Entrenar en verano: cómo evitar complicaciones al realizar actividad física en esta época del año

El Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires difundió una serie de recomendaciones para ejercitarse adecuadamente.

Si bien la actividad física es recomendable debido a sus múltiples beneficios tanto para la salud física como mental, las altas temperaturas registradas en el verano obligan a tener en cuenta ciertas consideraciones al momento de ejercitarse para evitar complicaciones y garantizar que el deporte contribuya al bienestar general. Desde el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires, destacaron que el incremento de la actividad muscular durante la práctica de ejercicio o en la competición “eleva la producción de calor” y ejercitarse en ambientes cálidos “supone hacerlo a temperaturas por encima de los 30 grados centígrados”.

Para prevenir una suba excesiva de la temperatura corporal, donde los rangos normales van de 36 a 38 grados pero en condiciones de ejercicio puede elevarse a 40, uno de los mecanismos que utiliza nuestro organismo es la sudoración. “Las personas que hacen ejercicio en condiciones cálidas tienen altas tasas de sudor. El consumo de líquidos a demanda no es suficiente para reemplazar por completo las pérdidas por sudor”, explicó Juan Pablo Novo, profesor de Educación Física y licenciado en Nutrición, matriculado en el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires.

Asimismo, Novo aseguró que la deshidratación “se asocia con la posibilidad de sufrir calambres, reducción del vaciamiento gástrico de los fluidos ingeridos en el ejercicio, dificultades cognitivas para procesar la información, fatiga y golpes por calor” que, como consecuencia, “pueden hacer peligrar la vida de la persona”. Es así como Novo consideró “fundamental” planificar las estrategias de hidratación que “permitan mantener un balance de fluidos y electrolitos óptimos para mejorar el rendimiento y garantizar el bienestar”.

“Un concepto clave es entender que sentir sed es una señal de emergencia, quiere decir que nuestro cuerpo ya presenta signos de deshidratación. Ningún deportista o persona que esté entrenando debería sentir sed mientras se ejercita”, advirtió. En este contexto, también aconsejó evitar horarios en que la exposición solar y la temperatura “sean nocivas para el organismo” y buscar “espacios ventilados y con sombra”. “Sugiero elegir prácticas o disciplinas acuáticas, porque son una buena manera de disminuir el impacto del ejercicio en el calor y colaboran para sostener el hábito de seguir entrenando en esta época del año”, agregó.

Desde el Colegio de Nutricionistas bonaerense, realizaron una serie de recomendaciones a la hora de practicar actividad física:

  • Beber de seis a ocho mililitros de líquidos por kilogramo de peso corporal dos horas antes del ejercicio.
  • Durante los entrenamientos, empezar a beber pronto y a intervalos regulares, cada diez o 15 minutos, para prevenir la deshidratación.
  • Los fluidos ingeridos deben ser más fríos que la temperatura ambiente, preferentemente con saborizantes para que sean más agradables y estimulen su consumo.
  • Si los eventos duran más de 60 minutos o las condiciones de temperatura y/o humedad son extremas, añadir carbohidratos o electrolitos, principalmente el sodio.