La familia del comerciante asesinado en Ramos Mejía evalúa cerrar el kiosco

“A mi abuelo le sacaron un hijo y le pueden sacar un nieto”, expresó con dolor, Nicolás, el hijo de Roberto Sabo. “La idea es no seguir”, manifestó.

A poco más de diez días del crimen de Roberto Sabo, el comerciante que fue asesinado en ocasión de robo en su local ubicado en Avenida de Mayo al 800, Ramos Mejía, la familia de la víctima quiere cerrar el kiosco que hace décadas es la única fuente de ingreso familiar.

“Gracias a eso comíamos. Gracias a mi viejo que estaba siempre ahí. Y ahora el pedido de mi abuelo, tanto como de mi mamá, es que no se abra. La idea es no seguir porque los entiendo (a sus abuelos) al 100 por ciento de que tienen miedo. Les sacaron un hijo y les pueden sacar un nieto tranquilamente”, dijo, con dolor, Nicolás, hijo de la víctima.

Y prosiguió: “Está en mente hacer otra cosa. Ahora, por lo pronto, estamos todos pensando en voz alta: ‘Lo cerramos, bancamos que se termine el contrato, vendemos el fondo, vendemos la mercadería y lo cerramos’. Es como que no tenemos nada claro”.

Colecta solidaria

A través de la red social Twitter, dos usuarios conocidos como Iñaki Gutiérrez y Eugenia Rolón comenzaron una colecta virtual para la familia de Roberto Sabo, el kiosquero asesinado por una pareja de delincuentes en Ramos Mejía. El dinero fue depositado en una cuenta y transferido a Nicolás, el hijo del comerciante.

La iniciativa se generó durante la movilización del lunes 8 de noviembre, donde los usuarios conocieron a la familia y organizaron la colecta para publicarla en sus redes sociales. En minutos, el posteó se viralizó y en pocas horas lograron recaudar más de dos millones de pesos.

“Estamos en veremos, cómo haremos y qué haremos. Se agradece mucho a la gente que nos mandó la colecta, la plata y todo eso. Nos da un parche para pensar tranquilos -entre comillas- qué haremos”, cerró Nicolás.

El crimen

El hecho ocurrió alrededor de las 14 del domingo 7 de noviembre cuando Sabo fue asaltado y asesinado de, al menos, cuatro balazos en el interior de su kiosco. Un testigo fue quien alertó a la Policía cuando el asesino salió del local y se fugó con su cómplice en un Ford Focus color negro, que había sido robado minutos antes a mano armada a un remisero que se encontraba por la zona.

Los voceros detallaron que, en medio de la huida, los dos delincuentes que iban en el auto chocaron contra un árbol en el cruce de las calles Saavedra y Alvear, tras lo cual ingresaron a un supermercado con la intención de simular unas compras y cambiarse la vestimenta para no ser reconocidos.

De allí, ambos huyeron en una moto robada a un repartidor, aunque fueron alcanzados por los efectivos de la Comisaría Distrital Oeste Segunda de Ramos Mejía en Avenida de Mayo y Rivadavia.

En poder de los sospechosos se hallaron cinco teléfonos celulares, dinero en efectivo, un revólver calibre 22 con cuatro vainas intactas y una servida y una pistola 765 semiautomática.

Suárez quedó acusado en la causa, mientras que la adolescente que lo acompañaba fue puesta a disposición de la Justicia de menores, que deberá declararla inimputable porque tiene 15 años.