Cuenca Matanza-Riachuelo: “Solo el 30 por ciento de la basura son residuos sólidos urbanos”, advierten

El Plan de Limpieza y Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos implementado por la ACuMaR tiene por objetivo implementar políticas de prevención para que la basura no llegue al río.

Desde la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo (ACuMaR), destacan que el Plan de Limpieza y Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos se implementa con la intención de reducir la cantidad de basura que hay en la Cuenca. No obstante, aclaran que solo el 30 por ciento de los desechos son de este tipo, mientras que el resto, en su mayoría, son de origen cloacal.

“La gestión integral de residuos sólidos urbanos apunta a un ordenamiento de los residuos del territorio para que uno pueda, de alguna manera, administrar las distintas corrientes con una óptica integral”, explicó el director de Gestión Integral de Residuos Sólidos de la ACuMaR, Ricardo Rollandi, en comunicación con El1 Digital. “En el caso de la Cuenca, uno trata de que haya una política integral acorde a cada uno de los 14 municipios y las particularidades de sus habitantes”, añadió.

Asimismo, el funcionario indicó que todo se encuentra íntimamente ligado a la cantidad de residuos que se generan, de modo que lo que se pretende es “tener una visión general del sistema”. En ese contexto, destacó que en la ACuMaR hay una política de división de residuos que tiene como labor principal:

-Las tareas de la limpieza del espejo de agua: que comprenden los residuos que bajan aguas arriba del Riachuelo.

-La limpieza de los basurales a cielo abierto: que por lo general son generados por servicios deficientes de los municipios que conforman la Cuenca.

-Levantamiento de montículos: que muchas veces tienen que ver con los servicios incorrectos de recolección de residuos.

“Nuestra misión es atender no solo el espejo de agua, que el Cauce del río principal esté sin sólidos flotantes, sino, además, que disminuya el aporte de los basurales y de los residuos de los puntos de arrojo”, explicó. En esa línea, Rollandi indicó que algunas de estas tareas se realizan en conjunto con cooperativas de trabajo: “Para lo que es el camino que está al costado del río, hay alrededor de 1.400 trabajadores que hacen las tareas de corte de pasto y levantamiento de residuos y desmalezamiento al borde el río”.

El objetivo

El funcionario destacó que, cuando se plantea la limpieza de un río, hay que tener en cuenta cuál es su condición: “La Cuenca Matanza-Riachuelo tiene una contaminación de muchísimos años, por eso es importante decidir qué uso se le quiere dar a esa agua. Se tiene que fijar el plan de gestión en base al futuro del río”. “Nadie pretende que sea para natación, sino llevarlo a lo que se llama Categoría Cuatro, es decir que sea navegable para el turismo, para actividades que no tengan contacto con el agua, y bajar de manera importante de la contaminación orgánica del agua”, aclaró.

Además, agregó que el 70 por ciento de la contaminación del agua del río es de origen cloacal y que solamente el 30 por ciento de la basura tiene que ver con residuos sólidos urbanos: “Estos terminan allí por mala conducta de los vecinos o por falta de recolección de los municipios que integran la Cuenca”. “El propósito del organismo es mejorar la calidad del agua del río para lograr que sea potable y, también, para darle un uso deportivo sin contacto directo con el agua”, expresó. “Pienso que el uso turístico del río se puede alcanzar en no mucho tiempo”, se esperanzó.

El tratamiento de la basura

Rollandi explicó que la basura que sale del río no es especialmente peligrosa ya que se trata de los típicos residuos que se generan en las casas y que en lugar de terminar en un camión lo hacen a la vera de un río y en el agua. “Es una basura que está embebida por un agua que no es sanitariamente potable; esa basura se podría reciclar, el problema es que para reintroducirla con fines productivos hay que lavarla y eso implica un riesgo ambiental porque, después, hay que tratar esas aguas”, comentó.

“Nosotros sacamos alrededor de 300 toneladas mensuales de residuos que se encuentran flotando en el espejo de agua”, reveló. “Eso es el equivalente a lo que genera una ciudad de 10.000 habitantes. Esa basura yo diría que en este momento no es reciclable; va a los enterramientos de los rellenos sanitarios. El problema no es el residuo en sí mismo, sino dónde se encuentra”, sumó.

“En la ACuMaR, la prevención implica que el residuo no llegue al río, porque estamos sentenciados por un juez para limpiarlo. Si esa basura no llega al río, es porque se hizo una buena prevención y esa es nuestra misión principal”, aseguró Rollandi. “Cada vez tiene que haber menos basura en el río. Hay que sanearlo y, para hacerlo, hay que sacar todo lo que flota en el espejo de agua y evitar todos aquellos lugares que naturalmente disponen mal de los residuos y por eso terminan en el río. Hay que lograr que la gente tenga una relación con el río que no sea la que tuvo históricamente”, planteó.