Sociedades fragmentadas, una creciente agresión política y una consecuencia tan lógica como lamentable

El analista político Ricardo Rouvier hipotetizó sobre los posibles caldos de cultivo que derivaron en el atentado contra Cristina. Cómo se pueden bajar los niveles de violencia en una sociedad fragmentada.

Por Ricardo Rouvier*

El intento de magnicidio es lo suficientemente grave. No sería auténtico si yo dijera que, a partir de este atentado a la vicepresidenta, se produce un punto de inflexión propositivo para la Argentina. Esto no lo podría asegurar porque nuestro país ya ha dado pruebas de que no logra aprender la lección, sino que más bien la repite. Pero el hecho es lo suficientemente grave desde el punto de vista institucional como para que las fuerzas políticas, de una buena vez, lleguen a algún tipo de acuerdo. Lamentablemente, no soy demasiado optimista al respecto.

Creo que las sociedades están cada vez más fragmentadas y hay una cosa que se está naturalizando en la Argentina, que es la creciente agresión entre las fuerzas políticas. En política, cuando las puertas se cierran, resulta peligroso porque la violencia es una de las puertas que se pueden abrir. Por lo tanto, es una situación peligrosa y compleja porque tampoco hay suficientes señales como para decir que, a partir de los próximos días, habrá una convocatoria, se reunirán las fuerzas políticas y bajarán un poco el tono de las agresiones.

Además, es cierto que las sociedades en el mundo están cada vez más fragmentadas porque se han hecho más complejas y las aspiraciones se han hecho múltiples en distintos sectores. Ya no se trata solamente del alimento, que por supuesto es una cosa muy importante, sino que en los últimos años han surgido muchas otras aspiraciones en el mundo que llevan a la tensión, a la confrontación y a los problemas.

Las sociedades tienen nuevas aspiraciones, muy diferentes a las que tenían nuestros padres o nuestros abuelos y algunas no están lo suficientemente preparadas para esos cambios, sino que van como un siglo atrás, están corriendo atrás de los cambios y las novedades, y a veces no llegan. Por eso se produce esa situación de tensión, de cambio de opiniones y de actitudes que hacen que todo sea mucho más complejo y difícil.

La historia de la humanidad indica que los grandes momentos de aprendizaje, a veces, son los más duros, dramáticos y dolorosos de una sociedad, por ejemplo, una guerra. La guerra constituye un elemento de aprendizaje y un envión progresivo innovador en materia tecnológica y del conocimiento. Esto no significa que uno esté a favor de la guerra, pero cada vez que hay una guerra o una conflagración mundial como una pandemia, se produce este tipo de modificaciones. Es decir que la humanidad, frente a hechos extraordinarios, tiende a modificarse. La cuestión será ver cómo se adapta lo aspiracional y la sociedad del conocimiento a todo este tipo de cambios.

*Analista político