Parecía que iba a ser un miércoles cualquiera, pero no lo fue. Ese 25 de octubre de 2017, alrededor de las 6.30, incluso hasta el más desatento supo que algo grave estaba pasando. La explosión y posterior incendio de un reactor de la fábrica de tintas y adhesivos Belcar, sita en Matheu al 2.300, San Justo, provocó una columna de humo, un “hongo”, que se vio a kilómetros de distancia. A cinco años de este trágico evento, que dejó como saldo un operario fallecido, los trabajadores de la empresa y del Centro de Discapacitados de La Matanza (CEDIMA) recordaron los hechos y contaron cómo siguen adelante.

Seguir activos

Nicolás Chaile, por entonces empleado de Belcar y, en la actualidad, presidente de la cooperativa de trabajo NCK, habló con El1 sobre el incendio: “Recordar ese día es durísimo, sobre todo, por la pérdida de nuestro compañero”, expresó.

Tras el siniestro, en 2019, Belcar cerró sus puertas. En ese momento, nació NCK Tintas Gráficas, una cooperativa compuesta por los operarios y que funciona en el mismo establecimiento. “Elegimos la sigla NCK por Néstor Carlos Kirchner. Estamos activos, seguimos dedicándonos a la elaboración de tintas y barnices para la industria gráfica”, contó Chaile. 

Reconstrucción histórica

CEDIMA está ubicado en Arieta 3.950 y es lindero de la exBelcar. El siniestro de 2017 provocó daños en un 80 por ciento de la sede y siguen visibles en la actualidad. “Para nosotros, fue un día funesto que nos provocó un daño impresionante e irreparable”, lamentó Leonardo Mariño, presidente de la institución.

Pese a las adversidades, CEDIMA sigue con su reconstrucción histórica, proyectada a largo plazo: “2020-2059” reza un cartel en la entrada de la entidad. “Seguimos luchando. Hoy, muchas personas con discapacidad siguen haciendo deportes en nuestra sede. Somos cerca de 1.400 personas que tratamos de sacar adelante el centro”, cerró Mariño.

Controlar a un monstruo envuelto en llamas

En el incendio de Belcar, trabajaron cerca de 25 camiones hidrantes y 60 bomberos matanceros que contaron con el apoyo de dotaciones de seis municipios. “Además del reactor que explotó, había tres tanques de alcohol isopropílico bajo tierra. Por eso, al ser un incendio con productos químicos, utilizamos espuma y no agua para enfriar. Se trabajó con profesionalismo y se extinguió el foco a pesar de que tuvo mucho riesgo”, explicó el subcomandante Cristian Castiñeira, segundo jefe de la entidad local de Bomberos de La Matanza.

La explosión y las medidas de seguridad

Sobre las posibles causas de la explosión, Chaile planteó: “Nuestra teoría es que hubo una pérdida de gases. Esa pérdida se concentró en la zona de calderas y generó la explosión del reactor y el posterior incendio”. Por ello es que, al día de hoy y con la trágica experiencia a cuestas, desde NCK Tintas Gráficas, buscan generar un “ambiente de seguridad tanto para los trabajadores como para los vecinos de la zona”.

Víctima fatal

Antonio Salas, el nombre del empleado que falleció como consecuencia del trágico incendio de Belcar.

“Estábamos sentados arriba de una bomba”

Gladys Bustamante. Vicepresidenta de CEDIMA.

“Teníamos el fuego arriba de nuestras cabezas”

Ricardo Perdiguero. Coordinador de CEDIMA.

“Solicitamos el traslado de estas empresas”

Leonardo Mariño. Presidente de CEDIMA.

“Podría haber sido una tragedia más grande”

Nicolás Chaile. Presidente de la cooperativa NCK.

“Pensamos que se había caído un avión”

Juan. Trabajador de la exfábrica Belcar.   

“Se nos fue un compañero y fue muy doloroso”

Carlos. Trabajador de la exfábrica Belcar.   

Desde el aire

El incendio de Belcar fue retratado desde un avión que cruzaba el Río de La Plata.