“Hay muchas fábricas que no tienen las condiciones de seguridad actualizadas”

A cinco años de la trágica explosión e incendio de un reactor de la fábrica Belcar, en San Justo, el subcomandante Cristian Castiñeira, segundo jefe de Bomberos Voluntarios de La Matanza, recordó su participación en el operativo para extinguir las llamas y expresó su visión de las medidas de protección en las plantas industriales.

A cinco años de la trágica explosión e incendio de un reactor de la fábrica de tintas y adhesivos Belcar, en San Justo, el subcomandante Cristian Castiñeira, segundo jefe de Bomberos Voluntarios de La Matanza, dialogó con El1 Digital, recordó su participación en el operativo para extinguir las llamas y consideró que “muchas fábricas” no tienen sus sistemas de protección actualizados contra este tipo de siniestros.

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“En realidad, hay muchas fábricas que no tienen las condiciones de seguridad actualizadas con sistemas modernos, pero tengo entendido que eso depende de la dirección de industria de cada jurisdicción. Bomberos no tiene la potestad ni el poder de policía para inspeccionar las condiciones de protección contra incendios que tiene cada empresa. Cuando nosotros llegamos al incendio, no sabemos con qué panorama nos vamos a encontrar”, marcó Castiñeira, al ser consultado acerca de si cambiaron las condiciones de seguridad contra incendios en las plantas industriales en estos cinco años.

Sobre el día de la tragedia, Castiñeira rememoró: “Estaba llevando a mi nena al colegio y escuché que sonó la sirena del cuartel. El colegio de mi hija queda a tres cuadras del mismo y cuando giro la cabeza para el lado de San justo, se veía un hongo de humo, era algo impresionante, algo que por lo menos yo muy pocas veces había visto”.

“Todo ocurrió debido a la explosión de un reactor cuya consecuencia fue el derrumbe de parte del frente de la fábrica y, al momento de nuestra llegada el incendio ya era generalizado. A esto hay que agregarle que la empresa tenía tres tanques de alcohol isopropílico con capacidad de entre 15.000 y 20.000 litros en cada tanque, todos enterrados bajo tierra”.

“Por eso hicimos los procedimientos correspondientes para poder bajar la temperatura de esos tanques inyectando espuma, que es un sistema de extinción que utilizamos cuando es un incendio de clase B, o sea con productos químicos. En esos casos no se tira agua, sino espuma. Hicimos rebalsar los tanques con emulsor y enfriar, todo a la vez porque era un incendio de mucho riesgo, tanto para el personal como para los linderos”, explicó.

Gracias al profesionalismo y la experiencia de la labora de Bomberos, los tanques subterráneos no llegaron a explotar. “Funcionaron las válvulas y además bomberos hizo un trabajo muy profesional en cuanto a la metodología de extinción. Se pusieron líneas exclusivamente para enfriar esa zona, se tiraba agua en forma constante y eso permitía que el fuego no genere que la temperatura alcance los valores límites para que se produzca una explosión, a su vez se inyectaba la espuma. Todo eso hizo que el incendio se fuera controlando hasta su extinción definitiva, algo que ocurrió recién varias horas después. Recuerdo haberme ido entre las tres y las cuatro de la tarde y aún quedaba personal”.

Los bomberos matanceros recibieron, como en otras ocasiones con siniestros de esta magnitud, el respaldo de dotaciones de distritos vecinos. “Vinieron de cuarteles de Tres de Febrero, Morón, Hurlinghan, todo esto debido a la demanda de agua que nos requería el enfriamiento de los tanques y la magnitud del incendio”, concluyó.