Darío Sztajnszrajber: “Me atrae la filosofía en su entrecruce con el arte”

El filósofo y docente protagoniza la serie “Mentira La Verdad” y la experiencia “Deconstrucciones”. Ahondó en la incorporación de la danza en la quinta temporada del programa televisivo y las premisas de su proyecto teatral. Su primer acercamiento a la filosofía y la importancia de popularizarla.

Darío Sztajnszrajber- Mentira la verdad y deconstrucciones

¿Por qué las cosas son como son? ¿Qué es el amor? ¿Qué es la felicidad? ¿Qué es la angustia? ¿Qué es el tiempo? Esos son tan solo algunos de los interrogantes filosóficos que apuntan al fundamento de las cosas y que los seres humanos se preguntan recurrentemente. El filósofo y docente Darío Sztajnszrajber aborda esos cuestionamientos, entre tantos otros, a través de múltiples formatos y soportes, desde sus clases universitarias y libros, hasta sus charlas en el escenario y YouTube.

En esta ocasión, Sztajnszrajber presenta la quinta temporada de la serie Mentira La Verdad, por Canal Encuentro, donde en cada episodio la danza y la filosofía se encuentran para interpelar al sentido común y promover el pensamiento crítico. Por otro lado, gira por los escenarios con la experiencia Deconstrucciones - El Amor, El Poder, La Muerte, que el viernes 8 de julio a las 21 tendrá lugar en el Teatro Morón (Nuestra Señora del Buen Viaje 851, Morón).

¿Qué motivó la inclusión de la danza para esta temporada de Mentira La Verdad?

Con la productora Mulata Films estamos muy felices por cómo resultó el riesgo de la conversación entre la filosofía y la danza, cuya categoría central es el cuerpo. Tiene que ver con la insistencia en hacer una filosofía que se baje de sus lugares comunes, del pedestal en el que históricamente se colocó a sí misma, con una postulación más bien mental de sus ideas, haciendo de lo corporal algo secundario. Hay mucha filosofía que viene trabajando la recuperación de ese cuerpo como una categoría oprimida y tratando de entender cómo en las formas de disciplinamiento contemporáneas el cuerpo es el territorio de mayor intervención. Por eso, buscamos en la danza, que nos parece que es el arte donde más se juega con lo corporal, en su dimensión y en su diferencia.

Para relatar los capítulos optaron por la técnica del plano secuencia…

Sí, es una decisión que tomó Mulata en acuerdo con Canal Encuentro. Nos parecía que le daba fluidez y no solo posicionaba a la filosofía en su aspecto corporal, sino, también, vital. Se trataba de verla en movimiento, que en términos conceptuales significa pelearse contra todas esas ideas que muchas veces se instalan como definitivas. Después, en la realización, las escenas requirieron de muchas repeticiones. Con el Ballet Folklórico Nacional tuvimos que ensayar las coreografías y, a su vez, el mismo día de la filmación, hacerlas más de diez veces para luego elegir cuál de todas era la que más nos cerraba. Por otro lado, me posibilitó que a una disciplina tan dura y mental como es la filosofía pueda ponerla en diálogo con una experiencia artística. La divulgación no solo tiene que ver con lo pedagógico sino también con lo sensible. Además de explicar un concepto implica llegar de otro modo a un público amplio, que no es el clásico de la filosofía, y para eso el encuentro con las artes es fundamental.

En cada episodio se plantea un tópico diferente, ¿qué criterios seguiste para sus elecciones?

El primero tuvo que ver con que fueran problemas filosóficos que no se hayan hecho en las ediciones anteriores y que, además, fueran contemporáneos. Por eso un capítulo clave de los ocho es “Lo Contemporáneo”, que oficia casi como un editorial de la temporada, donde nos preguntamos cómo tiene que trabajar la filosofía los temas de la actualidad. Recuperamos una idea nietzscheana que señala que la filosofía es inactual, entendiéndola no como algo que está pasado de moda, sino que de algún modo atraviesa los tiempos. Entonces elegimos ocho temas y los trabajamos en la frontera de lo que es el registro literario prototípico de la disciplina y lo que hoy esos tópicos convocan en términos de su emergencia crítica. Por ejemplo: hay capítulos dedicados a la cuestión ecológica (“El Colapso” y “Lo Animal”); otro sobre “La Vocación”, que es un tema en el que se da mucho por supuesto, pero no se vuelve sobre él, e implica entender qué tiene que ver con realizarse en un mundo que todo el tiempo nos está cosificando; u otro episodio sobre “La Posverdad”, una de las nociones más contemporáneas para entender la vuelta sobre la verdad y la mentira.  

De la pantalla al escenario, este mes te presentarás en el Teatro Morón. ¿En qué consiste la deconstrucción?

Es una experiencia, no una charla y punto, que tiene mucha más cercanía a una propuesta artística que a una conferencia analítica. Básicamente plantea qué significa deconstruir, una categoría que está muy de moda pero que pocas veces uno se detiene a entender por dónde pasa, porque por ahí uno suele aferrarse a lo que otros dicen de ella. Y, en general, quien define la categoría es aquel que está en contra, entonces la condena a ser leída de una única manera, y además la caricaturiza, la estereotipa en un lugar que puede tener algo de realidad, pero resulta ser casi siempre muy reduccionista. Como me gusta contar y analizar mitos, parto de uno bíblico, que me permite ingresar en qué significa deconstruir.

Y lo aplicás a los problemas filosóficos del amor, el poder y la muerte…

Sí, más que a la muerte, al propio morir; no trabajo tanto la muerte como concepto, sino más que nada la angustia que nos provoca saber que vamos a morir. En estas tres ideas parto de lo que el sentido común cree y define de ellas: el amor pensado a partir del ideal romántico, el poder visto como algo exterior a nosotros y que actúa en términos de represión, y la muerte concebida como un final definitivo. Por lo tanto, releo esas tres nociones desde una perspectiva inusual, para tener otra lectura, no sé si mejor, pero por lo menos distinta, y que nos permita hacer otros recorridos. La gente sale del teatro muy conmovida, porque siente que se le mueve algo de fondo, justamente cómo piensa y vive las ideas del amor, el poder y la muerte.

¿Qué considerás para abordar la filosofía en cada formato?

Lo que más me atrae es la filosofía en su entrecruce con el arte, que no solo permita entender analíticamente ideas desde otra perspectiva, sino que ese desplazamiento nos conmueva. Cada formato le permite a la disciplina colocarse en distintas posiciones, y también hay una apropiación que hace el público a partir de cada soporte y temática, no es lo mismo una charla en YouTube, donde uno puede verla o solo escucharla como si fuera un podcast, a una producción teatral que uno vive frente al escenario. La apropiación del contenido tiene que ver con cotidianizarlo. Siempre busqué que la filosofía no sea un lenguaje que quede aislado de la realidad, sino que se entrecruce directamente con lo que a uno le sucede en sus experiencias cotidianas.

Un primer acercamiento inolvidable

Uno de los libros más populares de Sztajnszrajber es ¿Para qué sirve la filosofía? A partir del título, Darío recordó en qué circunstancias se hizo esa pregunta por primera vez. Un día, cuando era chico, estaba angustiado porque había tomado conciencia del tiempo, de su paso decisivo y de la imposibilidad de revertirlo o detenerlo. En el marco de una charla con un amigo de su padre, éste le dijo '¡Vos tenés que leer filosofía!', Darío le preguntó '¿Qué es la filosofía?', y la respuesta que recibió fue 'Es como la religión, pero sin Dios'. Esta idea implicaba asumir que habría preguntas que no tendrían respuestas, pero que permitirían cuestionar y pensar desde otra perspectiva todas las certezas instituidas.

“¡Me mató esa definición! Al instante le consulté: '¿Para qué sirve si no hay algo que esté buscando o que la rija?' De alguna manera esa pregunta me permitió volver siempre sobre la idea de que vivimos en un mundo en el que todo tiene que servir para algo, donde la utilidad se volvió un valor hegemónico. La filosofía es la puesta en cuestión de esa utilidad, y darnos cuenta de que es una forma más de relacionarnos con el sentido, pero no la única, no tiene nada natural, es una versión más de las cosas”, explicó el docente.

El fenómeno Merlí: Filosofía en la ficción

La serie española (2015-2018) escrita por Héctor Lozano cosechó destacados números de audiencia en su país de origen a lo largo de tres temporadas y obtuvo reconocimiento mundial a través de su emisión en Netflix. La ficción tiene como protagonista a Merlí Bergeron, un profesor de filosofía de la escuela secundaria. En dicha institución, brinda cautivantes clases a sus alumnos, a quienes llama “peripatéticos” (en alusión a los pensadores de la Antigüedad que reflexionaban mientras deambulaban) y los incita a razonar sobre el mundo del que forman parte.

Ante la pregunta de a qué cree que se debe el fenómeno que se generó con la serie, Darío planteó: “De alguna manera los grandes temas filosóficos nos atraviesan a todos y generan un interés permanente. El problema es que la disciplina se había vuelto demasiado burocrática, sumida en una especie de erudición elitista, que no le permitía una circulación más democrática ni una apropiación por parte de la ciudadanía. Entonces, ni bien se trabaja sobre el formato y se cambia un poco esa metodología, no es raro que los grandes temas filosóficos tengan tanta convocatoria. ¿A quién no le interesa replantearse todo el tiempo qué es el amor, la muerte, el poder, el tiempo, la angustia, lo real?”

Asimismo, resaltó: “Son temas fascinantes, que los trataba el arte, desde la literatura hasta el cine, o bien quedaban en discusiones entre amigos, y nadie reparaba en que la filosofía ya viene trabajándolos desde siempre, porque ésta se resguardó en una especie de castillo aislado de lo popular. Entonces, cuando se populariza, a través de una serie como Merlí, de los programas que hacemos en Canal Encuentro, de los docentes que dan clases en el aula, y demás situaciones, ahí vuelve a reconciliarse con el deseo de saber, que en definitiva es lo que la define. No nos olvidemos que se traduce del griego como el amor al saber, como el deseo de seguir preguntándonos”.

Agenda completa

Deconstrucciones: el amor, el poder, la muerte

  • 21 de julio en Cipolletti (Complejo Cultural Cipolletti)
  • 10 de agosto en Córdoba (Quality Espacio)

Mitos de la historia y la filosofía, junto a Felipe Pigna

  • 15 de agosto en Capital Federal (Teatro Coliseo)

Filosofía para este fin del mundo, junto a Soledad Barruti

  • 28 de julio en Tucumán (Teatro Mercedes Sosa)
  • 18 de agosto en La Plata (Teatro Coliseo Podestá)