Pueblos originarios: “Solo se puede alcanzar logros en lo social a partir del Derecho”, destacan

Félix Acuto es doctor en Antropología y estudia las estrategias de los pueblos originarios para ser reconocidos por el Estado. En esta entrevista, analiza los desafíos del trabajo en territorio, los cambios en las prácticas de la academia y la coproducción de saberes.

Docente de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) en el Departamento de Derecho y Ciencia Política e investigador independiente del CONICET, Félix Acuto estudia, desde la Antropología, las distintas estrategias de los pueblos originarios para ser reconocidos por el Estado, con especial hincapié en el Derecho y las herramientas jurídicas de estos sectores. “Sin duda, lo que uno más disfruta es el trabajo de campo porque entrás en contacto con otras realidades donde establecés relaciones, recorrés lugares y entendés prácticas y cosmovisiones sociales muy distintas a las personales”, analizó el investigador en esta entrevista con El1 Digital.

A partir de tu formación en Antropología, ¿supuso un desafío el cruce con las teorías del Derecho?

En parte sí, porque eran conocimientos y una jerga que no tenía. Pero, a su vez, yo traía los conocimientos de la realidad territorial, lo que da un cruce interesante. Hay una cuestión clave: la única forma en que se puede alcanzar logros en lo social es a partir del Derecho. Si no está escrito, si no se plasmó en una ley, las realidades no van a cambiar. En ese sentido, desde el retorno de la democracia, los pueblos originarios han tenido enormes avances tanto en el derecho a la identidad y al territorio, como en su visibilización.

Desde el lado de la academia, ¿qué aspectos o prácticas considerás que se mejoraron?

Uno de ellos es no arrogarse la voz de los pueblos originarios ni hablar en nombre de ellos. Surgió de los mismos pueblos un deseo de detener a todos los actores -académicos, la Iglesia, ONGs, abogados- que hablaban en su representación. El otro aspecto es que la academia empezó a ponerse a disposición de los proyectos y las luchas de los pueblos originarios. Eso no significa que se manipule el conocimiento para favorecerlos, sino que, a partir del conocimiento científico sólido que se genera, se empezará a pensar cómo se puede aprovechar eso para que contribuya en sus procesos y luchas.

¿Por ejemplo?

Un caso que nos pasó a mi equipo fue con la comunidad Chuschagasta, en Tucumán, donde, hace algunos años, fueron acusados de usurpadores por una familia de terratenientes. En ese contexto, junto a una de las integrantes del equipo, participamos como testigos, en calidad de peritos académicos, durante el juicio oral por la causa de desalojo. Nuestro rol era refutar la declaración de la parte acusatoria, que afirmaba que estos pueblos originarios habían desaparecido a principios del siglo XIX. Finalmente, la comunidad no fue desalojada y nuestro testimonio sirvió para argumentar esa decisión.

"La academia empezó a ponerse a disposición de los proyectos y las luchas de los pueblos originarios", aseguró Acuto.

Trabajo en equipo para fortalecer la coproducción de conocimientos

Desde sus grupos de investigación, Acuto fomenta la coproducción de conocimiento al trabajar de forma articulada con comunidades originarias. “Hemos presentado, junto con referentes y autoridades de pueblos originarios, diversos trabajos colaborativos en congresos científicos. También realizamos publicaciones en donde las voces y los saberes indígenas aparecen en primera persona, y no mediadas por la voz y el conocimiento académico. Todo esto aporta fuentes distintas de conocimientos, tratamos de descentralizar el conocimiento científico como la única perspectiva y fuente de saber”, aseguró.