El desafío de lograr un mayor financiamiento para el ambiente

Líderes mundiales y autoridades de más de 190 países se reunieron en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) para negociar, debatir y evaluar el escenario de la política ambiental global. Este año, el foco estuvo puesto en el financiamiento y su implementación para la crisis energética global, así como en los esfuerzos para continuar en el camino de la adaptación y mitigación, que ya se había iniciado con el Acuerdo de París de 2015.

La semana pasada finalizó la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 27), donde más de 190 países se reunieron para negociar, debatir y evaluar la implementación de acción climática global. Este año, el foco estuvo puesto en el financiamiento por parte de los países más desarrollados y en los esfuerzos para lograr una adaptación y mitigación en torno al Acuerdo de París para aquellas zonas más vulnerables.

La Cumbre de 2022, realizada en Sharm el-Sheikh, Egipto, logró un gran avance para la sociedad civil: la agenda incorporó por primera vez en la historia de las COPs, el tratamiento de “daños y pérdidas”, concepto que aborda los impactos que sufren los países y a los que estos no pueden adaptarse. Para Pablo Peri, coordinador del Programa Nacional Forestal del INTA e investigador del CONICET, “hay países que son más culpables del cambio climático, en tanto son más emisores. Es muy importante que en esta COP se haya debatido si estos países del Norte Global -como Estados Unidos, China y parte de Europa- tienen que asumir responsabilidades, como financiar a aquellos países que sufren las consecuencias del calentamiento global y no tienen capacidad financiera para abordarlo”.

El especialista aseguró que el daño y la pérdida son los grandes síntomas del cambio climático y la única solución es adaptarse, lo que siempre implica una inversión económica: “Está bien que en este tipo de eventos se ponga sobre la mesa cuáles son las consecuencias del cambio climático y quiénes deben hacerse cargo. Es necesario dejar de lado la retórica para pasar a la acción”. “La mayor expectativa, cuando comenzó esta COP, fue que la negociación girara en torno a lograr algún tipo de ayuda financiera para los sectores más vulnerables, menos emisores y con menos recursos económicos, que son América Latina y el continente africano”, subrayó Peri.

En este sentido, según el experto, el mundo debe replantearse los patrones de consumo de energía, que es una de las causales de las emisiones. “Si bien Argentina es responsable de un mínimo porcentaje del calentamiento global a nivel mundial, es bueno que, de todas formas, colabore en la mitigación. También hay que frenar la deforestación de bosques nativos y no seguir avanzando sobre los ecosistemas naturales”, concluyó el investigador.

La delegación argentina, presente en Egipto

El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, a través de su secretaria de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible e Innovación, Cecilia Nicolini, presentó en Egipto dos documentos de política climática. El primero de ellos es el Plan de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático a 2030, que incluye seis estrategias para realizar una transición energética federal y 250 acciones para reducir emisiones y adaptarse a los impactos ya presentes del cambio climático.

“Los documentos presentados son un gran avance, un gran paso. A nivel local, se está tratando de mejorar los números. Por ejemplo, este año, se pudo cuantificar el contenido de carbono de todos los suelos de los bosques de todo el país, que son aproximadamente 48 millones de hectáreas. Antes, no estaba este dato en el inventario nacional de gases de efecto invernadero”, afirmó Peri.