La rentabilidad, principal escollo para sumar los comercios de cercanía a los precios congelados

El Gobierno nacional mantiene encuentros con los sectores mayorista y minorista para que los productos del listado lleguen, por ejemplo, a los almacenes, los kioscos y los supermercados chinos. "El paso que queda es el mayorista y el distribuidor, el eslabón que tenemos ante el que fabrica”, planteó Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros bonaerense.

Para que este tipo de formato tenga éxito, tiene que haber buen diálogo y compromiso entre la Secretaría de Comercio y las empresas monopólicas", señaló Savore.

En los últimos días, el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, mantuvo una serie de encuentros con representantes del sector mayorista y de comercios minoristas para analizar y debatir la posibilidad de que los 1.432 productos con precios congelados lleguen a los comercios de cercanía. Los encuentros tienen como objetivo amortiguar el proceso inflacionario, que superó el 40 por ciento en los primeros diez meses del año, pero, también, está orientado a facilitar el consumo. Sin embargo, desde el sector minorista, se coincidió en la rentabilidad como principal problema para concretar la idea.

En diálogo con El1 Digital, el presidente de la Federación de Almaceneros de la Provincia de Buenos Aires, Fernando Savore, expresó la postura de la entidad: “A veces, en el mayorista, nos encontramos con que el precio que nos dicen que tenemos que vender es el mismo que estamos pagando. En algunos casos, la diferencia es negativa”.

Nosotros, desde la Federación, planteamos que no tenemos rentabilidad. Pedimos que, así como está la lista de precios de venta al público, se nos entregue una lista de precios de compra, saber a cuánto vendemos y a cuánto tenemos que pagar”, indicó, y aseveró: “El paso que queda es que el mayorista y el distribuidor, el eslabón que tenemos ante el que fabrica”.

Por su parte, la titular de la Cámara de Supermercadistas Chinos, Yolanda Durán, se posicionó en la misma línea que los almaceneros: “Nosotros, con esos precios, no podemos participar porque, por ejemplo, no puede ser que un aceite que nos dicen vender a 220 pesos, pero los mayoristas nos lo venden a 255,50. O el azúcar, que nos piden a 73, nos lo venden a 89,90”.

“El mayorista nos tiene que vender un 30 por ciento menos de los precios congelados”, aseguró, al tiempo que se mostró optimista para el corto plazo: “Tengo confianza en que los mayoristas se tienen que bajar, no sé si los 1.400, pero un buen puñado entrará”. No obstante, remarcó que “hay que tener en cuenta que, si el dólar sigue subiendo, la industria proveedora de materias primas va a aumentar”. “Hay que trabajar mirando los precios y con el Banco Central, que tiene que controlar la unidad monetaria. No sirve que nos matemos entre nosotros si después se dispara el dólar”, cerró.

Por último, Savore consideró que “estos formatos de congelamiento de precios nunca llegaron a buen puerto porque, después, las empresas cambian el formato de la mercadería”. “Tiene que haber buen diálogo y compromiso entre la Secretaría de Comercio y las empresas monopólicas, pero no solo pensando en cuando se fabrica el producto, sino mucho antes”, concluyó.