Ajuste, inflación alta, poco crecimiento y la sintonía fina del Presupuesto 2023

El economista Sebastián Scheimberg analizó algunos aspectos del presupuesto aprobado para el próximo año. Cómo es la "pincelada gruesa" y qué recursos estarían más afectados.

*Por Sebastián Scheimberg

Creo que el Presupuesto 2023 tiene implícito un nivel de inflación del 60 por ciento, que no es creíble ni realista. A pesar de todo, tiene un esquema de reducción del déficit fiscal, por lo que parece que el Gobierno se esforzó por coordinar el ajuste que tiene acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La pincelada gruesa del Presupuesto tiene lógica. Hay una perspectiva de encasillar los agregados macroeconómicos, pero va a ser un año complicado porque el crecimiento va a ser exiguo, con una inflación alta. En un contexto de inflación creciente, el Gobierno suele subestimar la inflación para tener cierta discrecionalidad con los recursos. Hay que lograr bajar la inflación, por lo menos, al 60 por ciento que estipula el Presupuesto. Sería un gran logro.

El postulado no es reprochable porque es coherente con lo que viene haciendo el ministro (Sergio Massa), lo que hay que ver es la sintonía fina. Es un presupuesto de ajuste, eso es claro, porque los impuestos suben en el margen, pero los gastos se reducen bastante, sobre todo, en lo que son los subsidios a la actividad económica, que son transporte y energía. Esto implica que tiene que haber un fuerte aumento de tarifas.

Creo que el planteo de sumar a la Justicia al Impuesto a las Ganancias iba en la dirección correcta, porque tiene que ver con limitar los privilegios de algunos grupos. Creo que la oposición tendría que haber hecho algún esfuerzo para acompañar, más allá de que el proyecto se aprobó por mayoría. No entiendo por qué la oposición no se sumó a esa consigna, aunque es cierto que su posición está más vinculada o atada al tema de reducir la carga de impuestos, y esto no iba en ese camino.

El aumento en las prepagas, de 13,8 por ciento en diciembre y un acumulado de 114 en los últimos doce meses, muestra que hay una puja distributiva fuerte. Un escenario lógico sería que las cuotas aumentaran a la par de la inflación. Que no la superen porque es complejo, sobre todo, para la gente que no trabaja en relación de dependencia y tiene que desembolsar de su bolsillo por su salud.

La columna de Sebastián Scheimberg.

*Economista y docente de la UNLaM