Julio Leiva: “Al trabajar en periodismo, vivir en La Matanza me dio un termómetro del país”

Motorizado por la curiosidad y la versatilidad, el periodista oriundo de Isidro Casanova emprende proyectos que despiertan el interés de distintas generaciones. En diálogo con este medio, recordó sus primeros pasos profesionales en el Distrito, la coherencia de sus premisas a lo largo del tiempo, la metamorfosis mediática y el fenómeno “Caja Negra”.

Julio Leiva Isidro Casanova

La curiosidad es como una brújula para un periodista ya que lo orienta en qué caminos puede tomar, tanto para la construcción de una nota como para la planificación de su trayectoria profesional. Julio Leiva, oriundo de Isidro Casanova, descubrió dicho instrumento desde niño, ante la necesidad de información para comprender aquello que desconocía o que no entendía, y lo redescubrió siendo adolescente y adulto, cuando sus búsquedas se volvieron parte de una profesión. A sus 44 años, el comunicador matancero, que supo desplegar su versatilidad entre los medios “tradicionales” y los digitales, continúa indagando en las diversas posibilidades que le presenta su oficio.

Jugador de fútbol, músico en una banda o periodista. Esas eran las opciones que Julio idealizaba de chico para su futuro, pero, como no se consideraba bueno para las dos primeras, fue la última alternativa la única que perduró en el tiempo. De hecho, a temprana edad sintió atracción por los medios de comunicación, ya sea leyendo el diario que traía su padre, viendo los programas periodísticos en la televisión o escuchando los que sonaban en la radio. “Un día dije '¡Me gustaría hacer esto!' Fue medio natural, no muy procesado”, recordó.  

Su formación arrancó en la Escuela Primaria N° 172 Conrado Nale Roxlo, de Isidro Casanova, y continuó en la Escuela de Educación Secundaria N° 11 de San Justo. A raíz de sus destacadas calificaciones recibió el premio “Esperanzas de la Patria”, que distingue a los mejores promedios de las instituciones secundarias del Distrito y es entregado por el Rotary Club local en la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM).

“Hice el secundario en los ´90s, una década muy particular para Argentina, donde había gente que la estaba pasando muy bien, mientras la mayoría se estaba empobreciendo, quedándose desocupada. Eso despertó en mí la necesidad de comprender cómo eso estaba resquebrajando la sociedad y cómo iba repercutiendo en mi vida personal, en la de mi familia y amigos. Me mantuvo la llama en cuanto a lo político, lo social, lo económico y, también, respecto a lo cultural, ya que la música explotaba con discos de bandas y solitas, sobre todo en nuestro rock, ¡era una ebullición de cosas creativas! Así que era ir de acá para allá, pasar de una marcha a un show, años muy movidos…”, describió.

Luego, el matancero adquirió las primeras herramientas profesionales a partir de sus estudios en ETER (Escuela de Comunicación) y en el Círculo de Periodistas. Desde allí los aprendizajes fueron sucesivos, extendiéndose a experiencias laborales en diferentes medios, y compartiendo proyectos con referentes como Lalo Mir, Mario Pergolini y Alfredo Zaiat.

“Recuerdo un programa de radio que hacía en La Matanza cuando estaba estudiando y que duró entre los años 1997 y 2003, aproximadamente. Se llamaba No Tan Distintos, y hoy me sigue escribiendo gente que me dice '¡Yo te escuchaba en ese programa!', y me comenta cosas muy puntuales. ¡No paro de sorprenderme! Para esos años fue un ciclo medio icónico, en el que pasábamos rock nacional a pleno, y llegaba a toda zona Oeste, incluso había gente que iba a la vereda de la emisora para escucharnos”, rememoró.

Con el paso del tiempo, la agenda laboral de Julio fue abarcando distintos trabajos en Capital Federal que le implicaban constantes y extensos viajes, por lo que, cuando tenía alrededor de 30 años, se mudó a la Ciudad de Buenos Aires, donde reside actualmente. “Lo estiré lo más que pude, porque me gustaba donde vivía, ahí tenía mis amigos, mi familia, mis lugares. De todos modos, sigo yendo mucho a La Matanza, siempre me preocupo por lo que pasa ahí, veo cómo les va a los equipos de fútbol, cómo están haciendo una obra nueva, si mejora -o no- la calidad de vida de la gente. Lo siento muy propio, vivir en La Matanza me dio mucho a nivel personal y profesional”, subrayó.

Y, a continuación, agregó: “Para mí, La Matanza es el primer indicio de lo que es Argentina. Al trabajar en periodismo, vivir ahí me dio un termómetro muy real de la situación del país. Por ejemplo, empecé a trabajar de forma profesional en los años 1999/2000, pero ya desde antes lo hacía por gusto, y la crisis que vino a toda la Argentina en esos años, en el Distrito se veía desde antes, y así con todo. Cuando vas por ahí y ves que hay obras es porque el país está mejor, mientras que, cuando no se mueve nada, es porque el país no la está pasando bien”.

Mismo oficio, diferentes momentos

Ante la presentación de distintos ejes vinculados a la profesión, Leiva reflexionó sobre su visión en el pasado, cuando daba sus primeros pasos periodísticos, y en el presente, tras haber recorrido un largo camino. En relación a la elección del oficio estableció diferentes puntos de contacto: en primer lugar, la curiosidad, seguida por la versatilidad, tanto en la multiplicidad de formatos (radio, gráfica, televisión, digital) como de temas a abordar, desde una asunción presidencial hasta un recital multitudinario, pasando por viajes a otros países y diálogos con personas en circunstancias felices o duras.

“Siempre jodo mucho con Forrest Gump, por el hecho de no ser protagonista, pero sí estar a un costado de la historia. Eso es lo que me continúa seduciendo del periodismo, más allá de los formatos, seguir estando donde suceden cosas, estar en el momento y en el lugar adecuados para ser testigo de lo que está pasando”, comparó.

En cuanto a sus valores, expresó: “La verdad es que estoy tranquilo con eso, puedo mirar al Julio de 15 años, que era más idealista, y sentir que no le fallé. Se trata de ser coherente a lo largo de los años y en los distintos lugares que estoy. Me gusta esa frase que dice 'No importan los lugares en los que trabajes, sino cómo trabajes'. Siempre trabajé igual, siendo intelectualmente honesto, no debiéndole nada a nadie, habiendo hecho un camino en el que no resigné nada ni me aproveché de nada, y eso es lo que me deja más tranquilo. Estoy súper contento de haber hecho quizás un camino más de 'hormiga' pero seguro, sobre todo sin traicionarme”.  

Metamorfosis mediática

De traje en traje. Esa es la analogía que usa Julio para referirse a su pasaje entre los diferentes formatos y medios de comunicación, donde cada uno presenta sus singularidades, pero todos requieren de las mismas convicciones y premisas. Generalmente sus movimientos entre los distintos roles y soportes se dieron cuando sentía que se repetía y necesitaba salir de su zona de confort. No obstante, uno de los principales cambios tuvo que ver con el avance de Internet.

“Me parecía revolucionario, algo que iba a cambiar tanto a las cosas como a nosotros, y ese proceso se vio acelerado en los últimos años. Pienso en Internet como un lugar de creación de contenidos, que dictamina los consumos, los gustos y nuestra vida. Y sentía que desde el periodismo o la producción de cosas que yo hacía necesitaba actualizarme hacia esos lugares. Ahí apareció Vorterix en un momento, y después Filo News, directamente con toda esa impronta a Internet. Ahí considero que pude darle un lugar a todo eso que tenía ganas de hacer y pude hablarle a una audiencia nueva con un lenguaje nuevo”, planteó.

Sobre el panorama actual de los medios de comunicación, opinó: “De a poco van entendiendo que se tienen que aggiornar y convivir con los otros lenguajes, porque ya no tienen el monopolio de años atrás. Ahora, ese caudal de audiencia lo comparten con otros formatos y plataformas, si no se actualizan, pierden. De a poquito lo van haciendo, igual para mi están tardando, porque todos consumimos con el celular, creo que la creación de contenidos tiene que ser pensada para ese lugar. En un futuro va a ser difícil diversificar qué es tradicional y qué digital, va todo hacia una mixtura”.

El fenómeno Caja Negra

Desde Bizarrap y Coscu hasta Alberto Fernández y Ricardo Darín, pasando por Lali, Paulina Cocina, L-Gante, Érica Rivas y Rodrigo De La Serna. Esos son solo algunos nombres de todas las personalidades que integran la ecléctica lista de invitados que fueron entrevistados por Leiva en Caja Negra, el popular ciclo de Filo News, disponible en Spotify y YouTube.

En torno a la evolución del formato, el periodista explicó: “Al principio notábamos que había una agenda de referentes de distintas plataformas que estaban creando influencia en muchas personas de estas generaciones, sentíamos que los medios tradicionales no les estaban dando lugar, por lo tanto, nos interesaba indagar en esa cultura, conocer a los representantes de este cambio y tratar de entenderlos. Después, hubo una segunda etapa, de puente generacional, en la que trajimos gente por ahí más consagrada, algo tradicionalmente vinculado a la cantidad de años, que hizo que se sumaran los padres, además de seguir los hijos, y empezaron a cruzarse. Hoy estamos en una instancia en la que logramos que Caja Negra sea un lugar de prestigio y creíble, con una mixtura donde parecería que nada desentona”.

Una de las particularidades de dichas entrevistas, que a su vez es uno de los principales elogios del público, tiene que ver con la importancia de la escucha y el peso de los silencios. “La gente quiere ver una entrevista por el entrevistado, después hay quienes se interesan por la interacción de ambos o por lo que tiene el periodista para preguntar, pero el peso está siempre en el entrevistado. Creo que, en los últimos años, debido al show televisivo y demás factores, eso se fue perdiendo y se convirtió más en una conversación en la que ambos opinan, tanto entrevistador como entrevistado. Entonces, quería recuperar el espíritu de escuchar lo que el otro tiene para decir, en este formato no importa mucho lo que yo piense”.

Agenda completa

Información y entretenimiento. Esos son dos de los grandes pilares de Filo News, el medio periodístico en el que Leiva se desempeña como Director Editorial. En relación a los criterios para los contenidos, enumeró: “Hay tres aspectos fundamentales en Filo, uno es la agenda, qué de todo lo que hay elegimos contar, lo segundo es cómo decidimos contarlo, y hay una tercera parte que une las otras dos y tiene que ver con dónde lo contamos, porque no es lo mismo hacerlo para Instagram, Facebook, YouTube, Twitter o nuestra página web. Ese combo dio una novedad, cada audiencia se sintió interpretada por sus consumos y gustos”.

Por otro lado, el periodista oriundo de Isidro Casanova conduce el programa Crossover junto a Noelia Custodio, que se emite de lunes a viernes, de 10 a 13, por Vorterix. “Estoy tratando de encontrar una versión nuestra más streaming, y también mi versión más lúdica. Pasamos de reírnos a entrevistar a alguien en profundidad, y de ahí a reaccionar a algo. Es una búsqueda que estamos siguiendo y que va cambiando en cuanto a los consumos que la gente tiene”.

En la lista de sus proyectos laborales actuales también se destaca su participación en Cheque en Blanco, el programa emitido los sábados de 9 a 12 por Futuröck. Y, a modo de recuerdo, pero sin perder vigencia, se pueden visualizar de manera gratuita en YouTube dos documentales en los que estuvo a cargo de la dirección: Piedra Que Late y Tsunami: Un océano de gente, ambos centrados en el Indio Solari.  

“Estoy en un momento de resultado, que se da hoy pero que es fruto de muchos años de recorrido. Es un momento de satisfacción profesional, por todo este reconocimiento que me está llegando y por la buena onda de colegas y de la gente que me ve. También me pone muy contento que reconozcan el laburo de nuestro equipo, porque trabajo con un montón de gente para que las cosas salgan como salen”, concluyó.