Un golazo a la violencia

Braian Schattis tiene 26 años, tiene una discapacidad y participa en el Fútbol Inclusivo aurinegro. Hace tres semanas, lo golpearon hinchas de Deportivo Morón porque llevaba puesto el short de Almirante. Luego de sobreponerse, volvió a jugar y convirtió el tanto de la victoria en el debut de la liga.

Hay goles de todo tipo. Algunos son nacidos de la propia inventiva, otros favorecidos por el viento de la suerte y unos pocos que se gestan en el alma y que simbolizan la carrera ganada a la adversidad. Cuando se está en presencia del último caso, sucede lo que ocurrió la semana pasada con el gol de Braian Schattis en el Fútbol Inclusivo de Almirante Brown, la competencia en donde participan jóvenes con diferentes discapacidades. La cancha tembló de un grito. De las entrañas de Braian, salió un festejo puro y un poderoso mensaje de recuperación y nobleza.

“Braian vive en Berazategui y arrancó hace poquito con nosotros. Él acompañó a uno de los chicos y le gustó la actividad y el club. Se enamoró de los colores y de la cancha de Almirante. Le cuesta mucho venir, el traslado, la cuota de socio, la ropa… Su familia es muy humilde y entonces le damos una mano con el tema de los gastos”, cuenta Adrián Vizcarra, coordinador de la disciplina en el club aurinegro.

Braian tiene 26 años y padece un retraso madurativo leve. Es fanático de la pelota y uno de los 60 jóvenes que desarrollan la actividad en el Mirasol. Hace tres semanas, le tocó superar un hecho de violencia que retrata la miseria moral y humana de algunos personajes que habitan el mundo del fútbol.

Así lo relata Vizcarra: “Ese día, uno de los profes del club le regaló un shorcito de Almirante y él se olvidó de sacárselo. O, tal vez, desde su inocencia, quiso presumir que tenía un pantaloncito nuevo. Cuando llegó a la estación de trenes de Morón, lo divisaron un par de muchachos identificados con Deportivo Morón y empezaron a pegarle. Le dieron varias trompadas en la cabeza y cayó inconsciente en una de las escaleras. Después, una persona que estaba ahí lo auxilió y lo acompañó en el tren”.

La indignación traspasó el límite de lo imaginado. El susto de ese ataque cobarde le puso otro obstáculo en el camino. También le plantó el desafío de retomar la normalidad. Y la primera gran prueba fue la de regresar a las actividades en el club. “A él le quedó miedo de volver. Nosotros trabajamos mucho con el tema de que a ellos se les vayan los miedos. Generalmente, los chicos que tienen alguna discapacidad están en la casa y la mayoría no hacen actividades. Y a la familia les cuesta mucho largarlos, también. Nosotros logramos, a través del deporte, una independencia. Que ellos se manejen solos, que sean independiente y que tomen decisiones. Por supuesto que todo esto que sucedió a Brian lo hizo retroceder un montón”, describe Vizcarra.

La caricia a tanta amargura llegó en forma de gol para Braian. Tal vez, en la mejor cara que suele mostrar el fútbol. En el debut en la liga, que es auspiciada por la AFA, le dio la victoria al Mirasol y lo gritó con alma y vida. Justamente, desde donde provienen los mejores goles. El suyo fue contra la violencia y contra todo lo que no debiera existir en el mundo del fútbol.

¿Qué es el fútbol inclusivo?

Se disputa en la modalidad fútbol 5 y las categorías se arman de acuerdo a las habilidades que muestren en las jornadas de testeos; las prácticas en Almirante Brown se hacen los sábados en la Ciudad Deportiva. En la rama masculina, el Mirasol participa con cinco categorías y fue campeona en una de ellas en el torneo pasado. Son chicos mayores de 15 años y sin límite de edad.

Las mujeres, en tanto, recién pudieron competir por primera vez el año pasado, ya que no lograban completar el equipo. El éxito fue total: salieron campeonas en la categoría A y tres chicas fueron convocadas al seleccionado femenino. Como novedad, la disciplina amplió su oferta a los más pequeños y empezó con la categoría “infantiles”, que va desde los seis hasta los doce años.