Especialistas alertan sobre el alto consumo de sal en el país

Aunque disminuyó desde 2005, los habitantes de Argentina consumen más del doble de sodio por día que el recomendado por la OMS.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cantidad recomendada de sal para consumir por día son cinco gramos por persona. Pero, en Argentina, cada individuo consume entre doce y trece gramos diariamente. Por eso, los especialistas pusieron el ojo en este tema y alertaron sobre las consecuencias por el exceso de sodio. La última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo afirma que el indicador que mide sistemáticamente el agregado de sal a la comida o cuánto se agrega al cocinar ha ido bajando desde 2005.

Este dato es “algo positivo”, destacó la nutricionista Marcela Leal al aire de Radio Universidad, aunque alertó que el 85 por ciento de la población argentina desconoce los efectos nocivos de la sal, al igual que su origen, por lo cual se “sorprenden” cuando descubren que ciertas cosas dulces contienen sodio. También puede depender de la cantidad de condimentos que se utilicen, el consumo de alimentos industrializados o el uso del elemento químico como conservante.

Efectos cardiovasculares, alteraciones renales y enfermedades crónicas no transmisibles, como hipertensión, diabetes y obesidad, son algunas de las consecuencias por la alta ingesta de sal. Por eso, Leal, máster internacional en Tecnología de los Alimentos, explicó que es tarea de los adultos educar el gusto de los niños desde temprana edad y evitar agregar sal a alimentos que no lo requieren y que ya tienen “sabores naturales”.

“Con las redes sociales y la proliferación de recetas saludables, la gente está utilizando menor cantidad de sodio para la elaboración de sus alimentos. Por ejemplo, se utiliza la harina integral o la banana madura bien pisada, que también puede ser un excelente reemplazante del azúcar. Si bien aún falta, por suerte la gente le está agregando menos sal o azúcar a sus comidas”, compartió Leal.

Siguiendo esta línea, comentó que la prevención tiene una “excelente relación costo-beneficio”. “Está demostrado que, si uno disminuye tres gramos de sal en su dieta diaria, con el tiempo bajará un diez por ciento la mortalidad por enfermedades cardiovasculares. Son medidas relativamente sencillas”, aseguró la especialista. Y, por último, intentó traer calma sobre el asunto pero resaltó: “No hay que asustarse ni demonizar a todos los alimentos, pero sí la gente debe saber que tiene que controlar este tipo de cosas, que se tiene que cuidar y que debe consumir mayor cantidad de frutas, verduras o carne fresca”.