Carolina Papaleo: “La intensidad que vi en mis padres la vivo en mi vida”

La actriz conduce el programa “Vivo para vos”, que se emite por Canal Nueve. Habló sobre la evolución del ciclo televisivo y acerca de su rol como presentadora. El legado artístico y el recuerdo de la telenovela “Una voz en el teléfono”.

Crédito Foto: Sebastian Naon

Un televisor es mucho más que un aparato electrónico en la vida cotidiana de muchas personas, ya que, a través de él, se pueden sintonizar diversos contenidos que resultan una compañía. Por ejemplo, en los magazines, aunque los espectadores no comparten el mismo espacio físico que los protagonistas del programa, logran sentirse parte de sus debates y entrevistas, incluso de las actuaciones artísticas o de los juegos. Y uno de esos ciclos televisivos es Vivo para vos, presentado por Carolina Papaleo y Julián Weich, los sábados y domingos a las 20.

Dicho programa marca el regreso de la actriz a la conducción en Canal Nueve, ya que, hace una década, estuvo al frente de Secretos de novelas, donde abordaba momentos claves de las ficciones de la emisora junto a invitados especiales. Y, en el actual proyecto, con su carisma y oficio, invita al público a vivir noches de fin de semana con información y entretenimiento.

- A partir de las distintas circunstancias del entorno, Vivo para vos se fue construyendo...

- Aparecimos en plena pandemia, ya que el programa empezó el 2 de mayo del 2020, y se fue transformando. En esos momentos difíciles era acompañar un poco con información, pero que no fuera solo eso, sino también incluir juegos y entrevistas. Por supuesto, fue muy complicado, porque no nos podíamos 'mover', todo era por Zoom, con la conexión dificultosa. Y fue cambiando, como también fue cambiando la pandemia, a medida que hubo aperturas nosotros fuimos modificando lo que hacíamos. Hasta que, en un momento, los juegos no fueron tan importantes, sí los recorridos a las figuras que hacía mucho tiempo que la gente no veía en televisión. Hay una crisis en la tele, en cuanto a las ficciones, que viene de hace muchos años, no está relacionada con la pandemia. Por lo tanto, Vivo para vos es un producto al que siempre estamos tratando de agregarle y cambiarle cosas para que, justamente, se siga transformando.

- Respecto al bloque del recorrido artístico, ¿qué te entusiasma del rol de entrevistadora? 

- Un poco investigar, rendirles un homenaje... Hay muchos invitados a los que conozco porque vi sus trabajos, no porque me haya tocado trabajar con ellos. Y hay muchos que me parece que, dadas las circunstancias, y al irse achicando el mercado, la profesión va siendo un poco injusta, porque los va dejando de lado. Entonces, es un lugar de reconocimiento, en el que se sienten mimados, pueden hablar. Yo hace muchos años que hago teatro, el ámbito de la tele lo usaba más para ir a promocionar mis espectáculos, y uno se atiene al formato de ese programa. Vivo para vos tiene el formato para que los protagonistas sean los artistas que vienen, y lo sienten y agradecen. Hay respeto, tiempo, y se muestra una trayectoria, que con el devenir diario uno se va olvidando de las cosas que ha hecho.

- Aunque en el ciclo no interpretás a un personaje, ¿la actriz comparte espacio con la conductora? ¿O queda guardada por un rato para dar lugar exclusivo a la otra faceta?

- Soy bastante espontánea, no es que tengo definido un rol como conductora. Hace muchos años, cuando conducía el programa Secretos de novelas, también hacía mi unipersonal en el teatro y rompía la cuarta pared. La conducción en televisión rompe la cuarta pared, en realidad la cámara, para llegar a un espectador que uno no ve, a diferencia del teatro que sí. Creo que se van retroalimentando; no sé bien dónde termina una y dónde empieza la otra, ¡soy de 'standupear' bastante en mi vida!

- El título del programa apunta a la compañía de ustedes hacia el público, ¿de qué manera considerás que el público te acompañó, y acompaña, a lo largo de tu camino?

- ¡Me han acompañado mucho! Es un gran agradecimiento que tengo. Hay gente que me encuentra y me habla de Una voz en el teléfono como si hubiese pasado ayer, y transcurrieron más de 30 años, ¡eso me da alegría! Y me siguen acompañando desde ese lugar de cariño que he sabido ganar en el público y que, además, mantiene viva mi figura todo el tiempo. Van pasando las generaciones y cada una me va agarrando en una instancia diferente: por hija (de Irma Roy y Osvaldo Papaleo), porque me conocen a mí, o porque me vieron cuando era chiquita. De eso se trata, de que se identifiquen, de que la vida de uno sea parte de la de ellos. Y, en cuanto a Vivo para vos, fue una vuelta de tuerca. Cuando todo estaba muy parado y no podíamos hacer nada, encerrados en casa, fue un acompañamiento y, ahora, siento que hay como una devolución a eso, cuando nos dicen 'Ustedes nos hacían divertir y olvidar un poco del momento trágico que estábamos viviendo mundialmente'.

- Pudiste haber admirado la pasión artística de tus padres, pero no elegirla para tu camino; sin embargo, sí lo hiciste, ¿qué factores contribuyeron a esa decisión?

- Más que una decisión, creo que es la cotidianeidad, y tiene que ver con lo que conocí. Me he criado en camarines, en el teatro o en los estudios. Para mí, es lo más normal estar en un set de televisión, no siento ningún nervio de estar ahí, es lo más cómodo, no pierdo la noción de donde estoy, y creo que me pasa aún más en el escenario, que puedo jugar más y me puedo desprender más de esa cosa que la tele te exige un poco, en cuanto a tener que saber, por ejemplo, dónde está la luz o la cámara. El teatro te permite olvidarte y concentrarte en lo que estás jugando. Y hay un oficio que vas aprendiendo, por más que seas 'hijo de', es intransferible, como la experiencia. Recuerdo que, en un momento, al mismo tiempo, hacía un unitario en Canal 13 y una novela en Canal Nueve. Por lo tanto, todo el día estaba trabajando, actuando y aprendiendo, como si fuese un curso intensivo de 10, 12, 14 horas por día, todos los días.

- En cuanto al vínculo con tu mamá y tu papá, ¿recordás alguna enseñanza que, luego, hayas tomado como guía?

- En general, los padres enseñan más con el ejemplo que con lo que dicen. De mi vieja, hay un montón, tengo una frase para cada momento. Ambos han sido, y son -porque mi papá sigue vivo- muy apasionados e intensos. Entonces, esa intensidad que vi en ellos, la vivo así en la vida. Sumado a la pandemia que me desarticuló, me perdí en el tiempo, y medio que eso me quedó. Esa nebulosa todavía la mantengo.

Un clásico de la pantalla chica

En 1990, Carolina protagonizó junto a Raúl Taibo la exitosa telenovela Una voz en el teléfono, creada por Alberto Migré. En la historia romántica, la actriz interpretó a Ana Oromi, una joven acusada de un crimen que no cometió, que está internada en un reformatorio. Un día, toma el lugar de la telefonista y, sin advertirlo, cruza la línea con Lautaro, un compositor de canciones.

“Pasaba todo el día en el estudio, me acuerdo de un montón de cosas. Por ejemplo, del impacto familiar. Para saber el rating -que llegaba a la semana, ya que no existía el minuto a minuto- mi papá llamaba a gente de la guía telefónica y preguntaba qué estaban viendo. Y donde vivía de chica, subía por el pulmón de manzana la cortina musical del Paz Martínez, evidentemente los televisores estaban sintonizados en Canal Nueve”, recordó Papaleo.

Y, a continuación, agregó: “Al principio, Migré me escribía 'Acá, Carolina, tenés que hacer tal cosa' y, después, ya decía que inventara cuáles eran los personajes, porque a él le gustaban las cosas que le proponía en ese ida y vuelta entre el autor y el actor. También fue como una escuela para protagonizar, tener un éxito entre las manos, saber la responsabilidad de contar con un elenco y que dependan muchas familias de lo que vos estás haciendo. Siempre fui una persona muy disciplinada, me acostaba y me levantaba muy temprano, por lo que estaba despierta con todas las luces para aprenderme las escenas. ¡Una apasionada de lo que hacía!”

Si bien en el transcurso de su ecléctica trayectoria Carolina dio vida a múltiples personajes en diferentes proyectos, Ana representó un antes y un después en su camino. Sobre la despedida de ese papel, rememoró: “Con el diario del lunes puedo hacer la retrospectiva, pero lo que me pasó fue tan intenso, tan largo, todo el año protagonizando y estando exteriores y en piso, que pasé a extrañar los decorados, ¡se habían convertido en mi casa!, y también extrañaba las relaciones con mis compañeros, desde los personajes”.

Nuevos caminos

Actualmente, Carolina se encuentra culminando sus estudios universitarios en Ciencias Políticas. Respecto a sus motivaciones, señaló: “Cuando uno es más grande, me ha pasado también en mi carrera, un poco empieza a dar la vuelta de la vida, y empieza a querer dar aquello que ha recibido. De curiosa, he estudiado muchas cosas en mi vida, que me han ido completando y conformando el ser humano que soy hoy. Y, de repente, se abrió esta parte, que es otra de las directrices. Así como tuve en mi familia el tema de la actuación, toda la parte política ha sido hasta más importante, desde mis abuelos militantes anarquistas. Ha sido transversal a mi familia la política, más allá de todo lo que se ha vivido por ella y por pensar de determinada manera. Y me metí en la Facultad, no para terminar, pero, cuando me di cuenta de que estaba ahí, me dio la ansiedad de decir '¡Voy a recibir un título universitario!'”

También en el presente, fuera de su carrera académica y de su participación en la pantalla chica con Vivo para vos, Papaleo se encuentra preparando su unipersonal La Sin Remedio, y cerca de estrenar una obra para Microteatro.