La problemática del empleo, entre la informalidad y la falta de un plan estratégico

El economista Sebastián Scheimberg puso el foco en las cuestiones necesarias para que la falta de empleo deje de estar entre las principales problemáticas de la agenda económica y social. El temor a los juicios laborales y la importancia de una "institucionalidad fuerte".

Por Sebastián Scheimberg*

En los últimos años, hubo un deterioro del sector laboral formal. Argentina podría tener mejores niveles de empleo formal, pero, a medida que la población más antigua se va desvinculando, las empresas tienden a informalizar porque el nivel de aportes patronales eleva el costo laboral. Hay una realidad y es que el sistema formal tiene extracostos.

Ningún empresario quiere asumir el riesgo del juicio laboral. Es cierto que ha habido mucha renta por el lado de la oportunidad del juicio laboral, y eso es una renta que va a manos equivocadas, es decir, a manos de los que litigan. Muchas veces, uno observa que las PyMEs y los pequeños comercios tratan de evitar esa conflictividad. Habría que segmentar porque, por un lado, están las grandes corporaciones, que, en general, mantienen el personal en blanco porque están muy monitoreadas por los organismos de control y, por otro lado, las PyMEs que sobreviven como pueden. Al que emplea personas en blanco, teniendo una PyME, prácticamente, habría que hacerle un monumento.

Además, hay que contemplar que un sistema de retribución sin una implicancia laboral desalienta el trabajo. Todos los sistemas de subsidios generalizados, de alguna manera, desalientan la contratación formal. La gente busca no formalizarse para complementar el ingreso del Estado con otro ingreso del tipo changa.

El análisis de Sebastián Scheimberg...

Habría que ir mutando a esos esquemas en los que un empleado con bajas habilidades pueda complementar el ingreso hasta que se consolide y vaya adquiriendo las habilidades en el lugar de trabajo. Porque hay lógica en que una persona con poca productividad tenga sueldo más bajo que aquella que tiene más productividad.

También tiene que haber una amalgama institucional en que la educación técnica del Estado y los oficios formen parte de un plan estratégico que, todavía, no se ha delineado. Tiene que ser un plan basado en el desarrollo de las capacidades de los individuos. Hay que complementar una mirada estratégica del Estado con una mirada similar del sector privado.

A veces, parece que Argentina no tiene un plan estratégico en ningún sector. Debería haber una institucionalidad más fuerte, con una burocracia estable en el Estado, con personas capacitadas, formadas, una escuela fuerte de Gobierno, como tenía Raúl Alfonsín. Hoy quedan pocos, pero son sólidos y están bien formados. Tiene que haber instituciones sólidas, que no estén intervenidas por la política.

*Economista y docente de la UNLaM