Los consumidores y la importancia de saber comprar
El docente y especialista en emprendedurismo habló de los beneficios de estar atento a las verdaderas promociones y a los precios líderes. Por qué se debe “tomar la compra como una actividad un poquito más racional”.
Por Marcelo Carbone
Hay que tener un conocimiento del mercado para saber cuándo un precio es engañoso. En el Hot Sale, muchas veces, se ofrecen promociones que son engaños o que no convienen tanto. Ya es sabido que se suele aumentar los precios justo antes de determinados eventos o días en que se ofrecen promociones. Esto pasa mucho en los supermercados.
Muchas personas creen que la única forma de hacer negocios es vendiendo bien, pero también parte de comprar bien, Porque si no se sabe comprar, por más que se sepa vender, el negocio puede caer en cualquier momento. Antes que saber vender, hay que saber comprar porque, si no se sabe comprar, se achica la ganancia. Saber comprar es un trabajo. Muchas personas hacen malabares con el dinero y ayuda el saber comprar para sacar una buena diferencia a lo que se compra.
Cuando hay un precio líder, el que induce la demanda hacia el resto de la oferta, se habla del “precio de la revistita”. La gente que sabe comprar, va con la revistita y compra solo las ofertas que se señalan ahí. Muchas veces, las personas compran un montón de productos que se ven cuando se buscan los que están en la revistita.
Está bien buscar promociones, saber dónde se ofrecen verdaderas promociones y comprar ahí. Esto a pesar de que esto implique caminar un poco más o estar atento a muchas cosas a las que no se les presta atención por falta de tiempo, de conocimiento o de energía.
Los consumidores tenemos que tomar la compra como una actividad un poquito más racional. Porque, en cuanto le sacamos la cabeza a la compra, perdemos dinero, capacidad financiera y hasta la posibilidad de ahorro y de crecimiento.
Hay personas que, ante la restricción presupuestaria, compra cosas en el supermercado en cuotas. Pero, al cuarto mes, no podés comprar más porque tenés acumuladas compras en el supermercado y con un costo de reposición. No conviene tarjetear las compras de primera necesidad, si se puede.