Tras 34 años de amplia mayoría, el PJ perdió el quórum propio en el HCD

Con la asunción de los nuevos ediles, el peronismo dejó de ostentar una cómoda superioridad numérica. Por primera vez desde 1973, el peronismo no tendrá la mayoría absoluta, bajo gobiernos democráticos, en el Concejo Deliberante.

Invicto en las urnas desde 1973, año en que se levantó la proscripción que pesaba sobre el peronismo, el Partido Justicialista matancero deberá afrontar un período legislativo en el cual, por primera vez, no contará con quórum propio.

El pasado viernes, asumieron los ediles electos en octubre. Seis pertenecen a Unidad Ciudadana y se acoplan al bloque del PJ, cuatro forman parte de Cambiemos y dos del Frente Renovador. El oficialismo comunal no pudo defender en las urnas las siete bancas que puso en juego y, tras consagrar seis concejales, quedó con doce escaños en el Honorable Concejo Deliberante.

De este modo, necesitará el respaldo de la oposición para celebrar sesiones y para aprobar cuestiones en las que, tal como indica la Ley Orgánica de las Municipalidades, es necesaria la mayoría absoluta -la mitad más uno de los miembros del Cuerpo-.

Así, las ordenanzas impositivas, la autorización de gastos de carácter especial, las concesiones a empresas privadas para la prestación de servicios públicos o la creación de organismos descentralizados no podrán convalidarse sin apoyo de, al menos, un legislador opositor.

Tras ocupar 19 bancas en 1973, con el fin de la proscripción, el peronismo se quedó con 13 escaños en el retorno a la democracia, cifra de la cual no bajaría hasta 2017.

Los períodos en los que gobernaron el radicalismo, la Alianza y Cambiemos, sumados a la mala performance electoral de 2009, constituyeron los momentos en los que más disminuyó la presencia peronista en el Concejo, mientras que el esplendor fue en 2003, con 22 de los 24 ediles surgidos de sus filas.

Pero la dispersión del justicialismo y el crecimiento de Cambiemos en el Distrito pusieron fin a la tradición de mayorías absolutas oficialistas y, a partir de ahora, el diálogo y el consenso serán necesarios para que prosperen algunas propuestas del Ejecutivo.

Nuevos desafíos
Daniel Baraglia, abogado especialista en derecho público municipal, planteó que, “cuando se pierde la mayoría, tiene que cambiar la forma de gobernar”.

“La Intendencia va a tener que negociar con las oposiciones para poder dictar las normas que se necesiten. Hasta para ponerle el nombre a una calle”, explicó Baraglia. Asimismo, precisó que, en cuestiones tales como presupuestos o aumentos impositivos, el Municipio deberá “seguir con la legislación que tenía hasta ese entonces” si no cuenta con el beneplácito de, al menos, un representante de la oposición.

De este modo, concluyó que el gobierno que encabeza Verónica Magario deberá “abrir una etapa de consenso”.