Dengue, Zika y Chikungunya: tres enfermedades que requieren una mirada integral y colectiva

El Grupo de Didáctica de las Ciencias del CONICET y la Universidad Nacional de La Plata destaca la importancia de no limitar el abordaje del problema al aspecto biomédico.

Dengue, Zika y Chikungunya son los nombres de tres enfermedades conocidas por ser transmitidas por el mismo mosquito: el Aedes aegypti. Si bien al hablar de enfermedades de inmediato se asocia con el aspecto biomédico, estas tres están particularmente atravesadas por otros ejes.

“Las condiciones de transmisión no solo se relacionan con lo médico o lo biológico, sino también con aspectos políticos, económicos, sociales, históricos y culturales”, explica Fernando Garelli, doctor en Ciencias Biológicas y especialista en Educación en Salud del CONICET en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM.

La historia de la llegada de mosquito Aedes aegypti al continente americano es un buen ejemplo de la manera en que estas dimensiones atraviesan el problema. “Se cree que esta especie llegó a América con la conquista, hacia mediados del siglo XVI, en barcos que traían esclavos y esclavas desde África. Allí también transportaban barriles con agua en los que se habrían reproducido los mosquitos a lo largo del viaje. Se trata de un conjunto de eventos, decisiones y escenarios que propiciaron su expansión y que no solo tienen que ver con la medicina”, destaca.

A su vez, muchos son los especialistas que reconocen la necesidad de dejar de ver la prevención contra estas enfermedades como algo de exclusiva responsabilidad individual y convocan a contemplarla desde lo colectivo.

“Es fundamental que, lejos de adoptar el rol de 'pacientes', podamos constituirnos en agentes de transformación de nuestra salud”, señala Ana Dumrauf, investigadora independiente del CONICET.

En relación con este punto, la doctora en Ciencias de la Educación especializada en el abordaje de enfermedades endémicas Mariana Sanmartino agrega que “la salud debe ser entendida como una construcción colectiva que pone en interacción saberes y prácticas instaladas socialmente. En la salud, se expresan las relaciones sociales en general y los vínculos personales en particular”.

La prevención, una tarea que requiere un compromiso colectivo

En todas las cartillas de recomendaciones para combatir el Aedes aegypti, se enumeran cambios que se pueden realizar individualmente, como, por ejemplo, deshacerse de los contenedores de agua que están en las casas y se convierten en criaderos de mosquitos. Sin embargo, para este equipo interdisciplinario, no es suficiente.

“La problemática excede lo que sucede en cada casa. Puede haber criaderos en lugares públicos, como cementerios, instituciones o basureros. Puede haber condiciones estructurales que afecten a la problemática. En este sentido, podemos mencionar algunos ejemplos de condiciones que serían deseables: que haya una buena gestión y recolección de los residuos, que nuestros barrios tengan el saneamiento ambiental correspondiente y que tengamos acceso a un aprovisionamiento y almacenamiento de agua adecuados”, explica Adriana Mengascini, investigadora de la Universidad Nacional de La Plata.