El Mirasol dio otro paso que ilumina el ascenso a Primera

El equipo de Fabián Nardozza derrotó a Independiente Rivadavia con un polémico gol de penal del Gurí García y está en semifinales. Ahora espera a Barracas y jugará como local el partido de ida.

Crédito: Prensa Almirante Brown.

Pare de sufrir. Por un rato, por unos días. Almirante Brown logró dar un paso gigante para meterse entre los cuatro equipos que jugarán por el segundo ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino. Y no es poca cosa. Sobre todo para un equipo que viene diezmado y con el golpe de quedarse a la orilla del río cuando dominó casi todo el torneo. Pero volvió a tirar el corazón al césped y le dio resultado.

Crédito: Prensa Almirante Brown.

Las credenciales las presentó el Gurí García, cuándo no… El gran capitán fue nuevamente la bandera de un equipo que saca fuerzas no se sabe dónde, pero que siempre están. Ahí, en la seguridad de su arquero, y la firmeza de Alan Barrionuevo, en el incansable Mater, en la jerarquía de Vera y vaya a saber uno dónde más…

El comienzo fue complicado. Los mendocinos se adueñaron de la pelota y, sobre todo, por el sector izquierdo sumaron gente en ataque, aunque no terminaron de inquietar con seriedad al “Mono” Martínez. Recién a los 11, un centro quirúrgico de Diego García hizo escala en la cabeza de “Pomelo” Vera, pero el arquero Cristian Aracena la descolgó del ángulo.

La Lepra, sin embargo, mostraba su superioridad, sobre todo, con Lucas Ambrogio y Luciano Sánchez, pero le faltó pimienta. Asenjo y Quiroga no terminaron nunca de inquietar al arquero mirasol.

Promediando la parte inicial, el “Guri” García volvió a mostrar su buena pegada y a punto estuvo de encontrar la cabeza de Martín Batallini, que calculó mal y no pudo impactar el balón. Acto seguido, un remate cruzado de Santiago Vera y un mano a mano de Ibáñez que desbarató el arquero visitante.

Así las cosas, hasta ahí: la pelota para Independiente Rivadavia y las situaciones concretas de gol, casi en exclusividad, para Brown. Pero la izquierda siguió siendo el talón de Aquiles local. Ambrogio fue un problema sin solución para Cristian Varela y Facundo Mater. Pero, por suerte, al 10 visitante le faltó precisión en la terminación de cada jugada.

Crédito: Prensa Independiente Rivadavia.

A los 42 minutos, un cambio de frente de Marcelo Vega atravesó el área y Luciano Sánchez levantó la pierna peligrosamente ante Cristian Varela: el árbitro Jorge Baliño compró un penal que no fue…

Sin embargo, al Gurí García poco le importó. Y no podía ser de otra manera, que sufriendo. El remate del capitán fue esquinado a la derecha de Aracena. El arquero tocó la pelota, pero tomó un efecto extraño y, con mucho suspenso, se fue metiendo lentamente en el arco mendocino. Uno a cero y a cerrar el primer tiempo. Lo poco que faltaba se lo llevó el escándalo. “Pomelo” Vera volvió a pasarse de rosca y a hacerse amonestar, con la gravedad de haber llegado al límite: no podrá jugar el partido de ida de semifinales ante Barracas en el mismísimo Fragata Presidente Sarmiento. 

En el arranque del segundo tiempo, el propio exjugador de River y Joaquín Ibáñez estuvieron cerca de aumentar la distancia en el marcador. Pero las alarmas defensivas volvieron a encenderse cuando Ambrogio se hacía de la pelota. De hecho, el propio volante tuvo la chance del empate dentro del área, tras un pase de Quiroga, y su remate se fue lejos del palo izquierdo de Martínez. Un minuto después, el equipo de Nardozza también tuvo la suya. Tal vez, la más clara del encuentro, cuando Mater dejó a Batallini cara a cara con el guardameta rival, pero también le erró al arco.

El partido estaba clarito para la patriada visitante o el contragolpe del Mirasol. El “Chaco” Guzmán a la cancha, con aire fresco para hacer la banda y darle una mano a Varela en el sector donde más sufría el equipo aurinegro. Sin nada que perder, “La Lepra” tiró todo al ataque y Quiroga estuvo a punto de igualar el encuentro cerca de los 20 minutos, pero Ramiro volvió a decir presente y lo evitó. Claro que el paso de los minutos y la salida de Ambrogio fueron desesperando y desinflando a la visita. Imperiale, otro gigante, se sumó a Quiroga y, así, el conjunto de Gabriel Gómez puso todas sus fichas a la cabeza de las torres de ataque. Sin resultados concretos y casi sin peligro por entonces.

Mientras tanto, Nardozza apostó por el ingreso de Cristian Chávez, Wilson Chimeli, Álvaro López y Facundo Miño. Aire fresco para un partido contaminado por los centros sin sorpresas de Independiente y las escasas posibilidades de contragolpe mirasol. Solo una chance para el “Negro” Chávez y poco más. Objetivo cumplido. Es cierto, mucho más sufrido de lo recomendable, pero Almirante ya está entre los cuatro semifinalistas.

Después de 30 años, Brown se metió en un reducido. Ahora, ya dio el primer paso, a base de corazón, amor propio y la categoría de varios futbolistas. Su bandera, el Gurí García, lo dejó bien claro: “Estamos a tres partidos de poner a institución por primera vez en la máxima categoría”.

Ahora, la escala será en Barracas (equipo del “Chiqui” Tapia, presidente de la AFA). La otra semifinal será entre Quilmes y Ferro Carril Oeste.

Crédito: Prensa Almirante Brown.

Contra todos los cálculos Almirante Brown vuelve a resurgir. Con lo justo sin sobrarle nada, pero con el corazón de su plantel y un pueblo mirasol que sigue montado en la ilusión de casi cien años, de jugar en Primera. Ojalá se haga la luz.