¿Por qué aparece la culpa en el ocio vacacional?

Alberto Sánchez, psicólogo y psicoterapeuta, postuló en Radio Universidad los argumentos por los cuales una persona no debería sentirse presionada por realizar tareas durante su tiempo de descanso.

Por Alberto Sánchez*

Estamos hiperconectados. No solo a las redes, sino al trabajo y a la necesidad de estar continuamente haciendo algo, como si tener un momento de ocio fuera algo que no corresponde. Pareciera que hay que ser productivo, hay que producir, y no se puede tener momentos para uno mismo porque es contraproducente. 

Muchas personas trabajan constantemente. Muchos, fuera de horarios laborales, potenciado en gran parte por la opción del empleo remoto. Las vacaciones dan la posibilidad de descansar y el mejor modo de hacerlo es comenzar antes de haber comenzado. Es decir, empezar a imaginar y a disfrutar de aquel lugar donde estaremos, pero también dar lugar a la posibilidad de que algo puede salir mal.

Está la posibilidad de olvidar algo en la valija o de que algo no llegue a tiempo. Hay que disculparse con uno mismo por lo que no podamos hacer perfecto. Querer que eso pase, la necesidad de control, significa mucho estrés tanto en la playa como en el trabajo. Una semana antes será suficiente para organizar lo necesario para el viaje y tomarlo con calma, sin idealizaciones.

Todo lo que se idealiza termina frustrándonos si no lo tomamos de manera tranquila. Incluso, el proceso de organización puede ser un momento de disfrute; podemos hacer una prueba, cualquiera de nosotros: vamos a segregar saliva con solo imaginar, en este preciso momento, la comida que más nos gusta. Hay cosas que se pueden ir disfrutando previamente.

Estar con uno mismo, disfrutar de ese tiempo o aburrirse son síntomas válidos que debemos aceptar. El segundo tiene una mala prensa, lo vemos como algo terrible. Pero no siempre vamos a estar pudiendo ni hacer algo ni necesariamente lo que nos gusta. El contacto con uno mismo debe existir, por más difícil que sea.

Esto se debe mantener durante todo el año, no solo en épocas vacacionales. De lo contrario, se idealiza ese período de tiempo y, al momento de volver, llega la angustia. Hay que encontrar momentos de la semana, aunque sean pequeños, buscar un equilibrio entre obligaciones y momentos de descanso para estar tranquilos y disfrutar de hacer lo que nos gusta.

*Psicólogo y psicoterapeuta