Damián De Santo: “Cuando uno elige una profesión, hay que amarla y acompañarla”

El actor integra el elenco de la serie “El primero de nosotros”, disponible en Paramount+. Reflexionó en torno a los mensajes de la ficción televisiva y las vicisitudes que transitó en su vida. El recuerdo de la obra “La tiendita del horror” y el programa “Morfi, todos a la mesa”.

Damián De Santo El primero de nosotros

“No te vayas, no me olvides”. Esa frase se repite varias veces en la cortina musical de El primero de nosotros, la entrañable serie que este año sensibilizó diariamente a los espectadores a través de Telefe, y hoy los vuelve a emocionar cuando reviven los capítulos en la plataforma Paramount+. Es que tal fue la fuerza y la trascendencia de su historia vinculada a la amistad y a la vitalidad que, en sintonía con la canción, la ficción se ganó un lugar privilegiado en la memoria emotiva del público.

Entre los personajes protagónicos de la comedia dramática se destaca “Nacho” Reinoso, interpretado por Damián De Santo. A lo largo de 60 episodios, el actor se pone en la piel de una persona que afronta incertidumbres con respecto a su sexualidad y, a su vez, se dirige hacia su propia aceptación.   

Nacho debió enfrentar barreras personales y externas para encontrarse a sí mismo…

Creo que él había echado por tierra la posibilidad de ser quien quería ser, ya estaba instalado en la familia, en criar los hijos, armar sus vacaciones y sus proyectos de trabajo, era como que no protagonizaba su vida, acompañaba al resto. Hasta que el golpe tan fuerte de la salud de su amigo Santiago detonó todo y tomó conciencia de que uno se muere solo, y no se sabe cuándo. Se dio cuenta que si pateaba el tablero su vida iba a ser de una felicidad absoluta, aunque pagara muy caro el precio al principio. Aparte era necesario el acompañamiento de sus hijos, su esposa y amigos, porque no lo podía hacer solo al comienzo, necesitaba un empujón y un sostén.

La enfermedad de Santiago despertó preguntas y respuestas en sus amigos; en tu caso, ¿qué reflexiones te generó la serie?

Yo tuve varias pérdidas en mi familia y amigos. Ya desde antes de empezar la serie tenía muy claro cómo quiero vivir, que mi vida es para disfrutar y pasarla bien, obviamente con la responsabilidad del trabajo y demás, pero mediar, no estar volcado absolutamente a eso último, sino también al placer, y de a poco lo estoy logrando. Es algo que busco desde los 40 años, ya hace 21 que decidí vivir en las cabañas de Córdoba, eso fue un puntapié importantísimo. Quiere decir que no me entregué a solo vivir en Buenos Aires y trabajar de actor, yo quería criar a mis hijos de manera libre, sin andar atrás de ellos y pudiendo conciliar el sueño cada vez que salían. Sí entregué por ahí algunas cosas económicas o compartir más momentos con mis amigos. De todos modos, cuando ellos vienen a casa compartimos de manera intensa la vida, ellos están de vacaciones y yo los acompaño. Todavía me falta viajar y hacer algunas cosas pendientes, pero tampoco son imposibles, las que creía imposibles ya las cumplí.

Así como Santiago -tras recibir su diagnóstico- invita a sus pares a seguir sus propios deseos, fuera de la ficción, a vos te ocurrió una situación similar en tu adolescencia…

Por suerte no fue tan drástica, pero sí, yo venía padeciendo una úlcera de duodeno bastante complicada, por lo que tenía vómitos y sensaciones de debilidad permanentemente. Cuando conocí al médico Pérsico, me dijo 'Te puedo dar un montón de dietas, medicamentos y tratamientos, ahora, la pregunta es, ¿a qué te gustaría dedicarte?, ¿qué te genera inquietud y todavía no pudiste cumplir?'. Le respondí que me encantaría ser actor, y me planteó 'Bueno… ¿qué esperás?' Parece una nimiedad, pero yo necesitaba que un tercero me planteara que hiciera lo que a mí me gustaba, alguien que no era de mi familia y no me decía '¡Ay qué lindo actor que sos porque hacés reír a todo el mundo!' En ese momento estaba en tercer año de la secundaria, entonces, antes de terminar quinto empecé a buscar escuelas de Teatro, y ahí arranqué a estudiar.

Una amistad inquebrantable

El relato de El primero de nosotros comienza cuando Santiago (Benjamín Vicuña) recibe la noticia de que tiene un tumor cerebral y va a morir. El camino a ese final anunciado cambia tanto su vida como la de su grupo de amigos, conformado por Nacho (De Santo), Jimena (Paola Krum), Valeria (Jorgelina Aruzzi), Soledad (Mercedes Funes) y Nicolás (Luciano Castro). Sin embargo, el amor y la unión que hermana al conjunto llena de vida el tiempo que les queda juntos.

Sobre la experiencia de compartir la serie con sus compañeros, Damián resaltó: “Nos hicimos muy compinches laburando, con algunos ya me conocía, y con otros no. Se gestó una relación divina, como de amistad de toda la vida, y me parece que los personajes encajaron justo en cada uno. No éramos de salir a comer ni nada por el estilo, pero en el laburo éramos un grupo de amigos, no se podía dudar de eso. Se logró y fue muy bueno para nosotros porque también trabajás más relajado. ¡Si los actores se llevan bien, los personajes se llevan bien!”

El primero de nosotros sigue la 'carrera de la vida', con sus respectivos obstáculos: en tu trayectoria, ¿qué metas alcanzaste y, a su vez, a qué retos te enfrentaste?  

El primer obstáculo es uno y sus miedos a no estar preparado para algún trabajo. La primera vez que protagonicé me parecía que no estaba listo y, en realidad, las oportunidades aparecen cuando el universo te ve maduro, ahí utilizas todas las herramientas que tenés, y no hay que dejarse estar, hay que seguir estudiando además de trabajar. Por otro lado, se me dieron muchas posibilidades, trabajé con los mejores profesionales, hice cine, teatro y mucha televisión, me falta hacer radio, ¡que me gustaría! Tomo la profesión con la responsabilidad y el placer que me da trabajar de esto. Cuando uno elige una profesión hay que amarla, cuidarla y acompañarla. Y siento que fui un elegido, frente al espejo, no para terceros. Mi futuro era biólogo marino, contador público, bancario, chofer de una empresa de transportes, fabricante de relojes, nada que ver con lo que soy ahora, pero todo eso que hice me sirvió para, hoy, ser el actor que soy. Hay muchos chicos en la cola esperando ser vistos y valorados por sus talentos, ya les va a tocar, entonces, los que lo tenemos, lo tenemos que valorar.

A lo largo de tu camino artístico integraste diversas ficciones, ¿qué descubriste, y redescubrís, haciendo este formato?

Me encanta contar historias verosímiles, a las que nunca vamos a llegar en la realidad. Emocionar a la gente, movilizarla y generarle expectativas son elementos que tiene el artista plástico, el musico, el actor, el arquitecto, el diseñador... Se trata del sueño de aquello que uno cree que no va a suceder, pero, aunque no le haya pasado se mete en la piel de esa historia y de ese personaje, vive con él su alegría y su depresión. Está bueno sensibilizar a la gente porque lo estamos perdiendo. En el fragor de sobrevivir en esta vida un poco veloz perdemos la sensibilidad de ver al otro, si sufre o está feliz, algo que también le puede pasar a uno en cualquier momento. La vida es una mixtura de cosas, que pueden ir bien, entonces hay que disfrutar de eso, y cuando van mal, sobrellevarlo lo más que se pueda. Cuando uno ve algo en la ficción, por más que no esté emparentado a algo que le haya pasado, que lo sienta suyo está bueno.

Detrás de una icónica planta

A comienzos de la década de 1990, Damián hizo su primer trabajo en el teatro comercial a través de la obra de culto La tiendita del horror, que gira en torno a una misteriosa planta que se alimenta de sangre humana. Allí, De Santo era el encargado de dominarla en escena.

“El día que me seleccionaron para manejar la planta fue una alegría. Nadie sabía quién era yo cuando salía a saludar después de la función, pero a mí no me importaba, hacer eso era lo mejor que me podía pasar. Recuerdo que el público explotaba con las canciones, con los artistas y con la historia hermosa que traía detrás esa plantita carnívora, ¡era una gran comedia musical! Y yo aprendí un montón y conocía a varios artistas, no podía creer estar en medio de ellos. Sentía que era mi lugar, que había nacido para estar ahí”, recordó.

Televisión más allá de la ficción

En las temporadas 2018 y 2019, Damián fue el conductor del magazine diario Morfi, todos a la mesa, emitido por Telefe. En cuanto a dicho rol, destacó: “Para un actor al que le gusta hacer notas, cantar, bailar, cocinar, ¡ese tipo de programas es ideal! Además, venían compañeros de la profesión como invitados, y a la mayoría yo les conocía todas sus historias, entonces tenían la sensación de que les podía llegar a preguntar cosas que no querían contestar, y eso era divertido, porque cuando terminaba el programa me decían '¡Ay, respiré! ¡Pensé que me ibas a decir tal cosa!', y yo les respondía '¡No! ¿Cómo te voy a preguntar eso?'. ¡Los tenía siempre en vilo! Asimismo, me divertía con el equipo: Zaira Nara, Malena Guinzburg y Santiago Giorgini”.