Roberto Carnaghi: “Ser actor implica un compromiso con uno mismo y con el público”

El artista integra el elenco de El casamiento, en la cartelera del Teatro San Martín, de miércoles a domingos, a las 20. Habló sobre su interpretación en la obra y, además, acerca de su debut actoral en Disney.

Reconocimiento. Eso es lo que ha logrado Roberto Carnaghi por parte de sus colegas, de los críticos y del público. A lo largo de su trayectoria, el actor se ha subido al escenario con El Rey Lear o La jaula de las locas, ha participado en telenovelas que van, desde la comedia en La niñera, hasta el drama en Montecristo y, también, ha aparecido en la pantalla grande, a través de películas como Elsa y Fred o La última fiesta.

Ahora, Carnaghi integra El casamiento, en el Teatro San Martín, donde comparte elenco con Luis Ziembrowski, Laura Novoa y Nacho Gadano. La obra, escrita por Witold Gombrowicz y dirigida por Michal Znaniecki, oscila entre el sueño y la imaginación, donde un soldado polaco emprende una venganza "shakespeareana" en el marco de un mundo desquiciado que construye y destruye a cada instante.

¿Cómo fue tu llegada al proyecto?

Me convocaron y acepté desde un principio. Me parecía interesante incursionar en un texto de Gombrowicz, que él mismo decía que era irrepresentable; sin embargo, era cautivante la propuesta del director. Mi personaje es chico, pero, siempre apuesto al proyecto. Además, me interesaba conocer al director, trabajar con estos compañeros que, con algunos, ya había compartido experiencias previas y, con otros, no. La obra es una hermosa experiencia porque todos tiramos para adelante. Es un tipo de texto que yo nunca había hecho, que es difícil de decir, implica un desafío como actor y, eso, a mí me gusta.

¿Qué nos podes contar sobre tu personaje?

Interpreto al padre de Enrique, a cargo de Luis Ziembrowski, pero en los sueños de mi hijo, y, además, soy un rey. La obra está dividida en tres actos, con cambios escenográficos entre uno y otro. El primero, tiene mucha maquinaria, relacionada con la guerra; el segundo, está conectado con el palacio, en donde soy rey y, en el tercero, dejo de ser un monarca para volver a ser padre, diferente al del inicio, ubicado en otra época.

¿Qué lugar ocupa, en tu vida, el Teatro San Martín?

Es parte de mi carrera y me hizo crecer como actor. En el San Martín, tuve la posibilidad de estar en un elenco estable, donde trabajé diferentes obras de textos importantes, autores y, eso, ayudó a que pudiera crecer y corroborara hasta donde podía llegar. Todos los teatros han sido mi casa pero, este, fundamentalmente, fue el lugar que me acogió.

Cambiando de tema, trabajaste en la telenovela infanto juvenil de Disney, Soy Luna

Sí, fue un placer trabajar en Disney. Antes, había hecho doblajes para algunas películas de ellos, pero, como actor, fue una experiencia totalmente nueva. Había un clima distendido de trabajo, me encantaría seguir trabajando con Disney. Fue bárbaro encontrarme con esos chicos que actúan, bailan, cantan, saben tocar instrumentos y hablan idiomas, los jóvenes me enseñan mucho. Son artistas que tienen otro estudio porque, cuando yo empecé, si bailabas, era porque lo hacías por tu cuenta, pero no estaba como materia la comedia musical, estábamos, sobre todo, con el texto. 

Ahora, también te reconocen los más chicos…

Claro, es otro público, de niños y adolescentes, es mágico cómo se enamoran de los personajes. Yo vivo cerca de un jardín y, cuando los nenes me vieron la primera vez, se quedaron mirándome porque me reconocían de la novela. Con mi nieta me sucedió que, al principio, no podía entender que el abuelo estuviera en Soy Luna (risas).

¿Qué balance haces de tu camino artístico?

Siempre repito unas palabras que leí del actor Gerard Philipe, que decía que el teatro era su vida. Para mí, ser actor implica un compromiso con uno mismo y con el público. No es un empleo cualquiera, esto lo elegí yo, nadie me lo impuso y, si bien fue una carrera dolorosa en algunos momentos, aquí estoy. Todavía hay cosas que tengo que aprender. Cuando tenga noventa años voy a seguir creciendo, lo mismo cuando tenga cien, apostando a tratar de ser mejor y trabajar con el mismo entusiasmo y pasión que tenía a los 20 años. Cuando veo que un personaje no me sale, escucho, no solamente al director, sino, también, a los compañeros.

Un homenaje inolvidable

En el marco de su cumpleaños número 80, el actor fue protagonista de un reconocimiento a su trayectoria, que se celebró en el Teatro San Martín. “Me emocionó hasta las lágrimas. Además del público, vinieron mis familiares y parientes de Chacabuco, toda gente muy cálida. Me sorprendió la repercusión del homenaje, me contaron que estaba en tercer lugar, después del dólar y la selección de fútbol (risas). Pienso en los personajes que hice en televisión, algunos fueron impactantes e hicieron que la gente, de alguna manera, me reconozca, pero nada más, no me la creo. Algo habré hecho para que la gente me quiera (risas)”.