“La única esperanza del Gobierno para sostener este modelo es volver a acordar con el FMI”, sostiene una economista
Cecilia Calore, economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz, dialogó con Radio Universidad y aseguró que el modelo económico del oficialismo “necesita dólares para seguir interviniendo”.
Cecilia Calore, economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz, conversó con Radio Universidad y analizó la desaceleración de la inflación registrada por el INDEC y, fundamentalmente, las bases del modelo económico oficial que considera frágil y atado a los dólares disponibles en las arcas estatales.
“La inflación de 2.2 por ciento en enero es una de las más bajas en los últimos años. El análisis que nosotros venimos haciendo es que tiene un ancla muy fuerte. Una de las principales causas de la desaceleración de la inflación está vinculada a el dólar “planchado”. Hay una devaluación mensual del dólar, del uno por ciento estipulada por el propio Gobierno. Esto quiere decir que está controlada por la intervención del Banco Central, que hace que, entre otras cosas, tengamos una desaceleración en el ritmo de los precios”, comenzó la economista del CESO.
“No es la única variable, por supuesto. Esta desaceleración la podemos vincular con lo que sucede en la economía real, con la caída en de la actividad en importantes rubros de la economía: me refiero principalmente al consumo. A pesar de algunos datos positivos que el Gobierno da respecto al ritmo de la actividad, el consumo masivo sigue estando a la baja. Los datos de venta de los supermercados dan cuenta de eso. Cuando uno va viendo sector por sector qué sucede, vemos que hay una fuerte depresión del consumo, entre el 20 y el 30 por ciento respecto al año anterior”, marcó Calore, en comunicación con el programa Hay que seguir.
“Los datos, es cierto, son para fines del año pasado, pero dan cuenta de una crisis de ingreso. Y ese es el otro gran ancla que tiene ese plan anti inflacionario: (propone) que los salarios, las jubilaciones no crezcan, y que de alguna manera crezcan los precios. Esto lo que hace es tirar para abajo el consumo. Esta desaceleración, que obviamente uno la puede juzgar por sí sola o aislada del resto de la economía como algo positivo, pende de un hilo cuando uno ve sobre qué está sustentada. Y eso se conecta con la cuestión del dólar y el tipo de cambio”, plantéo.
La soga del dólar
“Está claro que una nueva devaluación no le hace bien a las mayorías, a los jubilados, a los trabajadores. Recordemos lo que sucedió en el 2023, con la mega devaluación que llevó a cabo el Gobierno ni bien asumió. Ahí se dispararon los precios: recordemos que en diciembre de 2023 tuvimos un 25 por ciento de inflación, un enero de 2024 del 20 por ciento, y así fue disminuyendo. Una devaluación significa una transferencia de ingresos de las mayorías, de los trabajadores, los jubilados hacia los sectores más concentrados y que tienen las posibilidades de tener ganancias o rentabilidades en dólares. Eso es fundamental tenerlo a la vista”, remarcó Calore a la hora de analizar una posible devaluación.
Asimismo, describió: “Dicho esto, sí es cierto que este control que el Gobierno hace sobre el tipo de cambio hace que hoy estemos muy caros en relación a otros países. Y volviendo a la comparativa, hasta noviembre de 2023 veíamos que venían brasileros, chilenos a comprar a la Argentina, y estábamos muy baratos. Ahora eso se dio vuelta”.
“Lo que sucede es que los argentinos que tienen ahorros, acceso al dólar y pueden viajar, están yendo a comprar afuera y vuelven anonadados de la diferencia de precios que pueden encontrar en Brasil, Chile, Paraguay y en Uruguay, en menor medida. Por supuesto, la solución no es un salto devaluatorio brusco que vuelva a generar una pérdida del poder de compra de los salarios en pesos. Hay que buscar una corrección razonable donde haya una compensación para los sectores remunerados en pesos”, propuso Calore.
Para la economista, en límite del actual modelo económico aplicado por el Gobierno nacional está en los dólares disponibles. “La falta de dólares es el limitante que tiene este modelo. Por eso también el Gobierno está intentando poder volver a acordar un desembolso con el FMI. Es la única esperanza que el Gobierno tiene para sostener este modelo, porque necesita dólares para seguir interviniendo. Si bien se dice libertario, este Gobierno está interviniendo el tipo de cambio todos los días. Y para eso lo que hace es destinar divisas. Esas divisas, los dólares que tenemos, son escasos. Y las reservas internacionales no se están acumulando, más bien se están utilizando. Ese es el gran limitante que va a tener este Gobierno en el corto y mediano plazo, y habrá que ver hasta dónde puede aguantar con el nivel de reservas que tiene”, concluyó.