Recorte de medicamentos a los jubilados: un “disparate” hacia quienes “están muriendo de hambre”
El defensor de la Tercera Edad de CABA cuestionó la medida del Gobierno nacional de quitar la cobertura de remedios gratis a los jubilados. Qué relación tiene que “la industria del medicamento está carterizada” y qué se puede hacer contra la medida.
Por Eugenio Semino*
El recorte de medicamentos a los jubilados es un disparate. Pero esto se empezó a dar hace un mes y medio, cuando desaparecieron 44 moléculas del vademécum PAMI. Eso no trascendió demasiado, pero nunca supimos de qué medicamentos se está tratando porque, de una molécula, que es un principio activo, pueden salir 10, 15 y hasta 30 medicamentos.
Hay que tener en cuenta que los medicamentos que consumen los jubilados y pensionados los pagaron hace 30 años, cuando eran trabajadores activos y no usaban el servicio de PAMI. Además, el enunciado de esta resolución es grotesco porque el tope que se pone de un haber y medio para poder tener la cobertura al cien llama a la reflexión.
Los jubilados, en Argentina, hace tiempo que se están muriendo de hambre. Porque la última canasta del jubilado, con gastos de vivienda, tiene un costo de 212.000 pesos. Nosotros venimos denunciando una crisis humanitaria en el sector hace dos años y medio. Los jubilados no es que están mal, se están muriendo.
Hay algo muy grave. El director de ANSeS, Mariano De Los Heros, hace una semana, habló de jubilados “puros” e “impuros”, calificando como “impuros” a los jubilados que, según él, ingresaron a la jubilación por vía de una moratoria. Pero a los que llama “impuros”, más allá de que se jubilaron por una moratoria, habilitada por una ley de la Nación, por lo que tiene la misma naturaleza que el que aportó 30 años, también está la gente que aportó como autónomos durante toda la vida.
La industria del medicamento es una actividad carterizada, que fija lo que son los medicamentos del PAMI, fija un precio y, de ahí, regula los valores del resto del mercado. Para tener una idea, el año pasado, cuando los jubilados tenían un reajuste de 140 por ciento anual, la inflación, en promedio, era del 211 por ciento anual. Y los medicamentos aumentaron un 300 por ciento en ese período. Y, este año, el incremento en los medicamentos es exactamente el doble de la inflación. Vemos que nadie le pone el cascabel al gato. Y esto es porque la industria del medicamento financia las campañas electorales y los sistemas políticos, no solo en Argentina, sino en Latinoamérica.
Tenemos muchísimos amparos colectivos. En estos días, tendremos una reunión con funcionarios de la oposición para ver qué se puede hacer ante esta política. Ya tenemos presentado un amparo contra el veto de la sancionada ley de modificación de la movilidad jubilatoria. Y está presentado en varias provincias. Pero, de estos temas, la política está ausente, tiene otros focos de interés que no tienen que ver con las personas mayores.
*Defensor de la Tercera Edad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.