Una fábrica recuperada local denuncia que no puede afrontar las facturas del gas y luz

Se trata de la Cristalería San Justo, una cooperativa autogestionada por sus empleados en plena crisis del año 2001. Aseguran que tampoco tienen fondos para adquirir la materia prima y que están en riesgo 61 puestos de trabajos.

El directorio de la cooperativa “Cristalería San Justo”, fábrica recuperada en el estallido social de 2001, expresó su preocupación por el fuerte incremento en las facturas de los servicios de gas y electricidad. Además, la situación se complejiza por el incremento de la materia prima y la fuerte caída en la demanda.

En diálogo con el programa El día de mañana, que se emite por Radio Universidad, el presidente de la cooperativa ubicada en Juan Domingo Perón 3.924, Cristian Ruiz, precisó que la empresa abocada a la fabricación de luces ópticas y accesorios de cristalería dispone de hornos de altas temperatura que funcionan las 24 horas para poder realizar su producción, lo que implica un elevado consumo de gas.

En ese contexto indicó: “La factura de gas -que resulta de vital importancia para el sector para poder fundir el vidrio- llegó con un incremento del 120 por ciento y en el caso del suministro eléctrico el aumento alcanzó el 500 por ciento. Realizamos varias gestiones para solicitar una forma de pago paulatina pero aun no hemos recibido alguna respuesta”.

Con la quita de los subsidios en las facturas de los servicios públicos, la empresa recuperada queda, prácticamente, sin posibilidades para exportar su producción a Brasil. Asimismo, la situación se complejiza ante la baja en la demanda del mercado, ya que la recesión actual, además de impedirles afrontar los gastos y las deudas, tampoco permite que puedan adquirir la materia prima que cotiza en dólares.

Los integrantes de cooperativa temen porque no encuentran una manera para mantener activa a la empresa y lamentan: “Se corre un serio peligro y, probablemente, tengamos que cerrar la cristalería”. La empresa está integrada por un plantel de 47 socios y un grupo de 14 personas que se están capacitando, ya que se trata de un trabajo artesanal y se requiere mucho tiempo para la formación de la nueva mano de obra.