Maximiliano Levy: “Hay que demostrar que no fuimos una moda de seis meses”

A tres años de haber asumido al máximo cargo aurinegro, el presidente aurinegro busca seguir jerarquizando los objetivos. “Un buen campeonato sería ascender. El Reducido ya es una obligación para nosotros”, señala.

A un par de días de llegar al centenario del club y con tres años de conducción recién cumplidos, el presidente aurinegro, Maximiliano Levy, se planta frente al horizonte y elige elevar el nivel de exigencia.

En diálogo con Radio Universidad, el empresario matancero se refirió a la preparación del equipo para la B Nacional 2022, al polémico fixture de la categoría y a las vivencias que dejó su primer año de mandato. También confesó que, en algunos momentos, estuvo cerca de dar un portazo.

“Hace seis meses, no encontraba motivación. Era algo mío. Es más, hace unas semanas, hablé con mis compañeros porque tenía ganas de ayudar, pero no de ser la cabeza de todo esto, pero a ellos no les gustó mucho la idea, ja. Igualmente soy de los que creen en la alternancia”, afirma.

¿Quedaste conforme con el fixture?

Es un torneo atípico, con muchos equipos y estaba dentro de las posibilidades. Así que no nos podemos sorprender. El club está en una etapa de profesionalización en la que viajamos en avión y ya tenemos todo medio aceitado; así que los viajes son una parte asumida. Es algo muy largo y va a ser muy importante llegar a la mitad del torneo estando vivos. Creo que tenemos una mitad de torneo accesible, como para llegar en el lote de arriba. Después habrá que dar la estocada final en la segunda parte, que es la más importante.

¿Cambia en algo la preparación después de haber hecho el campañón del torneo pasado?

Al principio éramos una sorpresa, después teníamos suerte y luego fuimos una realidad. Hay que volver a dejar al club en lo más alto que se pueda. Hay que demostrar que no fuimos una moda de seis meses. Sino que somos una realidad y que vamos a seguir peleando. Un buen campeonato sería ascender. El Reducido ya es una obligación para nosotros. Pusimos a Almirante entre los mejores de la categoría y necesitamos, por el bien del club, dar ese salto de calidad.

¿Estás satisfecho con el plantel que se armó?

Nuestro mejor refuerzo fue retener a (Fabián) Nardozza. Después, que se queden Chávez, el Gurí, los dos centrales, el arquero… Se fue Pomelo (Vera) y vino Nacho (Colombini), que hizo la misma cantidad de goles y que, además, lo quería San Martín de Tucumán. Vino el tres titular de Atlanta y el cinco de un equipo que acaba de ascender como (Juan) De Tomaso. Nosotros no somos Belgrano de Córdoba. Tenemos nuestras limitaciones y hacemos el esfuerzo más en retener lo que creemos que es bueno, que en traer jugadores de Primera. Le buscamos la vuelta para que esto funcione, sin hipotecar el club. El año pasado no teníamos súper estrellas y terminamos primeros en la primera rueda. Somos un equipo de laburantes y obreros. Ahora, nos estamos reinventando porque un montón de esos chicos que empezaron ya se fueron a Primera. Generamos que los chicos crezcan y que ellos nos hagan crecer a nosotros. Por ejemplo, la apuesta de este año es (Matías) Piteo. Creemos que es una realidad y que ya tiene que tener minutos.

¿Qué ves en el espejo retrovisor, después de tres años como presidente?

Que no soy el mismo. Si bien tengo las mañas viejas, el club me cambió. Más experiencia, muchos errores y muchas decisiones que a uno no le gusta tomar. El hecho de que las cosas nos hayan salido bien, nos ayudó al desarrollo mío y de la gente que está conmigo. Aprendí muchísimo y voy a seguir aprendiendo. Porque fíjate que ya peleamos con dirigentes políticos o sindicalistas top de la Argentina. Hay que estar a la altura, pero no cambio el rol de cómo soy. Creo que hace tiempo que a Almirante lo respetan. Me gané el respeto de mis pares porque la gente entendió y creció. Eso me benefició. No es un solamente hacer un gol o que venga la Selección.

¿Cuál fue el logro máximo de la gestión?

Que la paz o la familia pueda volver a la cancha no tiene comparación, después del desastre que hicieron en el club en los últimos 25 años y que nadie haya puesto los huevos para parar esto. Lejos es lo mejor que tuvimos. Lo único que lo hubiera superado es haber llegado a Primera.

¿Qué te queda por hacer?

El objetivo número uno es terminar la cancha y dejarla bien. Prepararla para cuando nos toque jugar en Primera y hacer abajo el gimnasio para básquet, patín y futsal. Nos faltaría eso y hacer la cancha de fútbol sintético para jerarquizar las Inferiores.