Quita de subsidios a los servicios: por qué, a pesar de los anuncios, parece haber más incertidumbre que certezas

El economista Sebastián Scheimberg analizó los anuncios del Gobierno sobre los subsidios a los servicios. Por qué no se debe disociar la segmentación ni considerar a las distintas categorías como estables en el largo plazo.

Por Sebastián Scheimberg*

La energía es un mercado único, no es que el gas es una cosa y la electricidad es otra. Creo que el Gobierno arranca con el pie izquierdo cuando quiere plantear dos modelos distintos de segmentación, eso no tiene lógica ni sentido. En los anuncios, no se habló nada de electricidad, casi todo de gas. Y parecen dos universos disociados. Pero todos los que trabajan en el sector energético saben que hay una relación paramétrica entre un metro cúbico de gas y un kilowatt hora de energía eléctrica. Esto va a generar distorsiones al interior del mercado energético.

Estos anuncios tuvieron como protagonista al subsecretario de Hidrocarburos, Federico Bernal, que venía del Enargas y hacía resistencia a este tipo de programas para segmentar y, de golpe, se convirtió en el protagonista y arrojó una cantidad de información abrumadora y confusa. Creo que nos vamos a dar cuenta de esto sobre la marcha.

Esto de poner el foco en a quién se está subsidiando me parece oportunista: cómo puede ser que hace más de cuatro gobiernos que nadie se dio cuenta, ¿tuvo que haber una catástrofe fiscal para darse cuenta de algo evidente? Hay una gran dosis de hipocresía porque al propio (Martín) Guzmán le hicieron resistencia cuando planteaba que el esquema era regresivo.

Más allá de esto, el esquema me resulta raro porque se insiste con el tema de los volúmenes; como que no hay una relación entre el ingreso y el gasto, sino entre el clima y el consumo. Se hizo un cuadro en el que a la categoría más baja le subsidian 175 metros cúbicos, a la que sigue le subsidian 400 y así sucesivamente. Pero eso no tiene lógica porque las categorías no son estancas: uno modifica sus categorías según su nivel de consumo. Aparecen categorías estancas y la segunda recibe más del doble del subsidio, esto va a ser un estímulo para que la gente consuma más y se pase a una categoría más alta.

Si se tiene un esquema de subsidios que aliente fuertemente el consumo de gas, habrá más gente que se pase al gas, aunque la instalación es más compleja. Pero no se evidencia cuál de los dos servicios sería más barato, aunque el eléctrico es el universal. Además, en los barrios carenciados, se da una provisión universal que está a cargo del Estado.

La tarifa del agua, por lo general, no es por consumo, sino por superficie, aunque también depende de la antigüedad de la construcción. Hay falta de conciencia en términos de ahorro de energía y de agua.

*Economista y docente de la UNLaM