Cómo puede impactar en Argentina el segundo mandato de Donald Trump
En diálogo con Radio Universidad, el analista internacional Alejandro Laurnagaray reflexionó sobre cómo puede influir la nueva gestión republicana en la economía argentina. Qué puede pasar con la industria y el empleo, y el peligro del “doble extractivismo”.
Por Alejandro Laurnagaray*
Donald Trump viene reconociendo otros polos de poder, como Rusia y China. Por eso, abre las puertas a otros líderes: sabe que Estados Unidos ya no puede ser el líder hegemónico en el mundo. Asumió esta debilidad relativa de Estados Unidos: sabe que es un gran poder pero que debe fortalecerse. En términos de poder, con la asunción del segundo mandato de Trump en Estados Unidos, inicia el nuevo sistema multipolar, un cambio histórico para el mundo.
Cuando hablamos de un Estados Unidos más grande, podemos deducir que hablamos de una América Latina más pequeña, en términos de poder, y que debe subordinarse a los intereses de Estados Unidos, con un alineamiento automático. No avizoro nada bueno para Argentina.
En términos de industria, empleo e inversiones productivas, las grandes potencias se están “matando” para atraer inversiones. Sobre todo, en Occidente se está sufriendo la competencia de China y se pierden inversiones, por lo que se busca atraerlas.
Según la visión de los países desarrollados occidentales, América Latina debe ser proveedora de materias primas e importadora de los productos terminados. Esto ha sido históricamente así y, hoy, con la visión del Gobierno argentino actual, es posible que se pise el acelerador.
Es importante destacar que la visión económica es diferente entre Trump y Milei. Es distinto porque la visión de Milei beneficia a Estados Unidos y, también, a China. Esto quiere decir que el sistema se está reacomodando. Trump sabe que asumirá una competencia con China.
Extractivismo y extrema derecha
Se viene un extractivismo por dos vías. Por un lado, el de recursos naturales y los argentinos terminaremos pagando más cara la energía, como ya está pasando. El mundo demanda energía y se benefician las empresas energéticas, mineras y exportadoras del campo. Se intentarán llevar estos recursos de la forma más barata posible, por eso Elon Musk ama a Milei.
Y, por otro lado, estará el extractivismo financiero, que consiste en la especulación financiera y el endeudamiento para volver a exteriorizar dólares. Y así sigue este círculo vicioso que tanto ha perjudicado a Argentina. Con Trump, esto puede verse más acelerado.
Esta es una situación que ya pasó con Mauricio Macri y con Carlos Menem. La diferencia de hoy es que, quizás, hay una afinidad mayor en términos ideológicos por este grupo de extrema derecha financiado por sectores petroleros y mucho dinero que pone el Gobierno de Israel en esta “Internacional Reaccionaria”, como dicen, que comparte estos valores contra las cuestiones de género e igualdad, entre otras cosas.
Es una visión extremista de romper con derechos básicos de las minorías, con un discurso muy violento.
*Analista internacional