Desarrollan un biosensor para monitorear la calidad del agua

Investigadores crearon un dispositivo económico y de fácil uso que permitirá identificar la presencia de contaminantes a través de una muestra de agua. El dispositivo está hecho con componentes biológicos y podrá ser utilizado por cualquier persona sin ningún tipo de formación previa.

Investigadores de la Fundación Instituto Leloir (FIL) avanzan en la creación de un biosensor con el propósito de verificar la calidad del agua de la Cuenca Matanza-Riachuelo. La innovación permitiría identificar, fácilmente, la presencia de metales pesados que, por lo general, requieren de equipamientos sofisticados para poder ser detectados.

“Se denomina biosensor porque está hecho de componentes biológicos, lo que nos habilita a tener una sensibilidad y una selectividad muy buenas para identificar los contaminantes. El dispositivo es un pequeño tubo al cual el usuario le debe incorporar el agua que quiera analizar. Al cabo de unos minutos, podrá notar si el agua es apta para consumo. Ese aspecto simplifica muchísimo su uso y permite que sea utilizado fácilmente por cualquier persona, sin ningún tipo de formación previa”, destacó la doctora Daiana Capdevila, investigadora adjunta del CONICET y líder del proyecto.

Este proyecto, uno de los 147 seleccionados para ser financiados en la convocatoria “Ciencia y Tecnología contra el Hambre”, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación” (MINCyT), se desarrolla de forma articulada con la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo (ACuMaR). La doctora Capdevilla destacó el rol de la ACuMaR en este proyecto, en tanto que ponderó la oportunidad de interactuar con la comunidad a partir de esta iniciativa.

"Esperamos que el biosensor permita que las personas de la comunidad tengan acceso a la información sobre la calidad del agua y puedan tomar decisiones, a partir de su fácil uso”, comentó Sofía Liuboschitz. Fuente imagen: gentileza investigadoras.

En este sentido, Sofía Liuboschitz, becaria e integrante de este equipo de trabajo, aseveró: “Esperamos que el biosensor permita que las personas de la comunidad de la Cuenca Matanza-Riachuelo tengan acceso a la información sobre la calidad del agua y puedan tomar decisiones a partir de ello”. El biosensor -que tiene el costo de un dólar- permite detectar contaminantes como el cobre, el plomo, el zinc y el cadmio. Actualmente, el equipo del Instituto Leloir trabaja para extender su uso y la capacidad de determinar si la muestra analizada es apta para el consumo humano. Según detalló Liuboschitz, buscan poder identificar también otros contaminantes del agua que pueden significar un impacto en la comunidad.

La Cuenca Matanza-Riachuelo, en números

La Cuenca Matanza-Riachuelo abarca parte de catorce municipios de la provincia de Buenos Aires y atraviesa varias comunas de la Ciudad de Buenos Aires. En la Cuenca, viven más de cuatro millones de personas, lo que representa más del diez por ciento de la población del país. Actualmente, el área tiene contaminación de origen industrial, de origen cloacal y de residuos sólidos. Según las cifras detalladas por la ACuMaR , en la Cuenca, se generan aproximadamente 10.000 toneladas de residuos por día.

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