Arrancó el juicio por el homicidio del cajero del Banco Nación Germán Chávez

Seis personas se sentaron en el banquillo de los acusados del violento crimen ocurrido en 2020 en Isidro Casanova.

El 31 de enero de 2020, Germán Chávez estaba trabajando en la sucursal del banco Nación de la localidad de Isidro Casanova, cuando una banda delictiva irrumpió en el lugar. Durante el violento suceso uno de los ladrones le disparó y lo mató en el acto. A más de dos años del crimen, arrancó el juicio en el Tribunal Oral Federal N°3 de San Martín, ubicado en Yapeyú 1912.

Según informaron fuentes judiciales, se sentaron en el banquillo de los acusados seis personas: Norberto Salinas, Lucas Delgado, Sergio Poggi, Alejandra Carnevale y Ayelén González, los dos primeros por el robo y crimen, y los tres restantes por encubrimiento de hecho.

De acuerdo a lo precisado, la sexta acusada es Solange Díaz, policía de La Ciudad sindicada también de encubrimiento, pero la Justicia le concedió la excarcelación bajo caución real -garantía en bienes muebles, inmuebles para asegurar la comparecencia del imputado-, la única que llegó libre al debate.

La causa contaba con otro imputado, indicado como el autor material del asesinato: Alberto Freijo, apodado “Aceite”, pero el hombre fue asesinado durante un tiroteo ocurrido a principios de este año en Florencio Varela.

Pese a que la familia del joven asesinado y los investigadores lograron que se eleve a juicio la causa aún queda por determinar el paradero de tres prófugos del hecho, apodados “Maxi”, “Chiquito” y “Negro”.

La acusación fiscal

En el documento en el que se requirió la elevación a juicio del caso de Chávez, se describieron los roles que tuvo cada uno de los implicados en el hecho para llevar a cabo el golpe en la entidad bancaria.

De acuerdo a la acusación, los asaltantes ingresaron a la sucursal armados y con sus rostros y manos cubiertas, redujeron al empleado de seguridad que se hallaba en el ingreso de la entidad y fueron hacia el sector de cajas -al que accedieron con la clave que obligaron a ingresar a ese vigilador. Una vez allí, amenazaron a los cajeros con armas para que abrieran las cajas.

Algunos de los delincuentes comenzaron a guardar el dinero en bolsas de nylon que habían llevado para cometer el atraco, mientras que otro permaneció en el hall de ingreso al salón, donde mantenía tomada del cuello y por la espalda a una clienta y un restante marcaba el tiempo a metros de la puerta de entrada al banco.

En medio del asalto, Chávez quiso evitar el robo y se abalanzó sobre el acusado Salinas, momento en que otro ladrón, apodado "aceite”, le efectuó al menos cinco disparos, uno de los cuales impactó en la pierna de su cómplice y dos al empleado bancario, que murió en el lugar producto de las heridas.

De acuerdo al requerimiento fiscal, el atacante "continuó unos segundos más buscando dinero, mientras que Salinas intentaba salir del lugar arrastrándose por el piso, hasta que finalmente egresaron de la entidad bancaria" y escaparon con sus cómplices en un Renault Fluence gris tras protagonizar en la calle un tiroteo con un policía, en el que se efectuaron cerca de 30 disparos.  

"Quedó demostrado que mientras sucedía el robo a la entidad bancaria, un sexto integrante de la organización, Lucas Delgado, permaneció fuera de la entidad, más precisamente en la esquina del banco a bordo de un vehículo Chevrolet Vectra aguardando allí hasta que concretaran el ilícito, para luego irse en la misma dirección que los demás integrantes de la banda", detallaron.

En el marco de toda la investigación y en base a los elementos obtenidos, pidieron que Salinas y Delgado sean juzgados de coautores penalmente responsables de los delitos de "robo agravado por el empleo de arma de fuego y por haberse cometido en poblado y en banda; Homicidio doblemente agravado por haber sido cometido con alevosía y criminis causa; Resistencia a la autoridad; Encubrimiento agravado por el ánimo de lucro ­cuatro hechos­ y Asociación ilícita".

Por su parte, la policía Díaz, Carnevale, González y Poggi afrontarán el juicio como acusados de "encubrimiento por favorecimiento personal, agravado por resultar el hecho precedente un delito especialmente grave (homicidio y robo agravado); siendo que en el caso de Díaz su conducta se encuentra agravada en razón que, a la fecha de los hechos, era agente de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires".

Para la fiscalía que pidió la elevación a juicio y fue concedida, los cuatro acusados de encubrimiento ayudaron al ladrón Salinas a huir herido tras el hecho y a que pudiera llegar hasta la casa de la madre, donde logró permanecer oculto hasta que finalmente fue detenido por fuerzas policiales