El Padre “Tano” y su recuerdo de Francisco: “Puso el cuerpo por una Iglesia pobre para los pobres”
El Padre “Tano” Angelotti encabezó una misa en La Matanza para hacer memoria y rezar por la Pascua del Sumo Pontífice.
El Padre “Tano” Angelotti, referente matancero de los curas de barrios populares, ofició una misa en Villegas, La Matanza, en recuerdo y memoria del Papa Francisco, quien falleció en la madrugada del lunes a causa de una apoplejía cerebral y un colapso cardiovascular.
Durante la ceremonia, a la que asistieron decenas de fieles, además de rezar por “el descanso eterno” del Sumo Pontífice argentino, también se recuperó su obra y se hizo hincapié en su legado.
“Sueño con una Iglesia pobre para los pobres y esa es la iglesia que soñó Francisco; por la que peregrinó, luchó y puso el cuerpo. Una iglesia como hospital de campaña que no tenga miedo de recibir la vida como viene, que siempre tenga lugar. Una iglesia en salida que salga a buscar a aquel que está roto, que está al costado del camino, que anda paria en la vida”, enfatizó el Padre "Tano" durante la oración.
Y continuó: “Una y otra vez Francisco nos repitió: prefiero mil y una vez una iglesia herida, manchada, equivocada por salir a la calle que atrofiada por la comodidad de quedarse adentro de la iglesia. fue un Papa que supo salir al cruce de los caminos, visitar las cárceles, a aquellos que la estaban pasando mal en la calle, recibir a los inmigrantes, defender a los niños y a los abuelos, que luchó frente a la cultura de la indiferencia con la cultura del encuentro”.
Para el Padre “Tano” Angelotti “Francisco va a quedar en la historia de la humanidad”. “Está en nosotros tomar su legado y hacerlo una realidad efectiva”, remarcó al tiempo que recordó el estrecho vínculo entre el Santo Padre y toda la comunidad religiosa de San José.
“Hoy podríamos decir que los pobres son un poquitito más pobres con la partida de Francisco”, dijo el Padre "Tano"
En este contexto, reflexionó: “Por un lado tenemos mucha tristeza en el corazón y un dolor muy profundo y especialmente los pobres nos sentimos un poco más guachos, más indefensos, más solos, pero también tenemos la paz en el corazón y la esperanza de saber que él está con Dios en el cielo y que nos va a cuidar, que intercede por nosotros y que especialmente va a cuidar a los más pequeños y a los pobres”.
Por último, sentenció: “Para la humanidad, para la familia humana es un día triste, no para los que tienen dinero, poder, armas; es un día triste para los pequeños, los lentos, los descartados, los extranjeros, los que están en la calle, los que están presos, los que sobran. Hoy podríamos decir que los pobres son un poquitito más pobres con la partida de Francisco”.