Un proyecto para convertir dióxido de carbono en combustible

La investigadora del CONICET Guillermina Amica fue reconocida con la Beca L’Oréal-UNESCO 2022 por el diseño de un proyecto que apunta a capturar el CO2 emitido en distintos procesos industriales, para transformarlo in situ en gas natural sintético o en otros productos con valor agregado.

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La emisión de gases de efecto invernadero, y particularmente de dióxido de carbono (CO2), es una de las principales causas del cambio climático, que engloba no solo el calentamiento global sino también cambios en las precipitaciones, en los vientos y en el nivel del mar. Aun así, hoy es emitido en grandes cantidades en diversos procesos industriales y muchas plantas aún no cuentan con tecnologías asociadas que lo puedan capturar y almacenar para evitar los efectos negativos de su liberación a la atmósfera.

En este sentido, es fundamental desarrollar tecnologías que permitan capturar el CO2 y convertirlo in situ en un producto de valor agregado. La investigadora del CONICET Guillermina Amica fue reconocida con la Beca L’Oréal - UNESCO “Por las mujeres en la ciencia” 2022, por un proyecto que apunta a capturar CO2 residual y convertirlo en gas natural sintético en un único proceso energéticamente eficiente, mediante el empleo de materiales formadores de hidruros.

Los materiales formadores de hidruros son matrices sólidas que pueden almacenar hidrógeno en su interior de forma compacta y reversible. Que sea reversible significa que, según las condiciones de presión y temperatura, estos materiales van a retener al hidrógeno para su almacenamiento y transporte de forma segura, o lo van a poder liberar para ser reconvertido en energía en celdas de combustible o ser utilizado en otros procesos, como la transformación de CO2 en combustibles.

“El proyecto busca de alguna manera integrar los ciclos del hidrógeno y del CO2. El hidrógeno es un vector energético muy interesante, con alto contenido de energía por unidad de masa y los materiales formadores de hidruros son una alternativa para almacenarlo y transportarlo de manera segura y eficiente", explica Amica, quien desarrolla sus actividades en el grupo de Fisicoquímica de Materiales de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) en el Centro Atómico Bariloche (CAB).

“Es una emoción muy grande haber recibido este premio, que es tan importante para todas las mujeres que nos dedicamos a la investigación, porque pone justamente a la mujer en el centro de la escena y reconoce su rol en la ciencia en particular, pero también en la sociedad en general”, señala Amica en diálogo con prensa CONICET.