Lenguaje inclusivo: “Las motivaciones detrás de la resolución de la CABA no son pedagógicas”, advierten

En comunicación con Radio Universidad, Daniela Lauria, investigadora del CONICET y de la Universidad Nacional de Pedagogía analizó la prohibición de este fenómeno y opinó sobre las posibles motivaciones.

La resolución del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, de prohibir el lenguaje inclusivo en las escuelas públicas y privadas de todos los niveles de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) generó repercusiones no solo en el ámbito escolar, sino también en los distintos sectores políticos y en la sociedad en su conjunto. Incluso, diputados bonaerenses presentaron un proyecto de ley para replicar la medida en las instituciones educativas de la Provincia.

En este contexto, Daniela Lauria, investigadora del CONICET y de la Universidad Nacional de Pedagogía, aseguró en comunicación con Radio Universidad que el fenómeno del lenguaje inclusivo está presente “hace ya muchos años”: “En la lengua española, primero se desarrolló el llamado ´lenguaje no sexista´, relacionado con la visibilización de la mujer, pero en el último tiempo se empezó a incluir la cuestión no binaria, donde se tienen en cuenta otras identidades sexogenéricas que quedaban silenciadas”.

Al referirse a la resolución de la CABA, Lauria analizó que en los considerandos se cita a la Constitución Nacional y la Ley de Educación Nacional, pero, al mismo tiempo, se “evita estratégicamente” mencionar las leyes de Educación Sexual Integral, de Género e incluso la Ley Micaela, de alcance nacional. De esta manera, señaló que “se puede presentar un amparo fácilmente porque hay leyes nacionales que están sancionadas”. “Son derechos lingüísticos. Si el documento dice ‘no binario’, ¿qué hacemos?”, cuestionó.

¿Afecta la lectoescritura?

Lauria destacó que, junto a un grupo de investigadores y lingüistas del CONICET, trabajó en un informe sobre el lenguaje inclusivo desde distintos enfoques, tales como la psicolingüística, el análisis del discurso y la política del lenguaje. Así es como concluyeron que “no hay evidencia de que el uso de dicho fenómeno provoque inconvenientes en la adquisición de la lectoescritura”.

“De hecho, hay estudios que demuestran que los estudiantes trabajan mejor las cuestiones vinculadas con la reflexión sobre la gramática a partir de la formación de palabras. Una cosa es la lengua como la usamos y otra es estudiar la gramática”, comentó Lauria, y añadió que “no hay evidencia suficiente” que demuestre que no se dieron los resultados esperados de las pruebas de lectoescritura en la CABA debido al uso del lenguaje inclusivo.

Motivos

“Creemos que las motivaciones detrás de la resolución no son pedagógicas. Cuando se trabajan cuestiones relacionadas con la lengua, siempre hay que ver qué hay detrás de los argumentos que aparentan ser lingüísticos”, advirtió. Asimismo, planteó que se encuentran vinculados “argumentos políticos y se podría pensar alguno económico”, aunque se necesita más investigación para determinarlos.

Para concluir, la especialista alentó a discutir el lenguaje inclusivo en las aulas y en diversos ámbitos, ya que las prohibiciones tienen “una historia y memoria que lleva a otros contextos históricos”. Además, explicó que los cambios en la lengua “son muy lentos”. “Antes de que se efectivice un cambio en la historia de la lengua, tiene que haber variación, tal como ocurre ahora: hay hablantes que usan el lenguaje inclusivo y otros que no, por lo que hay que esperar a ver qué sucede, no podemos ponernos ansiosos”, cerró.