La violencia contra la mujer en entornos digitales: una problemática silenciosa y en aumento

Al aire de Radio Universidad , Luis Brognia, Agente Fiscal Departamental de La Matanza, analizó la violencia histórica contra la mujer y analizó los delitos que ocurren en plataformas virtuales que involucran a menores de edad.

La violencia en entornos digitales es una expresión más de la violencia contra la mujer. Es una herramienta que se está utilizando en la actualidad y que tiene su origen en una violencia histórica contra el sexo femenino.

Si bien ha evolucionado mucho el tratamiento de los casos de violencia de género, hoy se intenta descalificar todo ese progreso ocurrido sobre todo en la última década. Si nos remontamos a inicios de este siglo, prácticamente no había sanciones penales ni denuncias contra los casos de violencia de género; tampoco contra los casos de abuso sexual, algo que se ha incrementado exponencialmente.

En cuanto a las sanciones, hoy son con penas de prisión ya sea condicional o de cumplimiento efectivo. Esto es gracias a la evolución de un nuevo paradigma en el tratamiento de la situación de la mujer en general. Hubo una transformación cultural y social muy importante respecto al estatus y al rol de la mujer en la sociedad que determinó que lo que antes era naturalizado como violencia doméstica, hoy ya no se acepta, sino que se castiga.

Aumento de la violencia digital

No toda la violencia digital está contemplada desde el punto de vista jurídico penal, es decir, que no toda la violencia digital es delito. No obstante, sí hay expresiones graves dentro de la violencia digital que pueden constituir delito.

Uno de ellos es el grooming, que fue incorporado a nuestras leyes en el 2013 a partir de un hecho aberrante en el cual un sujeto masculino contactó a una niña luego de mantener un diálogo a través de una plataforma durante cuatro meses. El sujeto logró primero la fidelización de la niña, seguida por la absoluta confianza de la menor, hasta que se encontraron y ese encuentro terminó en el femicidio de la niña.

Hoy el acoso a través de las redes sociales o las plataformas digitales pueden ser a través de juegos online: en su mayoría son el contacto entre un menor y un mayor con fines sexuales. Generalmente, el sujeto activo crea un perfil falso y se hace pasar por una persona de menor edad para poder contactarse con niñas. Más allá de la información que le puedan proporcionar el o la menor, investigan su situación y procuran generar una relación de confianza. Luego viene lo que es la seducción y ahí ya se produce un intercambio de material de índole sexual.

Una vez que obtienen esas imágenes se produce la extorción para que la niña haga algo que puede producirse a través de un contacto físico; también, ese material obtenido es utilizado para comercializar material de abuso sexual infantil que, lamentablemente, es uno de los negocios más redituables en la actualidad.

No le resulta difícil a la justicia investigar estos delitos, pero sí demanda algún tiempo poder hacerlo. Por suerte tenemos buenos resultados, realizamos allanamientos y logramos sancionar a muchos responsables de este tipo de delitos. Los allanamientos los organiza la procuración general a través de todas las departamentales y permiten visibilizar la gravedad de lo que está pasando con la comercialización de material de abuso sexual infantil.

El acceso de los menores de edad a plataformas virtuales

En Argentina, la edad promedio de acceso a las plataformas virtuales es los nueve años. De esta manera, el 50 por ciento de los niños mantienen conversaciones con extraños, de los cuales la mitad recibe propuestas sexuales. Asimismo, a uno de cada dos menores les envían propuestas de noviazgos, mientras que uno de cada cuatro mantiene contacto físico con este tipo de sujetos.

Yo creo que todo esto ocurre porque estamos frente a un sistema delictual relativamente nuevo. Las herramientas jurídicas no están lo suficientemente actualizadas como para poder contrarrestarlas. Además, la sociedad aun no ha tomado conciencia de la gravedad de lo que está ocurriendo, ni la legislación se ha adaptado lo suficiente para poder contrarrestar este tipo de flagelo.

*Agente Fiscal Departamental de La Matanza.