Las dos caras de un presente incierto

El Mirasol arrancó a paso firme en el torneo, pero se fue desinflando en los últimos partidos. La falta de regularidad lo alejó de los puestos del Reducido y encendió la preocupación de los hinchas.

Todavía con el envión del campeonato pasado, cuando llegó a ilusionarse con el ascenso a Primera, Almirante Brown empezó la actual competencia revalidando aquellas credenciales. Una suerte de continuidad dulzona que le seguía asignando las ropas protagónicas. Al cabo de las primeras siete fechas de esta Primera Nacional, el cuadro de Isidro Casanova cosechó 14 puntos sobre 21. Un registro más que respetable y que lo posicionó en la vecindad del primer pelotón de la tabla. Sin embargo, no es menos cierto que, en ese tramo, la imagen futbolística nunca fue de la mano de la positividad numérica.

El Mirasol no convencía, pero ganaba de local y eso le alcanzaba para acomodarse en el grupo que va a definir las cosas. Algún rasguño de puntos como visitante también aportaba a la causa y amplificaba la música de violines en los jardines de la Ciudad Deportiva.

El derrumbe
Lo que vino desde la octava fecha hasta el choque de local ante Villa Dálmine fue la otra cara de la moneda. La otra mejilla del fútbol. Desde aquel empate contra Chaco For Ever (casi sin patear al arco), Almirante se fue descascarando. Lo que alguna vez tuvo cimientos fuertes, ahora, se transformó en arena movediza. Incluso, capaz de tragarse a Fabián Nardozza, el entrenador que, por primera vez desde su llegada al club, sumó críticas y descontento entre algunos hinchas.

El segmento negativo que acarrea La Fragata habla por sí solo: ocho fechas sin ganar, con apenas cinco
unidades sobre 24. En ese tipo de casos, el problema nunca es aislado, sino que es producto de múltiples factores. Bajos niveles individuales, lesiones, malestares internos y una idea de juego que no termina de llevarse a cabo.

Marcos Brítez Ojeda es una voz autorizada para ilustrar el presente del equipo. Recién pudo debutar la semana pasada ante Belgrano de Córdoba, pero le sobra experiencia para capear estos temporales. “Se escucha de todo, pero hay que hacer oídos sordos y llegar de la mejor manera. Sumar de a tres va a ser muy importante en todo sentido. Los más grandes debemos tomar la responsabilidad, y me incluyo, para que los más chicos solamente jueguen”, graficó.

La noción de un proyecto a largo plazo parece haberse marchado de Isidro Casanova. “Se juega y se vive día a día”, comentan por lo bajo los actores de esta película de final anunciado. Al Mirasol, luego del choque frente al Violeta, se le viene la fecha libre. Momento para repensar y ver hacia dónde se dirige la embarcación. Fecha a fecha, día a día o minuto a minuto. Las dos caras de una campaña que pasó de carroza a calabaza en catorce jornadas.