“La población infantil sin vacunar es un laboratorio para que el virus haga sus ensayos”, advierten especialistas

El ministro de Salud de la Provincia, Nicolás Kreplak, informó que, en el territorio bonaerense, hasta el momento, el 35 por ciento de los niños menores de once años no fue inmunizado contra el coronavirus.

El ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, comunicó en las últimas horas que alrededor del 35 por ciento de los niños bnaerenses menores a once años todavía no fue inmunizado contra el coronavirus. En ese sentido, los especialistas destacan que la población infantil sin vacunar es un laboratorio para el virus.

En ese sentido, el médico pediatra Mario Elmo, miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría y vicedecano del Departamento de Salud de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), indicó en comunicación con El1 Digital: “Cualquier estrategia de vacunación no solo apunta a evitar y prevenir la enfermedad de la persona que se vacuna, sino que también entiende a este proceso como una estrategia de políticas sanitarias. Para asegurarnos de que el virus no circule en la población, debería haber un 90 por ciento vacunado”. “De esa manera, se logra que el virus no tenga personas susceptibles a las que enfermar y, por lo tanto, la transmisión baja a valores poco significativos”, agregó.

“En el caso de la población infantil, que representa casi la quinta parte de la población en general y, si bien la incidencia de complicaciones es mucho más baja que la de la población adulta, también representan una posibilidad cierta para que el virus siga teniendo oportunidad de multiplicarse, de ensayar sus múltiples variantes”, explicó. “Sabemos que al COVID-19 le gusta cambiar, adaptarse, y eso permite generar nuevas cepas epidémicas e, incluso, volver a enfermar a personas que ya estuvieron expuestas al virus, por lo cual la población infantil sin vacunar implica un laboratorio para que el virus haga sus ensayos y eso es lo que no debemos permitir”, sumó.

A la vez, aseguró que la vacunación debe ser generalizada para toda la población, más allá de los factores de riesgo que tenga, porque es una medida de protección sanitaria. “Yo me vacuno no solo para protegerme de una enfermedad, sino también para proteger a mi comunidad, porque, si me enfermo, puedo transmitir el virus a una persona mucho más vulnerable y con más riesgo de enfermar y morir o de tener complicaciones”, explicó.

El profesional hizo hincapié en que, si bien la vacunación no es obligatoria, hay que apelar a la responsabilidad social: “No hay fundamentos que avalen la no vacunación, pero ocurre que existen muchos mitos y noticias falsas que circulan por las redes sociales, así como intereses ajenos a la Salud Pública y a la necesidad sanitaria, que juegan de una manera un poco perversa con esto de generar miedos en la población respecto a las vacunas”.

“En el caso de que una familia decida no vacunar a su hijo, nosotros, como personal de Salud, debemos trabajar en la persuasión y en la importancia de la vacuna y de todas las ventajas que su aplicación le da a esa persona, esa es una tarea para la que todos trabajamos sin descanso”, detalló. “Por suerte, hay un porcentaje muy grande de chicos menores a años que se están vacunando y eso genera que una familia que por ahí no quiera vacunar a su hijo al percibir que todo el entorno social de esa criatura lo está haciendo y no están presentando problemas es un factor que ayuda a esa familia a decidirse a la hora de vacunar a sus hijos”, finalizó Elmo.