Polémica y rechazo: cuánto mejoraban las jubilaciones con la reforma vetada por Milei
La ley contemplaba un piso mínimo de haberes para todas las jubilaciones que estaría asociado a la canasta básica total de un “adulto equivalente” multiplicada por 1,09.
Tras el duro revés que sufrió en el Senado, el Presidente Javier Milei vetó la reforma jubilatoria que había sido aprobada por dos tercios del Senado luego de la media sanción en Diputados. Esto generó un fuerte rechazo de la sociedad y dos movilizaciones en las inmediaciones del Congreso que terminaron con represión a jubilados.
Por eso, desde el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) elaboraron un informe que da cuenta de las modificaciones que establecía la reforma jubilatoria, con las consecuentes mejoras para el sector. Porque, primeramente, el proyecto proponía como fórmula mensual de actualización de los haberes de los jubilados la inflación del INDEC de dos meses atrás.
Pero esta fórmula tenía tres modificaciones importantes. La primera es que definía una recomposición de los ingresos de 8,1 por ciento, que era un 7,2 en términos reales. A esto se sumaba un mínimo para todos los haberes atado al valor de la canasta básica total (CBT) del adulto más un nueve por ciento y una cláusula gatillo en marzo de cada año según evolución salarial.
Además, la ley contemplaba un piso mínimo de haberes para todas las jubilaciones. Este piso estaría asociado a la canasta básica total de un “adulto equivalente” multiplicada por 1,09. Como el dato de la CBT difundido por el INDEC al momento de pagar las jubilaciones tiene un rezago de dos meses, el haber mínimo sería el 109 por ciento de la CBT de dos meses atrás.
De este modo, según el informe, en septiembre, el valor de la CBT tenido en cuenta sería el de julio, de 291.472 pesos. El 109 por ciento de la CBT es 317.704 pesos, cifra que constituiría el piso mínimo de todos los haberes si no se hubiera vetado la ley. Esto es 13.164 pesos más que lo resultante actualmente, en tanto y cuanto el bono se mantenga en 70.000 pesos.
Así, el haber mínimo jubilatorio incrementaría en septiembre-noviembre alrededor de cinco por ciento en términos reales en relación con la fórmula actual. Además, el poder adquisitivo del sector se mantendría si se considera que la valorización de la CBT evoluciona a igual ritmo que la inflación estimada por el Banco Central.
Asimismo, la reforma jubilatoria planteaba otras cuestiones importantes:
- La indivisibilidad de las prestaciones para evitar que los haberes se desdoblen, como ocurrió en abril, y se paguen en dos tramos.
- La obligatoriedad de la Secretaría de Seguridad Social de elaborar un informe anual sobre la sustentabilidad del sistema y sus subregímenes.
- El mandato de ANSeS de informar a cada contribuyente un detalle completo de sus aportes y una simulación del monto de su haber inicial.
- La instrucción a ANSeS de cancelar las deudas con las provincias por las cajas no transferidas a Nación, así como a los beneficiarios que cuentan con sentencia firme.
Reforma sustentable
Por otra parte, el estudio del CEPA precisa que, según las estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), el gasto adicional de la reforma jubilatoria vetada por Milei era de un 0,44 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI). Pero el impacto sería aun menor ya que el cálculo se hizo suponiendo que se aplicara en agosto y en forma retroactiva a abril.
Así, la reforma jubilatoria no significaría un desfase en las cuentas públicas, sino que “es un guarismo similar al que dejaría de recaudar el Estado por la reducción de la alícuota del Impuesto a los Bienes Personales en 2024, establecida dentro de la Ley Bases”. “Es decir, representa el mismo impacto mejorar el ingreso a 6.089.252 jubilados y pensionados y a 5.347.470 titulares de asignaciones familiares que beneficiar a 409.081 contribuyentes que abonan bienes personales”, sostiene el informe del CEPA, que asevera: “No se trata de una cuestión de recursos, sino de prioridades”.