Fátima Florez: “Subirme al escenario me da alegría y vitalidad”

La artista presentará su exitoso espectáculo “Fátima es Camaleónica” en el Teatro Universidad. Adelantó algunos ejes y personajes que forman parte del music hall que protagoniza. Su crecimiento artístico y el valor de la risa.

“Siempre los miré desde mi casa, ¡hoy me toca imitarlos a todos ustedes!” Con esa sentida frase, de hace casi una década, Fátima Florez no solo agradeció recibir un prestigioso Premio Martín Fierro -por su labor humorística- frente a reconocidas personalidades de la televisión nacional, sino que, en cierto modo, también se refirió a una transformación sustancial en su camino artístico. Es que, por su habilidad innata, su formación en distintas áreas y su trabajo constante, logró que muchos personajes famosos, que antes recreaba en su casa, pasaran a convivir con ella arriba del escenario y frente a las cámaras. Además, día a día, su repertorio se amplía con nuevos referentes de ámbitos como la música y la política.

El sábado 12 de noviembre Fátima llegará acompañada por sus carismáticos y eclécticos personajes al Teatro Universidad (Florencio Varela 1.903, San Justo), donde concluirá la gira de su exitoso show Fátima es Camaleónica, con dos funciones, a las 20 y a las 22. Las entradas pueden adquirirse en la boletería del auditorio (todos los días de 11 a 21) y en el sitio web Ticketek.

-El hilo conductor del espectáculo es la transformación…

-¡Estoy feliz de estar haciendo este show! Uno siempre trata de aggiornarse y automejorarse. La idea de camaleónica va sucediendo en esta obra de manera mágica, de verdad hay que verla y sentirla. El concepto también nació por la gente que, a la salida del teatro, o por las redes sociales, me decía '¡no puedo creer! ¡qué mujer tan camaleónica, cómo salís de un personaje y te metes en otro!' Así que el título ya estaba latiendo, y se le hace honor en todo momento del espectáculo. Por ejemplo, al comienzo, con una serie de cantantes internacionales, que corro detrás de escena para, en cada una, salir cambiada diferente, de pies a cabeza y, después, se monta un camarín, donde me transformo delante del público.

-En cuanto a los personajes, ¿cómo están agrupados?

-La obra está dividida en varios bloques. Además del de las cantantes internacionales y el de las divas de nuestro país reunidas en un camarín, hay uno con una ruleta donde juego con Iván Ramírez -que interpreta a Ángel de Brito de manera increíble-, hay un homenaje a Maradona, también junto a personalidades que de otra forma sería imposible -ya sea por cachet, tiempos, o porque algunas no se quieren entre sí- (risas), pero en Fátima es Camaleónica todo es posible y, en el final, siguiendo mi idea de que el público se vaya feliz, con una sonrisa, cantando y bailando, aparecen las cumbias, que todo el mundo conoce. Entre los personajes están: Cristina (Fernández de Kirchner), Susana (Giménez), Vicky (Xipolitakis), Tini (Stoessel), Gilda, Pimpinela, Damas Gratis, Lady Gaga y Madonna. Nos acompañan bailarines talentosísimos, una banda de músicos que la rompe, cambios de vestuario, pantallas… Cuando termina el show, la gente dice '¡No puedo creer todo lo que nos dieron!'

De visita en el Teatro Universidad

Días atrás, la artista recorrió la UNLaM y participó de una conferencia de prensa anticipando su show en el auditorio. Desde las escalinatas de ingreso a la sala respondió distintas preguntas e interpretó a algunos de sus personajes.

Sobre el auditorio halagó: “¡Sorprendida es poco! Estoy orgullosa del Teatro, es hermoso, tiene toda la tecnología, la pantalla, las butacas, todo está pensando al cien por ciento, para que el espectador se siente y disfrute. Sé que hay una movida cultural muy grande, así que me siento honrada de pertenecer. Es importante que sea una puerta más para todos los que trabajamos de esto, no solo para el artista que se sube arriba del escenario, sino también para los técnicos, la producción, y demás áreas. Se generan fuentes de trabajo para mucha gente, lo cual está buenísimo. Ojalá sea la primera de muchas veces que visitemos la sala, ¡es un honor y un placer!”

-Vos y tu equipo desde el escenario, el público desde la platea, ¿qué recursos contribuyen al intercambio energético entre ambas partes?

-Mi lugar en el mundo es el escenario, con lo cual, cuando lo piso tomo mayor dimensión, y me expando más que cuando estoy caminando tranquila por la vida. Subo al escenario, se encienden las luces, y es como que yo también me enciendo. Me pongo en contacto con el público y me encanta el ida y vuelta que se genera, mirarlos a los ojos, sentir sus aplausos y risas, considero que ese es el mayor alimento para el artista, hace que uno crezca. También tengo cábalas, y siempre me persigno, soy muy creyente. Pienso en Dios, lo nombro y rezo mucho.

-No quedaste encasillada en 'la imitadora de…'. De hecho, tu nombre se antepuso a esa 'posible restricción', ¿a qué atribuís ese logro? 

-La verdad, no lo sé, no es algo que planifiqué, las cosas fluyen; obviamente hay personajes que me dieron una popularidad muy grande. Lo que me fue pasando en la carrera superó lo que aspiraba y soñaba de chica, me fue sorprendiendo. Sí me preparé mucho, con clases de canto, baile, actuación, mimo, clown, modelaje, ¡qué no estudie! Todo eso lo aporto a mi trabajo. Y los espectadores me dan algo mágico en el ida y vuelta, que no se aprende en ningún lado, es algo que nace, y es una plantita que riego todos los días. Soy muy agradecida a todo lo que me da el público, ya que ellos son quienes te levantan el pulgar y te dicen '¡vamos para adelante!' Cuando termina cada función siempre les expreso 'gracias por acompañarme, por permitirme cumplir mi sueño y crecer día a día'.

-¿Qué disfrutás más: alcanzar tus metas o transitar el camino hacia ellas?

-Uno siempre se pone metas, pero yo nunca me puse metas grandes, porque, si no llegás a cumplirlas, te agarra el bajón o tirás la toalla. Entonces, siempre me fui poniendo objetivos cortos, a mediano plazo, cumplibles, para los que haya que trabajar. Por lo tanto, es preguntarse '¿llegamos a esta meta?' Si es así, buenísimo, tomamos fuerzas para la siguiente. Hay que disfrutar todo, tanto el camino que uno transita hasta lograr el propósito, como cuando uno lo cumple. El camino es sumamente lindo, hay que aprovecharlo, porque es tiempo que pasa.

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-¿Hacés pausas y reflexionás sobre el trayecto recorrido?

-A veces cuesta, ya que estamos muy a full, de acá para allá, pero uno aprovecha esos momentitos. Por ejemplo, cuando estoy en un viaje rumbo a otras provincias para hacer algún show. Ahí me gusta mucho porque voy mirando el cielo y los paisajes, y voy pensando en el camino que recorrí, los logros, y la bendición de Dios para llevar a cabo lo que soñé, y para superarme día a día. En ese momento voy tomando conciencia, porque a veces no hay tiempo para parar la pelota. Por lo tanto, en el trajín, uno va sacando estas conclusiones. Pienso, 'hasta ahora la vida me ha dado esto, qué lindo, ¡ojalá siga así!'

-Se dice que la risa es sanadora, ¿qué lugar ocupa en tu vida?

-Para mí, la risa es tan necesaria como respirar. Venimos de dos años complicados para todo el mundo, así que creo que, hoy más que nunca, la risa es sanadora, hace bien al alma, al corazón, a la salud. De hecho, hay muchas terapias vinculadas a reírse, cantar y bailar. A mí me hace bien generarla desde arriba del escenario. Si hay un día que me siento más o menos, subirme al escenario me da una inyección de alegría y vitalidad. Y el público, a la salida de la función, me dice 'gracias, vine con algunos problemas y me hiciste olvidar', eso no tiene precio, son cosas únicas que vivimos los artistas. Ahí pensás '¡misión cumplida!', y lo valoras mucho. Hace unos años, la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires me dio un diploma como “Líder de la interpretación y el arte musical”, por llevar alegría y hacer reír. Para mí fue algo muy fuerte, son esas cosas reconfortantes que tiene esta profesión.

Un significado especial

Si bien, de alguna u otra manera, todos los personajes que interpreta Fátima son importantes para ella, hay algunos que la movilizan emocionalmente de una manera particular. Uno de ellos es Gilda, a quien no solo aborda en sus espectáculos, sino que, también, la homenajeó el año pasado en el programa de televisión Showmatch, en el marco del 25 aniversario de la muerte de la icónica cantante de música tropical.

“En muchas personas Gilda nos genera cierta magia, ella pudo traspasar. Pasaron tantos años y seguimos escuchando su música, la seguimos bailando, la seguimos sintiendo. El día que la interpreté en Showmatch realmente fue muy movilizador, ya que era el aniversario de su partida, y 'Toti' Giménez me había dado la pista original que ella usaba en sus shows”, recordó Florez.

Por otro lado, mencionó a Michael Jackson como uno de sus artistas referentes. “Siempre digo que, un poco por 'culpa' de él, por ser tan fanática desde chica, me dediqué a esto, de decir 'me gusta bailar', ya que empecé como bailarina. Entonces, cuando lo interpreto, también me moviliza. En la vida nunca hay que perder el niño/la niña que uno lleva adentro, ni el juego, eso te da naturalidad; siempre hay que salir al escenario como si fuera el primer día”.

Nuevo desafío desbloqueado 

Este año, la actriz fue una de las personalidades que se ocultó dentro de los simpáticos personajes de ¿Quién es la Máscara?, el programa de entretenimientos que condujo Natalia Oreiro por Telefe. Allí se disfrazó como Mamba, un pez león que cantó varios géneros musicales, de hecho, su repertorio incluyó los temas “Crazy in Love” de Beyoncé y “Acaramelao” de María Becerra. Las investigadoras Wanda Nara y Karina “La Princesita” apostaron que era Fátima quien se escondía detrás del animal, y lo confirmaron cuando la conductora le quitó la máscara.

“Fue un proceso muy loco y raro, porque era la primera vez que se hacía en Argentina. Cuando me convocaron dije que sí, me encantó, ¡ni lo pensé! Ya estoy acostumbrada al misterio, a taparme un poco con una máscara, me divierte, pero, en este caso, tenía el plus de que no se podía enterar nadie que lo hacía yo. La producción me había pedido que sea sumamente hermética. Cuando salía de mi edificio, lo hacía con la máscara puesta y con un buzo que tenía escrito 'no me hables', así llegaba al canal. Fue una movida muy interesante y linda. Recuerdo que me dijeron 'no imites a nadie, cantá como Fátima'”, destacó.