Escándalo en el Colegio de Abogados de La Matanza por el despido de una empleada histórica

Patricia Perdiguera, secretaria administrativa de la institución hace más de 20 años, fue destituida de su cargo. Apuntan contra el actual presidente del C.A.L.M., Martín Rivas.

En las últimas semanas, se respira un aire de tensión en los pasillos del Colegio de Abogados de La Matanza (C.A.L.M.). Es que, a la polémica que generó la asunción de Martín Rivas como presidente de la entidad, ahora se le sumó otro escándalo: el despido de una empleada histórica.

Patricia Perdiguera, secretaria administrativa de la institución hacía 24 años, que conocía como nadie la historia institucional y financiera del CALM, fue destituida de su cargo bajo el planteo de que “siendo una de las empleadas más antiguas era, al mismo tiempo, una de las más costosas”, dijo una fuente, dando por válido que el despido de la empleada está vinculado con la idea de aliviar las arcas de la institución, que en la actualidad no pasa por su mejor momento económico.

Asimismo, el actual presidente de la institución, Martín Rivas, acusó a Perdiguera, entre otras cuestiones, por omitir el registro en un asiento de la suma de 3.399.715 pesos que ingresaron el 18 de diciembre del 2020 (mientras era presidente del CALM su padre, “Pampi” Rivas y Omar Lacoste, protesorero), y que habían depositado en un plazo fijo en el banco con el que operan habitualmente. En otras palabras, la conducción actual ordenó el depósito y propició la realización de un asiento incorrecto, realizado en la semana del 1 al 8 de Julio de 2021, pero intentaron involucrar a Perdiguera en el error. 

Además de esa acusación, le imputaron a la histórica empleada el pago de 3.035 pesos extras a la empresa de agua Bonsal S.A. que hace años trabaja junto a la entidad y que regularmente compensa esos sobrantes cuando se lleva a cabo la visita siguiente. El pago total, que era de 10.305 pesos se llevó a cabo día 22 de julio, sin la correspondiente factura de la embotelladora Bonsal S.A. existiendo solo un remito en favor del C.A.L.M., que daba cuenta de que el monto total era de 7.275 pesos.

Ante esta situación, la víctima habría sido obligada por empleados del CALM a notificarse personalmente del despido, en un episodio que terminó en gritos, insultos y sillas revoleadas por el aire cuando dos abogados de la institución salieron en defensa de Perdiguera.

En ese contexto, Perdiguera reclamó una vez más varios días de licencia, como consecuencia del ataque y persecución de Rivas. En su descargo, alegó haber sufrido serios "trastornos psicofísicos", "pérdida de cabello" y un estado de inestabilidad emocional permanente.

Lo cierto es que, al día de la fecha, la mujer que trabajó por casi un cuarto de siglo en el CALM, hoy está fuera de la institución. Sin embargo, está dispuesta a llegar hasta las últimas consecuencias en el ámbito de la Justicia y, según sus allegados, buscará no solo una disculpa pública, sino, también, que las autoridades se ajusten a derecho en cuanto a su rol como trabajadora de la institución. A pesar de todo lo vivido y del clima de violencia y misoginia al que estuvo expuesta, Perdiguera quiere volver a su lugar de trabajo.

Fuente: Punto G, Periodismo Digital.