Los tres meses fatídicos del Mirasol

El cuadro aurinegro lleva 13 fechas sin ganar y cayó 23 puestos en los últimos 90 días. El andar estrepitoso del equipo lo acercó peligrosamente a la zona de descenso.

Para encontrar la última alegría de Almirante Brown en el campeonato hay que ejercitar la memoria. Allá por la séptima fecha, el Mirasol le ganaba 1 a 0 a San Martín de San Juan, pero no sabía que, a partir de ese momento, iba a ingresar en un laberinto sin salida. Desde aquel 22 de marzo hasta estos días, pasaron tres meses fatídicos. Nada menos que 13 fechas sin ganar (siete empates y seis derrotas), un bajísimo nivel de eficacia (17 por ciento) y una abrupta caída de la tabla de posiciones: del octavo al trigésimo primer puesto.

Semejante derrumbe en la competencia le hizo repensar los objetivos al cuadro matancero. Cada vez más lejos del escalón número 13, la última plaza para entrar al Reducido, La Fragata deberá prestarle atención a la zona de descenso, en donde ya tiene solamente a seis equipos por debajo. El cambio de técnico (Jorge Benítez por Fabián Nardozza) tampoco parece haber surtido efecto: desde su llegada, el Morrón apenas sacó 2 puntos sobre 12 y no pudo revertir la pobre imagen que viene aparejada desde el ciclo anterior.

En medio de todo este pandemónium, el Mirasol sufrió dos bajas sensibles en el once titular habitual. Primero, la de Alan Barrionuevo, quien se fue a préstamo a Central Córdoba de Santiago del Estero. Y, hace unos días, la del capitán, Diego “Gurí” García, cedido a Belgrano de Córdoba, el líder indiscutido de la categoría.

Así debilitada la estructura troncal del equipo a mitad de campeonato (puede agregarse a Cristian Chávez, de bajo nivel pero habitualmente titular al comienzo), también quedó en evidencia la pobreza futbolística de los jugadores de recambio. Ni titulares ni suplentes le encuentran la mano a un presente por demás preocupante.

Quedan 16 fechas por delante. Este sábado, frente a Estudiantes de Río Cuarto, el Mirasol se juega otra chance de salir de ese laberinto. El mismo que, desde hace tres meses, tiene las puertas cerradas con candado.