Los diez casos policiales más resonantes del 2021 en La Matanza

Decenas de hechos violentos dejaron a familias sumidas en el dolor y el recurrente pedido de justicia por las víctimas. ¿Cuáles fueron los sucesos que generaron mayor indignación colectiva en el Partido?

Inseguridad, violencia y homicidios son tres términos que se conjugaron y dijeron presente durante todo el año en La Matanza. Según la estadística que elabora El1 Digital, se cometieron 91 crímenes, bajo diversas modalidades en el Partido, y hubo diez casos de esa lista negra que provocaron mayor conmoción y bronca entre los matanceros.

El indice de violencia y criminalidad no se detuvo en 2021

María Rosa Daglio tenía 55 años y se encontraba en la puerta de su edificio cuando fue sorprendida por un “motochorro” que se abalanzó sobre ella, la arrastró por varios metros y le causó golpes de gravedad. Tras el ataque, la víctima fue trasladada al hospital Guemes de Haedo, nosocomio en el que sufrió un paro cardíaco que le provocó la muerte. A horas del violento hecho, se supo que el agresor había salido de prisión luego de recibir una morigeración de la pena por la pandemia.

Alán Bravo tenía 20 años, era fanático de los autos y había logrado comprar el auto que siempre había soñado. Cuatro días después de haber adquirido el Peugeot RCZ, un grupo de delincuentes intentó asaltarlo a punta de pistola y le efectuó un disparo mortal. “Le gustaban los autos. Siempre lo ayudé para que se lo pudiera comprar. Trabajaba para su sueño. Era una buena persona, vivía solo para crecer. Le arrebataron la vida de un momento a otro”, expresó el hermano del joven asesinado.

Jorge Luis Benítez Vergara tenía 52 años, dueño de un lubricentro y gomería de González Catán fue baleado por criminales. Uno de los empleados del lugar testificó que los delincuentes entraron a robar encapuchados y usando guantes. Mientras le exigían dinero al dueño del local, uno de ellos le disparó un tiro en el estómago y, luego, escaparon. Tras el ataque, la víctima fue intervenida quirúrgicamente, luego de ser reanimada tras sufrir un paro cardiorespiratorio, pero finalmente murió como consecuencia de la gravedad de las heridas.

Nicolás Romero Marino es un agente que se desempeñaba como parte del departamento de Protección Barrial de La Villa 31 de la Policía de La Ciudad que cuando esperaba un colectivo en el cruce de las calles Olivieri y Da Vinci, en la localidad de Gregorio de Laferrere, para ir a trabajar, fue sorprendido por delincuentes. Al no lograr que los asaltantes depusieran su actitud, se produjo un enfrentamiento armado y el oficial recibió varios impactos de bala. Luego del ataque, el efectivo fue trasladado al hospital Simplemente Evita pero no logró sobrevivir producto de la gravedad de las heridas.

Reynaldo Quiroz era un comerciante de 35 años y padre de dos hijas. En junio, fue asesinado por un cliente que se negó a pagar una lata de cerveza. El agresor usó una nunchaku -elemento utilizado en las artes marciales-. El hecho que ocurrió en Villa Constructora provocó dolor y bronca entre los lugareños que se manifestaron en la vía pública. “Mi nena chiquita estaba afuera y vio todo”, aseguró Hilaria, esposa de Quiroz al tiempo que sumó: “La metí arrastrando al negocio porque quería venir conmigo. Mientras, me lo estaban acuchillando”.

Martín Almirón era un mecánico de Rafael Castillo. El hombre quedó en medio de un enfrentamiento armado entre un policía y los delincuentes que intentaban asaltarlo y recibió un disparo mortal. “Nadie me va a devolver a mi hijo. No sé si me voy a reponer de esto”, expresó Damiana, la madre de la víctima.

Armando Rogelio Alegre fue asesinado en González Catán. Era un repartidor de pollos de 45 años que fue sorprendido por delincuentes cuando estaba trabajando en el barrio El Talita. “Hacía 30 años que estábamos juntos, él tenía 17 y yo 15. Ese día (lunes 6 de septiembre) cumplíamos 19 años de casados”, contó sumida en un profundo dolor la esposa del trabajador asesinado, con quien tiene tres hijos de 25, 20 y 14 años.

Laura Delgadillo y Liam fueron atacados por la expareja de su actual novio. Producto del hecho la mujer sufrió múltiples quemaduras y su pequeño fue afectado en el 90 por ciento de su cuerpo. Pese a pelear para poder sobrevivir, falleció producto de la gravedad de su estado. “Nos arruinaron, siento rabia e impotencia por lo que pasó, ella ya no es la hija alegre que yo tenía, tiene dolores físicos e internos muy profundos, y me parte el alma”, lamentó Vanesa González, abuela y mamá de las víctimas.

Roberto Sabo fue asesinado mientras atendía un negocio en Avenida de Mayo al 800, que había heredado de su papá, Pedro, a tan solo 300 metros de la Comisaría Distrital Oeste Segunda Local. Los autores del hecho fueron detenidos por efectivos policiales en la misma arteria, a siete cuadras del violento hecho, entre la avenida Rivadavia y Belgrano. Consternados por el suceso, vecinos se agolparon en la puerta del local en el que ocurrió el homicidio, y cortaron el tránsito, para exigir justicia.

René Mendoza, un referente social de los barrios San Cayetano y Fátima de González Catán, fue asesinado de, al menos, 14 tiros. “Me lo mataron como a un perro, me lo tiraron en la puerta de mi casa”, expresó Rocío, la hija de René. Según la investigación, presuntamente fue atacado por su labor comunitaria y su lucha contra la inseguridad y el pedido de más presencia de policías en la zona. De hecho, antes de ser asesinado, había organizado una reunión vecinal por “más seguridad”.